Día del Autismo: creemos un mundo basado en la inclusión y

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Jul 01, 2020   Lifestyle

El 2 de abril se celebra el Día Mundial sobre la Concienciación del Autismo. Todos aquellos padres que se ven con el reto de criar y educar a un niño diagnosticado con este trastorno saben que no es fácil. No obstante, los triunfos personales les ofrecen aliento cada día.

El trastorno de espectro autista se diagnostica en 1 de cada 68 personas. Sin embargo, y dado el amplísimo grado con el que puede afectar a cada individuo, puede haber adultos que reciban su diagnóstico a una edad ya muy avanzada.

El autismo se trata de un trastorno caracterizado, sobre todo, por la alteración de la interacción social y de la comunicación, según expone este estudio realizado por un equipo del Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto (México). Lo ideal es que sea detectado de forma temprana para poder potenciar en el niño todas sus capacidades, en la medida que sea posible.

La finalidad última, como en todos los casos, es facilitar su total inclusión para que pueda llevar una vida feliz, lo más autónoma posible, sintiéndose parte de la sociedad. Por ello, es necesario que la gente sea consciente de esta realidad.

El autismo y la necesidad de «hacer visible al invisible»

Para una familia nunca es fácil relacionar las particularidades de su hijo con el autismo. Desde asociaciones como la «ANA» (Asociación de Navarra para el Autismo) se indica que muchos padres pueden llegar a pensar que el niño tiene un problema de audición, o bien que posee un carácter muy difícil.

Por ello, como padres, hay que ser muy observadores y sensibles ante las siguientes características. Estas pueden alertar ante las primeras pistas del trastorno de espectro autista.

Primeros síntomas

  • El niño no mantiene el contacto visual.
  • Llora sin razón aparente y es muy complicado calmarlo.
  • Cuando el bebé llega a los 3 meses, ya es normal que responda a la «sonrisa social». No obstante, el niño con autismo no demuestra este gesto tan importante.
  • No se vuelve cuando se le llama por su nombre.
  • No imita y, cuando juegan, se pasa mucho tiempo alineando juguetes.
  • Tarda mucho en adquirir las competencias comunicativas. De hecho, puede llegar a los 2 años y pronunciar solo unas 4 palabras.
  • No responde a las órdenes.
  • Le molestan los sonidos fuertes o inesperados, así como determinados colores, texturas o incluso sabores.
  • Suele presentar cierto retraso madurativo a la hora de andar, así como en la motricidad fina.
  • También puede presentar problemas de sueño, de alimentación, de control de esfínteres, entre otros.
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Aspectos que la sociedad debe saber sobre los niños con trastorno del espectro autista (TEA)

Hay un hecho que mucha gente suele pensar sobre los niños que padecen autismo, y es que son genios con comportamientos asociales. No es cierto; esta regla no siempre se cumple.

Ningún niño con autismo es igual. Dependiendo del grado en el que se encuentre, tendrá más o menos limitaciones, aptitudes o aspectos que potenciar.

  • Hay personas que llegan a la edad adulta sin saber que están dentro del espectro del autismo. A pesar de sentirse diferentes, en especial en el plano social, han aprendido a adaptarse, aunque sintiendo muchas dificultades cotidianas de las que no conocen la razón ni el origen.
  • Los niños con autismo no son genios. En ocasiones, pueden presentar una notable aptitud para un área en concreto: dibujo, matemáticas… No obstante, existen también niños con deficiencias madurativas muy graves donde no llegan a desarrollar ni siquiera su habilidad comunicativa.
  • Otro dato que debe tenerse en cuenta sobre el autismo es que, a día de hoy, no se conoce la etiología. Durante un tiempo se pensó que la causa del autismo se debía al patrón educativo de la familia, pero actualmente se ha desechado esta idea.
  • Hay un falso mito que también debes descartar. Los niños con autismo no evitan el afecto ni odian el contacto físico. La mayoría de ellos están muy unidos a sus padres y sufren el rechazo social, al igual que cualquier otro.

Los niños autistas tienen emociones y, por tanto, se debe facilitar su inclusión, su reconocimiento y su felicidad.

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Integrar al niño con autismo es tarea de todos

En primer lugar, se necesita que las familias tengan acceso a toda la información y a todos los recursos con los cuales entender y satisfacer las necesidades de sus hijos.

En segundo lugar, en los colegios no basta con atender sus «particularidades educativas». Es imprescindible dar un paso más allá y practicar la inclusión; es decir, conseguir que el niño tenga una vida lo más normal posible dentro del aula.

A su vez, el resto de instituciones, como las sanitarias y las laborales, deben ser sensibles ante los niños con autismo. Cada persona es un mundo y tiene unas particularidades.

Si estos niños son atendidos de forma correcta, pueden ser personas con gran potencial (aunque, por desgracia y según datos de la Confederación Autismo España, entre el 80 % y el 90 % de ellos sufren desempleo en su vida adulta).

Es necesario pues, que exista una concienciación y receptividad hacia este y otros colectivos para que, entre todos, se facilite que el mundo sea un lugar donde todo el mundo cuente.