5 claves de las personas irresistibles: ¿eres una de ellas?

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Jun 30, 2020   Bienestar

Todos sabemos cómo son y qué sensación nos producen las personas irresistibles. Tienen carisma, aportan luz y desprenden ese encanto que va mucho más allá de la simple apariencia física.

Podríamos pensar, en primer lugar, que para ejercer este tipo de atracción uno tiene que nacer con ese don. Que el atractivo en las maneras, los gestos y el trato «viene de fábrica».

Sin embargo, no es así. En estos tiempos donde los coach se alzan como esos gurús capaces de iniciarnos en un sinfín de competencias, no podemos olvidar que el ser irresistible se relaciona de forma directa con la inteligencia emocional.

Profundicemos.

¿Qué caracteriza a las personas irresistibles?

Amigos hablando al atardecer

1. Saben conectar con los demás

Travis Bradberry es uno de los autores que más libros ha vendido sobre inteligencia emocional. Todas sus publicaciones están orientadas hacia una finalidad muy concreta: entrenar a las personas en distintas habilidades para que se perciban como más exitosas y felices.

Es común creer que las personas irresistibles logran conectar con los demás porque tienen un «algo» inexplicable que se lo permite. En realidad, ese «algo» se conforma de varias características que pueden aprenderse. Son las siguientes:

  • Tiene empatía, valoran a la persona que tienen enfrente.
  • Practican la apertura emocional, son acogedoras al trato. 
  • Transmiten confianza y seguridad.
  • Tienen la capacidad de hacer que la persona que tienen delante se sienta especial.

2. Entienden qué es la dignidad y qué es el respeto

Las personas irresistibles ejercen atracción sobre los demás porque tratan a quienes las rodean con el mismo respeto que se ofrecen a sí mismas. No vulneran, no intimidan, no ponen alambradas ni hablan el lenguaje del egoísmo o del doble sentido.

Asimismo, entienden muy bien que lo que todos necesitamos es ser tratados con dignidad. Porque cuando hay respeto, las personas «florecen» y dan lo mejor de ellas mismas.

Todos lo hemos notado alguna vez. Cuando alguien nos trata bien y nos valora, nos sentimos con fuerzas para ofrecer lo mejor. Nos potencian.

3. Protegen tus límites personales

Hay un aspecto que nos gusta encontrar en los demás: que sepan respetar tiempos, espacios privados, que entiendan dónde están los límites personales de cada uno y que actúen en conciencia.

Hay quien se ve con el derecho de entrometerse en nuestros asuntos, de exigir favores, de cruzar esos espacios en los que cada uno de nosotros custodiamos nuestra autoestima, nuestro equilibrio interior.

Las personas irresistibles, en cambio, nos protegen, nos defienden y nos respetan. Nunca se sentirán molestas si un día les damos una negativa, si les decimos «hoy no me apetece salir» o «no comparto tu opinión«.

Saben ejercer ese respeto invisible que no necesita palabras, que ensalza una convivencia llena de armonía donde nos sentimos respaldados, valorados e incluso protegidos.

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4. Tienen una actitud positiva ante la vida

Cuando hablamos de positividad, a veces, caemos en un arma de doble filo. Hay personas que practican un optimismo poco realista, como pensar que los problemas se solucionan por sí solos o que las cosas buenas suceden a quien lo desea con intensidad.

No es el caso de las personas irresistibles. Ellas entienden que la vida es lucha, esfuerzo y superación. Sin embargo, en cada paso que dan está inscrita esa positividad que se alimenta de esperanza, coraje y entusiasmo. Y así, son capaces de contagiarnos su energía, su vitalidad.

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5. Saben ser luz en la tormenta

Nos dan aliento, luz y motivación. Las personas irresistibles hacen fácil lo difícil y tienen ese corazón humilde que nos acoge sin exigir nada a cambio.

Para ser luz en la tormenta se necesita, ante todo, voluntad. También hacen falta ganas de ver posibilidades donde otros ven solo problemas, valentía para romper barreras y hacer lo mejor para el bien común, para que todos ganemos y nadie pierda.

Mujeres abrazadas

Todos podemos irradiar esa clase de atracción

No es fácil. No es nada sencillo asumir una actitud ante la vida donde se debe reconocer al otro como parte de uno mismo para facilitar el bien común, esa convivencia que tanto necesitamos en la actualidad.

Sin embargo, puede ser todo un reto en nuestro día a día que merece la pena poner en práctica. Para ello, debemos empezar por cuidarnos, por favorecer ese crecimiento personal donde conseguir, poco a poco, ser felices por dentro para ofrecer lo mejor a otros.

Porque cuando uno está satisfecho consigo mismo, se nota. Es entonces cuando logra contagiar esa magia a los demás para ser irresistible.