Dolor y tensión muscular por estrés

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Jun 30, 2020   Salud

El dolor y la tensión muscular por estrés son fenómenos que no se han reconocido hasta hace algunas décadas. Antes se pensaba que estos problemas eran algo anecdótico y carente de fundamento científico válido.

Afortunadamente, las neurociencias nos han sacado de este error. Actualmente sabemos que el estrés es también un hecho orgánico. Tenemos conocimiento, además, de que genera múltiples consecuencias para la salud. 

Pese a todo, es incontable el número de personas que sufren estas afecciones y no se han dado cuenta de ello. Creen que esos problemas musculares, los dolores de cabeza y similares tienen su origen en otros factores.

Por lo tanto, es muy importante indagar en este tema y tratar de ofrecer una solución factible. Profundicemos sobre ello.

¿El estrés es bueno o malo?

dolor de cabeza al tomar café

Todos hemos oído hablar del estrés, pero no siempre conocemos el significado real de esta palabra. Para definirlo de una forma muy sencilla, podemos afirmar que el estrés es el estado fisiológico que tiene lugar en las situaciones de peligro, bien sea este real o imaginario.

Cuando existe una amenaza real, el organismo debe prepararse fisiológicamente para la defensa, la huída o el ataque. Esto forma parte de nuestro equipo de supervivencia y es saludable. Si una persona no siente temor, tampoco eludirá el peligro y podrá ser víctima de esa amenaza real.

El estrés se torna patológico o negativo cuando no existe un peligro real y, sin embargo, el cuerpo se prepara para enfrentarlo. También cuando esa sensación permanece, incluso mucho después de que se haya sorteado la amenaza de manera efectiva.

Los efectos del estrés en el organismo

Cada uno de los sentimientos y emociones que experimentamos afectan a nuestro organismo. A veces, de manera positiva y, otras veces, de forma negativa. El dolor y la tensión muscular por estrés se manifiestan de muchas maneras que explicaremos a continuación.

Dolores asociados al estrés

Es muy usual que una persona con estrés crónico presente dolores de cabeza frecuentes, según afirma este estudio realizado por el dr. Volcy Gómez. A este tipo de dolor se le conoce como cefalea tensional y suele caracterizarse por ir acompañado de una sensación punzante en la nuca o en los hombros.

También es común padecer dolores de estómago, dolor en el pecho, problemas de sueño y fatiga, entre otros, tal y como apunta este informe de la Clínica Mayo.

Todo esto sin contar, por supuesto, con los efectos que el estrés tiene sobre el estado de ánimo y el comportamiento. Entre ellos, ansiedad, agobio, decaimiento, irritabilidad, etc.

Descubre: ¿Cómo diferenciar correctamente las cefaleas?

Tensión muscular por estrés

Mujer estresada

Cuando una persona siente estrés, inmediatamente se produce una tensión muscular. Esto hace que se reduzca el flujo sanguíneo hacia las zonas del cuerpo que están tensionadas.

Si esta situación se mantiene por mucho tiempo, el resultado es un dolor muscular crónico, contracturas e, incluso, espasmos musculares. El estrés suele afectar los músculos de las siguientes zonas:

  • Mandíbula.
  • Entrecejo.
  • Cuello.
  • Hombros.
  • Espalda.

También aumenta el riesgo de sufrir lesiones. La tensión muscular lleva a que los músculos se mantengan agarrotados. En esas condiciones, es más fácil que se produzca un desgarro.

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Cómo evitar el dolor y la tensión muscular por estrés

La mejor manera de evitar el dolor y la tensión muscular por estrés es resolviendo el problema de base, es decir, el estrés. Lo ideal es que se combine un tratamiento con el psicólogo con alguna práctica física. Esta puede ser fisioterapia, deporte, danza, etc.

Hay terapias psicológicas de diferentes tipos y todas ellas incluyen protocolos para el manejo del estrés. Estos procesos específicos no suelen tomar mucho tiempo, a menos que haya otros problemas de fondo que requieran de una atención más prolongada.

Toda actividad física es también aconsejable. Hacer ejercicio durante 15 minutos cada día es muy recomendable. También lo es hacer una caminata diaria de media hora o practicar algún deporte, así como las prácticas de yoga o de técnicas de relajación.

Sea como fuere, lo mejor en estos casos es ponerse en manos de un profesional. No hay que dejarlo aparcado ni ignorar el problema o las consecuencias a largo plazo podrían ser peligrosas.