Lubricantes caseros: beneficios y riesgos

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Jun 30, 2020   Pareja

Quizás hayas pensado en utilizar lubricantes caseros. Ya sea porque existe un problema de lubricación o porque consideras que hará la práctica más satisfactoria, quizás debieras saber primero los beneficios y los riesgos que implica el uso de este tipo de lubricantes.

Por eso, no te pierdas este artículo.

Lubricantes

La sequedad vaginal es un problema muy común que afecta a muchas mujeres. Además, las causas pueden ser muchas: desde infecciones como la candidiasis, por ejemplo, a estados de estrés que impiden una correcta lubricación de la zona vaginal.

En cualquier caso, la consecuencia es la misma: que la relación sexual no sea tan placentera como querríamos. Por eso, el uso de lubricantes es aconsejable a fin de facilitar de forma segura un encuentro sexual satisfactorio e indoloro.

Mujer en ropa interior con una flor
La sequedad vaginal puede afectar al bienestar de la mujer y de la pareja, por lo que se recomienda el uso de lubricantes para mejorar las relaciones sexuales.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una serie de criterios en relación a las características y requisitos que deben cumplir estos productos, indicando que, en líneas generales:

  • No deben afectar la integridad del preservativo.
  • Su efecto debe ser duradero.

Así, los lubricantes disponibles en el mercado cumplen con estos y otros requisitos, de forma que su uso es seguro. Ahora bien, ¿ocurre lo mismo con los lubricantes caseros?

Lubricantes caseros

Muchas mujeres prefieren descartar los lubricantes comerciales y optar por remedios caseros más asequibles, naturales y ecológicos, tales como:

  • Aceite de cocina
  • Infusiones (manzanilla, por ejemplo)
  • Aloe vera
  • Vaselina
  • Cremas corporales
  • Saliva
  • Yogures
  • Huevos

No obstante, debemos tener en cuenta que aunque posiblemente algunos de ellos puedan proporcionar una lubricación temporal que permita un sexo más placentero, no están exentos de riesgos. 

Además, debemos recordar que la zona de la vagina es sumamente sensible. En su interior habita una microflora vaginal que puede fácilmente desequilibrarse, provocando incluso más problemas. Por eso, debemos tener en cuenta que los lubricantes caseros pueden afectar a la salud vaginal.

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Riesgos de usar lubricantes caseros

Hidratante y lubricante no son lo mismo

Crema
La composición de las cremas hidratantes puede afectar seriamente a la piel de la zona genital.

Muchas mujeres deciden optar por cremas corporales hidratantes pensando que su textura podrá favorecer la penetración o el sexo sin molestias. Sin embargo, se trata de un grave error.

En efecto, las cremas hidratantes suelen ser absorbidas rápidamente por la piel, de forma que la lubricación tendrá una duración mínima tras la cual, incluso, puede aparecer irritación. Además, dada la composición química de este tipo de cremas, pueden afectar la integridad del preservativo, dañando el látex y provocando roturas.

Pueden provocar infecciones

El uso de la saliva, por ejemplo, puede propiciar que las bacterias de la boca lleguen a la zona más íntima, si la usamos como lubricante.

Del mismo modo, debes tener en cuenta que el uso de otros lubricantes caseros como yogures, huevos o aceite de cocina puede que no se eliminen totalmente tras la relación sexual. En efecto, a pesar de cuidar la higiene posterior, pueden quedar restos que causen infección.

Pueden provocar la rotura del preservativo

Mano sujetando un preservativo con el hombre en la cama
Uno de los requisitos básicos que deben cumplir los lubricantes es que no alteren la estructura del preservativo.

Normalmente los preservativos están hechos con látex que, aunque es realmente resistente, puede verse afectado negativamente por el uso de otros productos.

Así, mientras que los lubricantes del mercado aseguran la integridad del preservativo, no podemos estar seguros en relación a los lubricantes caseros. Por ejemplo, el uso de aceite de cocina o cremas corporales puede provocar el deterioro del látex y la rotura del condón. 

Por otra parte, la vaselina, muy conocida y utilizada como lubricante, presenta numerosos riesgos. No sólo está hecha a base de petróleo y, por tanto, puede favorecer que se rompa el preservativo sino que, además, puede incluso producir vaginosis bacteriana.

Pueden afectar a los espermatozoides

En líneas generales, los lubricantes comerciales pueden afectar a los espermatozoides, de forma que no suelen recomendarse para parejas que intentan tener hijos. En efecto, su composición y características químicas (pH, osmolaridad) pueden llegar a ser tóxicas para los espermatozoides.

Por fortuna, existen también en el mercado lubricantes específicos que favorecen la superviviencia y la vitalidad de los espermatozoides.

En el caso de los lubricantes caseros, no podemos estar seguros de que su composición o características químicas no sean contraproducentes para la fecundación. Además, su textura es normalmente bastante espesa, de forma que dificulta la carrera de los espermatozoides hacia el óvulo.

Por tanto, los lubricantes caseros pueden dificultar la fecundación, no siendo recomendables para parejas que busquen tener hijos.

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Cuidado con las reacciones alérgicas

Mujer con irritación vaginal: riesgos de lubricantes caseros
El principal riesgo de los lubricantes caseros es que no se asegura su inocuidad en la zona genital, con riesgo de alergias e irritaciones.

Hemos indicado anteriormente que la vagina es una zona realmente sensible. En este sentido, debemos tener mucho cuidado antes de aplicar un remedio casero o natural en esta zona. En efecto, puede que se inicie algún tipo de reacción alérgica que provoque mayor malestar, molestias e irritación. 

Por esta razón, debemos siempre consultar al médico antes de aplicar remedios de este tipo en una zona tan delicada.

En definitiva, puede que a priori nos parezca que los lubricantes caseros son más baratos y naturales que los comerciales. No obstante, la zona de la vagina es altamente sensible y corremos el riesgo de infecciones, reacciones alérgicas, irritaciones y otros desequilibrios. Además, del riesgo de rotura del preservativo.

Por todo ello, es mejor evitar aplicar en una zona tan delicada y sensible productos cuyos efectos adversos desconocemos. Por tanto, es siempre mejor optar por productos científicamente probados.