Atresia biliar: síntomas y tratamiento

Portada > Salud > Enfermedades Atresia biliar: síntomas y tratamiento

Jun 30, 2020   Salud

La atresia biliar es una enfermedad el hígado de carácter crónico y progresivo. Se hace evidente poco después del nacimiento.

El hígado es un órgano que contiene en su interior uno tubos conocidos bajo el nombre de conductos biliares. La función de estas estructuras es la de drenar un líquido del hígado llamado bilis. El filtrado pasa a los intestinos y a los riñones.

La bilis es fundamental para realizar una correcta digestión y transporta sustancias de deshecho del hígado al intestino y a los riñones para eliminarlos.

Una persona que padece atresia biliar tiene estos conductos biliares obstruidos, por lo que la bilis no puede salir del hígado. De esta forma, este órgano se daña, afectando a numerosas funciones corporales vitales.

Por otra parte, mencionar que la atresia biliar es la causa más común de trasplante de hígado en niños que viven en EEUU. Se produce una vez cada 18.000 nacimientos y es más común en mujeres que en hombres. Además, los bebés asiático, afroamericanos y prematuros suelen padecer esta enfermedad con más frecuencia en comparación con los bebés caucásicos.

Causas de la atresia biliar

atresia biliar

Hoy en día todavía no se conocen las causas responsables del desarrollo de esta enfermedad. Algunos investigadores opinan que los bebés nacen con la enfermedad, por lo que la enfermedad podría desencadenarse durante el embarazo, cuando el hígado se encuentra en desarrollo.

Otros expertos creen que la enfermedad aparece después del nacimiento, posiblemente por causa de una exposición a sustancias tóxicas o infecciosas.

En un principio se cree que la atresia biliar no está asociada a medicamentos que haya tomado la madre, enfermedades que haya tenido, ni con nada que haya hecho la madre durante el embarazo.

Actualmente se desconoce también si hay una relación genética en el desarrollo de la enfermedad, además, es poco probable que la enfermedad se repita más de una vez en una familia.

¿Cuáles son los síntomas?

Los recién nacidos con esta afección pueden parecer normales al nacer, sin embargo, la ictericia (una coloración amarillenta de la piel y de las membranas de las mucosas) se presenta hacia la segunda o tercera semana de vida.

El bebé puede aumentar de peso normalmente durante el primer mes. Después de ese tiempo, bajará de peso, se volverá más irritable y presentará empeoramiento de la ictericia. Además de ello, también puede desarrollar otros síntomas como:

  • Crecimiento lento.
  • Heces pálidas o de color arcilla.
  • Orina oscura.
  • Poco o ningún aumento de peso.
  • Esplenomegalia (agrandamiento del bazo).

Quizás también te interesa leer: 3 remedios con zanahoria para hacerle frente a la diarrea

Tratamiento de la atresia biliar

El manejo terapéutico de la atresia biliar es muy controvertido, ya que el 80-855 de los que padecen la enfermedad se van a acabar sometiendo a un trasplante.

Además, como ya hemos mencionado, es una enfermedad irreversible y no existen medicamentos que puedan desbloquear los conductos biliares o fomentar el desarrollo de nuevos conductos biliares. Hoy en día, se considera la portoenterostomia de Kasai como la primera línea de tratamiento.

No obstante, como mencionábamos, es controvertido, ya que muchos expertos defienden las ventajas de esta intervención como primera línea frente a otros que defienden el trasplante como primea opción.

Portoenterestomía de Kasai

Esta operación tiene como objetivo conectar el drenaje de la bilis del hígado directamente en el tracto intestinal. La portoenterestomía de Kasai es más eficaz si se realiza antes de que el niño tenga 3 meses de edad.

Además, ayuda a que el niño pueda crecer y tener una salud relativamente buena durante muchos años. No obstante, es importante tener en cuenta que puede aparecer colestasis, que es una acumulación de bilis en el hígado y que puede producir daños hepáticos.

Lee también: Trasplante de corazón ¿en qué consiste?

Trasplante de hígado

Como su nombre indica, esta cirugía consiste en trasplantar un hígado por otro sano. Este nuevo órganos puede provenir de un donante fallecido, de la parte de un hígado de un donante fallecido o parte de un hígado de un pariente u otra persona cuyo tipo de tejido sea compatible con el tipo de tejido del paciente.

Después de la cirugía, la salud del niño suele mejorar rápidamente, aunque va necesitar fármacos para evitar que el cuerpo rechace el órgano nuevo. Este rechazo es un mecanismo protector normal del organismo que trata de defendernos de virus, tumores y otras sustancias extrañas.