Mielitis transversa: síntomas, causas y tratamientos

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Jun 30, 2020   Salud

La mielitis transversa es la inflamación de un segmento de la médula espinal. Puede tener diversas causas y síntomas diferentes. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre ese trastorno.

¿Qué es la mielitis transversa?

La mielitis transversa es la inflamación de un segmento transverso de la médula espinal. El proceso inflamatorio hace que se destruya la vaina de mielina, que es la capa que recubre las neuronas que se encuentran en esta zona. Esto interrumpe la conducción nerviosa, con las consecuencias de las que más tarde hablaremos.

Es un trastorno relativamente frecuente que afecta a miles de personas en todo el mundo. Dentro de este grupo afectados, muchos de ellos quedan con alteraciones permanentes que afectan su vida diaria, mientras que otras se recuperan sin secuelas. La mielitis transversa puede ser aguda, si se desarrolla a lo largo de horas o días, o crónica si lo hace durante semanas.

¿Cuáles son las causas de la mielitis transversa?

No está del todo clara la causa exacta de este trastorno. Sin embargo, se cree que es debido a una respuesta anómala de nuestro sistema inmune, que ataca al tejido de la médula espinal.

Esta respuesta inmune está relacionada con otras patologías que actuarían como desencadenantes. Algunas de las enfermedades que podrían activar una respuesta inmune desproporcionada son:

  • Esclerosis múltiple: es la enfermedad más relacionada con la mielitis transversa.
  • Neuromielitis óptica.
  • Enfermedades producidas por algunos virus y bacterias, como la tuberculosis, la enfermedad de Lyme o la sífilis.
  • Los distintos tipos de vasculitis -inflamación de los vasos sanguíneos.
  • El uso de ciertos fármacos, vacunas y drogas.
médula espinal y mielitis transversa
La médula espinal es la zona corporal afectada por la mielitis transversa

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Síntomas que produce

Como ya hemos comentado, los síntomas pueden aparecer de forma aguda, o presentarse a lo largo de varios días de forma progresiva. Normalmente, el cuadro comienza con un dolor fuerte de espalda y sensación de tirantez a lo largo de la banda afectada.

Tras este dolor, la persona comienza a notar hormigueo en las piernas y los pies, y sensación de entumecimiento. También puede que aumente la sensibilidad al tacto y al calor en algunas zonas. Puede ocurrir que se tenga la necesidad urgente de ir al baño.

Conforme el cuadro avanza, estos síntomas van empeorando. Puede dar lugar a parálisis, pérdida de la sensibilidad, retención urinaria y pérdida de control de la vejiga y los intestinos. Tanto la gravedad como la duración de los síntomas, y el grado de discapacidad que produzca, van a depender del grado de la inflamación de la zona a la que afecte.

Diagnóstico de la mielitis transversa

El diagnóstico se basará en la exploración física por parte de un especialista. Aunque los síntomas pueden sugerir esta enfermedad, habrá que diferenciarla de algunas otras que causan un cuadro parecido. Es por esto que, además de una correcta exploración, se solicitarán otras pruebas.

Estas pruebas complementarias pueden ser de imagen -como la resonancia magnética-, o analíticas -como la punción lumbar. Una vez que se haya confirmado el resultado, se establecerá tratamiento lo más rápido posible con el objetivo de que queden las menores secuelas.

¿Cuál es su tratamiento?

punción lumbar de médula espinal
La punción lumbar puede indicarse como método complementario para el diagnóstico de origen de la mielitis transversa

El tratamiento dependerá de la relación entre la mielitis y una patología de base. Si es así, la prioridad es tratar la enfermedad de fondo. Por ejemplo, si la mielitis está causada por una tuberculosis, el tratamiento que el especialista administrará será el de la tuberculosis.

Además de esto, o si no se ha encontrado una causa clara de la mielitis, se podrá tratar con corticoides. Otra opción puede ser la plasmaféresis, la cual consiste en extraer una cantidad importante de sangre a la persona afectada, quitarle los anticuerpos que están atacando a la mielina, y volver a inyectarla libre de ellos.

Como siempre, será el médico que esté al cargo del caso el que decidirá cuál será el tratamiento más adecuado en cada caso.

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Una larga enfermedad que puede dejar secuelas

El pronóstico de la enfermedad dependerá de muchos factores. La recuperación de la actividad muscular y la sensibilidad suele comenzar entre las semanas 2 y 12 desde el inicio de los síntomas.

Puede ser una recuperación lenta y durar, incluso, años. Por otro lado, si en los primeros 6 meses no se ha mejorado, es posible que el paciente nunca llegue a recuperar sus funciones normales por completo.

Un tercio de los afectados se recuperará totalmente, otro tercio quedará con secuelas más o menos graves, y otro tercio no logrará ninguna recuperación. Como siempre, es importante recordar que ante la aparición de cualquier síntoma es necesario acudir al especialista, ya que éste será quien mejor evalúe la situación y establezca los pasos a seguir.