Actividades agradables: la clave del bienestar en la pareja

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Jun 30, 2020   Pareja

Son muchos los que se preguntan cuales son los ingredientes para elaborar una poción de un amor real y duradero. Lo cierto es que no existen variables constantes para conseguir el bienestar en la pareja: muchas veces se trata de suerte.

No obstante, y aunque todas las personas son diferentes, la psicología establece ciertas medidas que se pueden tomar para mejorar la relación. Es el caso de las actividades agradables y de su impacto en los miembros de una relación sentimental.

A continuación, lo explicamos en detalle.

Cuando los problemas arrecian a la pareja

Mujer aburrida de su relación

Pueden ser sexuales, a causa del estrés, los hijos… son muchos los conflictos que pueden tener un impacto en el bienestar de la pareja. Estos, o una combinación de ellos, pueden dejar huella en las interacciones de los miembros de muchas formas.

Por ejemplo, pueden enfadarse, alejarse emocionalmente, rechazarse el uno al otro, menguar la comunicación, etc. Sin embargo, algo que siempre suele ocurrir es que los dos dejan de hacer cosas el uno con el otro.

Cuando se suprimen las actividades agradables el problema se suele acrecentar, según sugiere en este estudio el Dr. Sullivan. Esta supresión puede no solo ser consecuencia de un problema mayor, sino también el núcleo de otro conflicto.

Lo anterior ocurre porque tiene lugar una supresión de los reforzadores para ambos miembros de la pareja. Ya no hacen cosas juntos, ya no comparten actividades que antes les gustaban hacer, no mantienen conversaciones o no van a su restaurante favorito.

Reforzadores y afinidad en pareja 

Los reforzadores son estímulos que provocan que una conducta tenga más probabilidades de aparecer. Por ejemplo, si un miembro de la pareja recibe un beso cada vez que cocina algo rico, es probable que el siguiente día se esfuerce por volver a cocinar algo igual de bueno.

En ese caso, el reforzador sería el beso, que provoca que la conducta de cocinar tenga más probabilidades de aparecer. Cuando se dejan de hacer cosas en pareja, hay menos oportunidad de que esos reforzadores tengan lugar.

Si esas actividades agradables no ocurren, no hay reforzadores y, por tanto, esas conductas tienen muchas menos probabilidades de aparecer. Por ello, desde la psicología sexual y de pareja, se plantea la realización de actividades agradables como una solución eficaz y de buenos pronósticos.

Las parejas suelen juntarse por afinidad. Por ello, lo usual es que sí haya actividades agradables que puedan realizar juntos que sean reforzantes para ambos.

El objetivo de esto es volver a utilizar aquellos estímulos que ya no se usan, porque eso no significa que estén obsoletos. No dejan de funcionar como tal; simplemente han cogido polvo.

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¿Soluciones conductuales o emocionales?

Cuando analizamos problemas de pareja, usualmente no pensamos que la solución pueda ser conductual, sino más bien emocional y cognitiva. De hecho, en terapia, lo normal es utilizar las dos.

Desde luego que es importante tratar aspectos como los estándares de la pareja, las creencias sobre las relaciones cercanas o las expectativas y atribuciones irreales e irracionales. Es vital entrar en esos aspectos para lograr el ajuste marital, los patrones comunicacionales o mejorar las relaciones sexuales.

Sin embargo, las actividades agradables forman parte de una serie de estrategias conductuales —a veces desdeñadas— cuyos beneficios son enormes. Además, esos frutos obtenidos a partir de las técnicas conductuales pueden motivar a la pareja y ayudarla a seguir trabajando en la consecución de su bienestar.

¿Cómo incrementar el bienestar en la pareja?

Además de la realización de actividades agradables, se pueden llevar a cabo otras estrategias conductuales que permitirán conseguir un cambio eficaz y duradero.

Actividades agradables para el bienestar en pareja

Cuando una relación se ha deteriorado, es muy difícil que ambos miembros de la pareja quieran hacer cosas juntos. Ese es el principal problema que presentan las actividades agradables.

Por ello, es útil empezar por cosas pequeñas. Si una pareja lleva sin salir más de ocho meses, quizás abocarla a un viaje romántico a Panamá durante quince días no sea lo más adecuado.

No obstante, pequeñas actividades que resulten reconfortantes a algún miembro de la pareja o a los dos pueden ser una buena idea: pasear a los perros, hacer la comida, comprar el pan juntos, etc. Actividades sencillas en las que se puedan generar reforzadores.

A medida que se vaya avanzando, se puede proponer ir a cenar juntos a su restaurante favorito, acudir al cine o salir de fiesta.

Pareja cenando

Días especiales: día del refuerzo para el otro

Otra manera de establecer refuerzos sin que prevalezca una actividad en concreto es usar la técnica de los días especiales. Esta es útil si la pareja no está dispuesta a hacer nada juntos o no tienen tiempo.

En los días especiales, se les pide a ambos miembros de la pareja que un día de la semana lo dediquen a reforzar al otro. Los dos días no pueden coincidir, pero ambos saben qué días son los días especiales.

Aunque en la primera etapa hay recelo —pues se ve como algo poco natural o forzado— lo cierto es que las parejas suelen sentirse bien. Al recibir refuerzos —desde comentarios, conversaciones, acciones— las personas suelen sentirse satisfechas.

Cuando uno da reforzadores, suele recibir reforzadores a cambio, y esa es una idea que ambos tienen que tener en cuenta. Se suele generalizar el dar refuerzo porque ambos se sienten mejor. Aunque esta técnica no permite la resolución de conflictos, sí sirve para aumentar la gratificación.

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Observación de lo positivo para promover el bienestar en la pareja

Otra técnica conductual que puede utilizarse además de las actividades agradables es la observación de lo positivo. Aunque hay cosas positivas, elementos que antes gustaban o atraían, cuando una relación se ve deteriorada esos aspectos positivos suelen emborronarse: dejan de observarse.

La observación de lo positivo, según sugiere esta investigación del Dr. Drigotas, también busca el incremento de los reforzadores a través de la comunicación de aspectos que le gusten al otro. Desde aspectos físicos, psicológicos o del día a día —«hoy la comida te ha salido deliciosa»—, se trata de que cada día ambos se digan tres cosas positivas.

Como se ha podido observar, no hay claves concretas para que una pareja sea feliz. No obstante, todas las parejas pueden funcionar, de forma potencial, si se llevan a cabo cambios conductuales y cognitivos.

Esos cambios van de la mano, es decir, las técnicas conductuales pueden provocar cambios cognitivos y viceversa. Por eso, es importante conocer ambas y saber aplicarlas en consecución del bienestar en pareja.