Prestines

Ingredientes

Cocemos en el vino con el agua los dos clavos y la matalahúva que queramos echar, dependiendo de gustos. Freímos en el aceite de oliva las cáscaras de naranja para aromatizarlo.
Mientras, tamizamos el kilo de harina en un bol grande para poder trabajar bien la masa. Le añadimos la levadura, el azúcar, el chupito de anís, el vino que hemos cocido y que previamente hemos colado y el aceite sin las cáscaras de naranja, también añadimos un poco de matalahúva en la masa. (Tanto el vino como el aceite lo añadimos caliente). Mezclamos con una pala, para no quemarnos las manos, hasta hacer una bola y dejamos enfriar un poco.
Sacamos la masa a la encimera, la amasamos bien durante algunos minutos. La masa tiene que quedar bastante densa, pero fácil de trabajar.
Ponemos aceite suave de freír o aceite de girasol en una sartén y calentamos. Mientras vamos haciendo pequeñas porciones de masa y estiramos con un rodillo, doblamos la tira de masa sobre sí misma (haciendo una especie de orejas de perro) y freímos con el aceite caliente.
Para enmelarlos, se mezcla la miel de Cayetano (mi señor padre) con un poco de agua para aligerla un poco y, cuando se hayan enfriado los prestines, se pasan por la mezcla.
También los podemos pasar por azúcar y canela. No los he comido nunca así pero si no Rubén no se los come.
Disfrutar de estos dulces, con un cafelito o con una copita de anís, lo deben de hacer hasta en el cielo los domingos por la tarde.
Buen provecho...