La importancia de una buena alimentación

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Jul 01, 2020   Dietas

La alimentación es un complejo proceso que interviene en múltiples factores físicos y mentales. La buena alimentación es uno de los hábitos más importantes para gozar de buena salud y tener una buena calidad de vida.

La nutrición desempeña un papel principal en la vida de todos los seres vivos, incluso antes de su nacimiento. Por este motivo, aunque haya alimentos de todo tipo, es fundamental seguir una dieta equilibrada y sana.

De no ser así, se pueden producir deficiencias nutricionales que debilitan las funciones inmunitarias, provocando la aparición de una amplia variedad de enfermedades.

¿Cómo llevar una buena alimentación? ¿Cuáles son sus beneficios? Para resolver estos interrogantes, hoy queremos dedicar este espacio a los aspectos más relevantes de una dieta saludable.

¿Qué es una buena alimentación?

Mujer que sigue una buena alimentación con una ensalada

Una buena alimentación es aquella que le proporciona al organismo todos los nutrientes que necesita para trabajar de manera adecuada a lo largo del día.

  • No debe excluir ningún grupo nutricional, debe ser variada y se tiene que adaptar a los requerimientos del cuerpo según la edad, el peso y el estado de salud.
  • Para garantizar platos completos y controlados en calorías, no es aconsejable improvisar los menús. Lo idóneo es planear cada plato con anticipación, para no reemplazarlos con alimentos perjudiciales.

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¿Cuáles son los beneficios de adoptar una buena alimentación?

A través de la alimentación se obtienen decenas de nutrientes que participan en todas las funciones del cuerpo. Cuando los requerimientos no se cumplen, los órganos empiezan a tener dificultades y se producen enfermedades.

Adoptar una alimentación equilibrada, completa y reducida en calorías tiene múltiples beneficios, tanto físicos y mentales, que a veces se pasan por alto. Recordemos algunos:

  • Ayuda a fortalecer el sistema inmunitario.
  • Mejora la circulación sanguínea.
  • Previene y combate las enfermedades cardiovasculares.
  • Reduce el riesgo de enfermedades crónicas.
  • Aumenta la sensación de energía y mejora el rendimiento físico y mental y, además, promueve la formación de masa muscular.
  • Mejora la salud metabólica y previene el sobrepeso y obesidad.
  • Retrasa el proceso de envejecimiento.
  • Ayuda a conservar la piel, el cabello y uñas sanas.
  • Combate el cansancio y la fatiga crónica.
  • Estimula el sistema nervioso y mejora la salud cognitiva.
  • Mejora el estado de ánimo.

Consejos básicos para una buena alimentación

Mujer en la mesa siguiendo una buena alimentación

Una buena alimentación no es aquella que excluye grupos de alimentos con el fin de reducir el número de calorías. Aunque lo ideal es moderarlas, es primordial garantizar la absorción adecuada de todos los nutrientes esenciales. Por lo tanto, las recomendaciones generales para comer bien son:

Alimentos bajos en grasa

  • Optar por las fuentes de ácidos grasos saludables, por ejemplo, el aguacate, el aceite de oliva o el pescado.
  • Evitar grasas saturadas como los aceites hidrogenados, las frituras y la mantequilla.

Carbohidratos y almidones moderados

Siempre y cuando no sean refinados, está bien comer pequeñas porciones de pasta, patatas o pan.

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Alto contenido de fibra

  • Los cereales integrales, las legumbres y los vegetales son algunas de las principales fuentes de fibra dietética.
  • Este nutriente es clave para regular la digestión, prolongar la saciedad y controlar el colesterol.

Vitaminas, minerales y antioxidantes

Distintos tipos de cereales

  • Para obtener dosis adecuadas de vitaminas y minerales, se deben consumir de 5 a 6 porciones de frutas y vegetales al día. Dependerá del tamaño y tipo de la fruta. En líneas generales, frutas y verduras deben ocupar la mitad de la comida  
  • También se pueden encontrar en otros alimentos sanos como los cereales integrales y carnes magras.

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Azúcar limitado

  • El azúcar blanco, los dulces de panadería, las golosinas y todas las fuentes de azúcar deben limitarse al máximo.
  • Esta sustancia es uno de los principales enemigos de la salud metabólica y el peso.

Poca sal

La sal está presente en decenas de alimentos de consumo diario. Además de limitarla de las comidas regulares, conviene revisar las etiquetas de los empaquetados para no caer en excesos.

Proteínas de alta calidad

  • Las carnes magras, legumbres y lácteos son algunas fuentes de proteínas de alta calidad.
  • Su consumo, diario y moderado, es primordial para recargar el cuerpo de energía y cuidar la salud muscular y metabólica.

Comer despacio

Masticar bien los alimentos y consumirlos en un lugar tranquilo también es clave en la dieta. Hay que dedicar el tiempo necesario a la comida.

Dividir las porciones

  • En lugar de comer tres porciones abundantes, lo ideal es dividir los platos en cinco o seis comidas al día.
  • Esto evita los “picoteos” continuos y, a su vez, mejora la actividad del metabolismo.

Cambiar los hábitos alimentarios es una de las mejores formas de promover la salud del organismo. ¿Sigues comiendo mal? ¡Mejóralo ahora!