¿Cuáles son las complicaciones de la roséola y cómo preve

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Jun 30, 2020   Salud

La roséola es una enfermedad viral que afecta mayoritariamente a los niños pequeños de entre 6 meses y dos años de edad. Es una enfermedad contagiosa que se caracteriza por fiebre alta y un sarpullido que se desarrolla a medida que baja la fiebre.

También se conoce como exantema súbito, sexta enfermedad o roséola infantum.

Signos y síntomas de la roséola

la roséola

Cuando un niño está con alguien que tiene roséola y se infecta con el virus, la aparición de los síntomas de infección tarda, generalmente, una o dos semanas. Es posible infectarse con roséola y tener signos y síntomas demasiado leves como para percibirlos fácilmente.

Algunos síntomas podrían ser:

Fiebre

La fiebre de la roséola dura de 3 a 7 días y va seguida de una erupción que dura de varias horas a varios días. Por lo general, la roséola comienza con una fiebre alta y repentina, a menudo mayor de 39,4 °C.

Durante la fiebre o antes, algunos niños también pueden tener un ligero dolor de garganta, goteo nasal o tos. Además de la fiebre, tu hijo también puede tener inflamación de los ganglios linfáticos del cuello. La fiebre dura de tres a cinco días.

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Erupción en la piel o sarpullido

Por lo general, aunque no siempre, aparece un sarpullido una vez que la fiebre disminuye. El sarpullido consiste en muchas manchas o parches pequeños de color rosa. Estas manchas son generalmente planas, pero algunas pueden ser elevadas.

Normalmente, el sarpullido aparece en el pecho, la espalda y el abdomen, y luego se extiende al cuello y los brazos. Es posible que en ocasiones llegue a las piernas y la cara.

El sarpullido, que no produce picazón ni incomodidad, puede durar de varias horas a varios días antes de desaparecer. Otros signos y síntomas pueden incluir:

  • Irritabilidad en bebés y niños.
  • Diarrea leve.
  • Disminución del apetito.
  • Párpados hinchados.

¿Se puede prevenir la roséola?

roséola

La roséola es contagiosa. La infección se propaga cuando un niño con roséola habla, estornuda o tose, expeliendo gotitas infectadas en el aire que otras personas pueden inspirar.

Las gotitas también se pueden acabar depositando en las superficies del entorno, de manera que, si otras personas tocan esas superficies y luego se tocan la boca o la nariz, se pueden contagiar.

Esta enfermedad se puede contagiar durante la fase de la fiebre alta, pero no se puede contagiar cuando se declara la erupción. No hay ninguna forma de prevenir la roséola.

Pero, puesto que afecta mucho más a los niños pequeños que a los adultos, se cree que un episodio de roséola en la infancia puede dar cierta inmunidad de larga duración a esta enfermedad. Se puede contraer varias veces, pero no se trata de algo frecuente.

¿Cómo se hace el diagnóstico de la roseóla?

Para hacer el diagnóstico, el médico elaborará el historial médico del paciente y lo explorará. Un diagnóstico de esta patología no suele estar claro hasta que baja la fiebre y aparece la erupción. En ese momento, el médico podrá mandar pruebas para asegurarse de que la fiebre no se debe a otro tipo de infección.

La mayoría de los tratamientos se centran en bajar la fiebre alta. Los antibióticos no sirven para tratarla porque esta enfermedad está provocada por virus, en vez de por bacterias.

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Complicaciones de la roséola

Hombre con fiebre

Algunas de las complicaciones que pueden aparecer son:

Convulsiones en niños

En ocasiones, un niño con roséola tiene una convulsión provocada por un incremento rápido de la temperatura corporal. Si esto sucede, el niño puede perder la consciencia y agitar bruscamente su cuerpo. También puede perder temporalmente el control de la vejiga o del intestino.

Las convulsiones relacionadas con la fiebre en niños pequeños sanos son, por lo general, de corta duración y, en alguna ocasión, perjudiciales. Las complicaciones de la roséola son poco frecuentes. La gran mayoría de los niños y adultos sanos con roséola se recuperan rápidamente y por completo.

Sistema inmunitario debilitado

Las personas con el sistema inmunitario debilitado, pueden contraer un nuevo caso de roséola o volver a desarrollar una infección anterior. Debido a que tienen menos resistencia a los virus en general, suelen desarrollar casos de infección más graves y resulta más difícil combatir la enfermedad.