¿Se pueden evitar los eructos frecuentes?

 

¿Puede haber algo más embarazoso que eructar después de una comida copiosa en compañía? Aunque sean bastante molestos, debemos saber que no se trata de una enfermedad sino de una condición que se puede reducir y evitar. Aprende cómo evitar los eructos frecuentes en el siguiente artículo.

¿Por qué se producen los eructos?

Cuando los gases del estómago salen expulsados a través de la boca y de modo abrupto pueden provocar mayor o menor sonoridad. Eso se conoce como «eructo» y tiene diversas causas, la mayoría relacionadas con la indigestión o el empacho.

Los factores que contribuyen a tener eructos son:

• Comer rápido, mucha cantidad y sin masticar o salivar.
• Consumir alimentos grasos en exceso.
• Beber demasiado líquido con gas durante la comida.
• Padecer enfermedades como la hernia de hiato, la gastritis o la úlcera duodenal.
• Tener ansiedad o estrés (porque modifican los procesos digestivos).
• Sufrir problemas intestinales como estreñimiento, intoxicaciones o intolerancias alimentarias.
• Tomar antiácidos o medicamentos similares.
• Tragar demasiado aire al comer, hablar, masticar o fumar.

Si bien es más frecuente eliminar los aires y gases a través de los intestinos, la boca es otra vía de escape. Algunas personas padecen este problema muy a menudo, mientras que a otras solo les molesta de vez en cuando.

Tomar un vaso de agua con gas suele ayudar a expulsar los eructos, aunque no es recomendable para personas que los sufren constantemente.

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Consejos para evitar los eructos frecuentes

Lo más recomendable es modificar los hábitos a la hora de comer para dejar de eructar constantemente.

Seguir una rutina alimentaria

La primera medida que se debe tomar para evitar los eructos frecuentes es mantener un orden al comer y cumplir con horarios estipulados. Desayunar a la misma hora todos los días (incluso los fines de semana) y acostumbrar al cuerpo a comer a ciertas horas es fundamental.

También se recomienda masticar lento y con la boca cerrada, no hablar mientras se come, no tomar bocados demasiado grandes, beber poca agua durante la comida y evitar las cenas copiosas y justo antes de ir a dormir (esperar al menos dos horas para acostarse).

Consumir alimentos adecuados

La comida fermentada (por ejemplo los encurtidos, el chucrut, etc.) aumentan la indigestión y, por lo tanto, los eructos. Lo mismo sucede con los alimentos muy grasos, condimentados o azucarados.

Busca sustitutos si tienes alguna intolerancia alimentaria. Por ejemplo, en caso de sufrir intolerancia a la lactosa, una buena opción es optar por tomar leche vegetal. A las personas que sufren intolerancia a la fructosa se les recomienda tomar frutas con menos cantidad de azúcar, y separadas de las comidas principales.

Se recomienda evitar alimentos como, las legumbres, el brócoli y la cebolla. No olvides que las bebidas alcohólicas y gaseosas contribuyen a los eructos, al igual que la goma de mascar, o chicle.

Reducir el estrés

Sentir ansia, nervios o estrés puede hacer que se coma más y peor. Además esa tensión propicia la respiración acelarada mientras se mastica, con lo que se ingiere más aire.

En estos momentos, se debe buscar una alternativa que favorezca la relajación: hacer ejercicio, hablar con un amigo, dormir, escuchar música…

Remedios naturales para evitar los eructos frecuentes

Manzanilla

La manzanilla, o camomila, sirve para aliviar diversos trastornos digestivos, incluyendo la indigestión y los gases intestinales (flatulencia). Se recomienda tomarla en infusión tras las comidas.

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Comidas amargas

Según indica la Medicina Tradicional China este sabor favorece la digestión (es decir, que no provoca malestares estomacales) y por ello recomienda consumir plantas amargas como el boldo, la alcachofa y la genciana.

Otras infusiones

• Cardamomo, poleo, y anís verde (una cucharada de cada una en un litro de agua).
• Jengibre (una cucharadita por taza de agua).
• Melisa, pasiflora o flor de azahar (una cucharada de cualquiera de ellas por taza de agua).
• Frambuesa, hinojo, manzanilla (una cucharadita de cada una en dos tazas de agua).

 

Los eructos suelen pasarse por sí solos. Sin embargo, si la situación no mejora y aparecen otros síntomas, como la diarrea, dolor abdominal, pérdida de apetito, o pérdida de peso rápida, se recomienda acudir al médico. Podría ser la señal de un trastorno digestivo más grave.