Déficit de atención en niños: cómo verlo a tiempo

El trastorno por déficit de atención en niños es una de las enfermedades que más preocupación causa entre los padres. Sin embargo, debido a su complejidad, es difícil lograr un diagnóstico preciso cuando recién se notan sus primeras manifestaciones.

Un niño con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) tiene más dificultades para concentrarse o quedarse quieto. También adquiere conductas impulsivas y le cuesta trabajo establecer relaciones personales en el entorno escolar, familiar y social.

El síndrome se suele diagnosticar a los 7 años, pero muchos de sus síntomas se notan desde antes. El problema es que entre los 4 y 6 años es más complejo reconocerlo, ya que los síntomas no se pueden diferenciar del comportamiento típico de los niños pequeños.

A pesar de esto, es primordial informarse al respecto, dado que sus primeras manifestaciones sirven para empezar a realizar un seguimiento. A continuación repasamos sus principales causas y las señales que ayudan a su detección. ¡Descúbrelo!

Causas del déficit de atención en niños

No se sabe con seguridad qué causa el trastorno por déficit de atención en niños. Sin embargo, se cree que en su desarrollo hay implicados factores genéticos, neurológicos y ambientales. Para ser más específicos, sus posibles causas incluyen:

• Antecedentes familiares de TDAH o enfermedades mentales.
• Incapacidad para regular los niveles de sustancias químicas en el cerebro como la dopamina y norepinefrina.
• Consumo de cigarrillos y alcohol durante el embarazo.
• Aditivos alimentarios como los colorantes artificiales, que pueden empeorar la hiperactividad.
• Daños o lesiones cerebrales.

Se ha sugerido que el consumo de azúcar refinado también puede incidir en la aparición de esta condición. Sin embargo, no hay suficiente evidencia científica para confirmar esta hipótesis.

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Síntomas del déficit de atención en niños

Los síntomas de déficit de atención en niños son variables y tienden a cambiar conforme avanzan sus etapas de desarrollo. Sin embargo, el trastorno puede extenderse hasta la adolescencia y la edad adulta. Ahora bien, la presencia de uno o más síntomas no garantiza que el diagnóstico sea exactamente este desorden.

Por eso, una vez hay señales de alerta, el menor debe ser remitido a un profesional en el tema, como un neuropediatra o psiquiatra infantil, para ser evaluado. Los exámenes antes de un diagnóstico final pueden tardar varios meses e incluyen entrevistas a los padres y maestros.

1. Síntomas de falta de atención:

• Le cuesta mucho concentrarse y prestar atención.
• Tiene dificultades para seguir instrucciones.
• Es desorganizado.
• Pierde cosas importantes.
• Olvida detalles relevantes en sus tareas.
• Es incapaz de enfocarse en una sola tarea o juego.
• No consigue entender con facilidad.
• No quiere hacer actividades de exigencia mental.
• Se aburren de la misma actividad y la abandonan antes de completarla.
• Cometen errores que evidencian su falta de atención.

2. Síntomas de hiperactividad:

• Se mueve constantemente y juega con los objetos que tienen a su alcance, inclusive en situaciones que requieren atención.
• Habla mucho.
• Le cuesta participar en actividades tranquilas.
• Corre de un lado a otro o trepa a lugares inapropiados.
• Siente ansiedad al estar en un mismo sitio.
• Pueden reaccionar de manera explosiva.

3. Síntomas de impulsividad:

• No tienen paciencia.
• Tienen dificultad para esperar su turno o permanecer quietos en una fila.
• Actúan y hablan sin pensar.
• Cruzan la calle sin mirar.
• Interrumpen a otros.
• Participan en juegos y conversaciones que son de otros.
• Buscan alternativas rápidas para solucionar problemas.

Diagnóstico y tratamiento

Para el diagnóstico del trastorno por déficit de atención en niños se debe cumplir con un proceso que tarda meses. El profesional de salud mental o pediatra especializado en TDAH se basa en los criterios del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5).

Se requiere un tiempo propicio para conocer al niño y analizar su relación con el entorno. También es primordial conocer a la familia y personas cercanas. Una vez se confirma la condición, el plan de control se adecúa a cada situación particular.

En ocasiones se utilizan medicamentos, pero casi siempre se aconseja la terapia conductual como primera medida. A veces es necesario utilizar los dos en conjunto. La durabilidad del tratamiento no se puede establecer con exactitud; todo depende de la evolución de cada uno.

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Resumiendo…

El trastorno por déficit de atención en niños afecta la capacidad de concentración en los menores. Puede acompañarse con síntomas de hiperactividad e impulsividad. Aunque a veces se manifiesta desde edades muy tempranas, el diagnóstico solo es posible cuando se supone que el niño ya es capaz de regular muchas de sus conductas.