Sucralosa: ¿es un edulcorante sano?

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Jul 01, 2020   Dietas

La sucralosa, como el resto de edulcorantes, suelen estar en el punto de mira, ya que se cuestiona si son sanos o no para la salud. Cada vez se encuentran más productos que tienen sucralosa en sustitución del azúcar y pensamos que este alimento será más saludable; pero, ¿de verdad es así?

¿Qué es la sucralosa?

La sucralosa (E955) es un edulcorante artificial no nutritivo, 600 veces más dulce que la sacarosa o azúcar blanco. Fue aprobado por la FDA en 1999 para ser utilizado en los alimentos, bebidas, productos farmaceúticos, dietéticos y suplementos vitamínicos.

Fue descubierta por casualidad en 1976 por un estudiante de química de una universidad de Londres. Se le ocurrió probar un compuesto obtenido al reemplazar tres grupos de hidrógeno-oxígeno en la molécula de sacarosa por tres átomos de cloro.

La principal ventaja de la sucralosa es que se precisan dosis muy bajas para conseguir el efecto dulce. Además, prácticamente no aporta calorías, ya que la mayor parte no se metaboliza, sino que se expulsa por las heces fecales. Solo una pequeña parte se absorbe intestinalmente, pero se expulsa por la orina, menos un 20-30 %, que sí se metaboliza.

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No es cancerígena

Se publicaron varios estudios en los que se decía que la sucralosa, al calentarse a altas temperaturas, podría producir efectos tóxicos. Se afirmaba que, al calentarse por encima de los 120 ºC, la sucralosa se descomponía e interactuaba con compuestos grasos, generando unos agentes nocivos denominados cloropropanoles, que aumentan el riesgo de cáncer.

Sin embargo, recientes estudios han confirmado que esto es falso y que la sucralosa no tiene efectos cancerígenos y es segura para el consumo. La FDA ha establecido como segura una dosis de 500 mg/kg por peso corporal/día.

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¿La sucralosa engorda?

Como hemos dicho, es un edulcorante acalórico, que prácticamente es expulsado del cuerpo en su totalidad. Sin embargo, no se asocia con una pérdida de peso, ¿por qué ocurre esto?

Un estudio publicado en Obesity observó una relación entre el consumo de edulcorantes artificiales y un aumento del peso corporal. Esto puede deberse a diferentes causas:

  • Un edulcorante no sacia. En un estudio en el que se cogieron a 12 mujeres sanas, les hicieron resonancias magnéticas mientras probaban dosis pequeñas de sacarosa y sucralosa. Se encontraron con que, mientras la sacarosa estimula las zonas de actividad dopaminérgica, la sucralosa no lo hace.

Aunque la mente consciente no distinga entre un azúcar natural y un edulcorante, nuestro cerebro solo activa los neurotransmisores del placer cuando detecta el azúcar, ignorando la existencia de la sucralosa.

  • Se puede alterar la respuesta neuronal-hormonal que general el sabor dulce. Por lo tanto, se secreta más insulina por el páncreas, lo que podría dar origen a desequilibrios fisiológicos.
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¿Altera la microbiota intestinal?

En los últimos años, se esta estudiando con profundidad el efecto que tienen los edulcorantes sobre la microbiota intestinal, ya que podrían modificar las bacterias beneficiosas por bacterias más perjudiciales.

En un estudio publicado en Journal of Toxicology and Enviromental Health, en el que experimentaron con ratones, se halló una relación entre el consumo de sucralosa y una reducción de las bifidobacterias, microorganismos que son clave en la estabilidad bacteriana intestinal.

Mientras, también se ha visto que la sucralosa dispara la intolerancia a la glucosa, un síntoma típico de las personas prediabéticas.

Hay que tener en cuenta que estos estudios están hechos en ratones. En humanos no está claramente demostrado que los edulcorantes afecten a la microbiota, pero sí se sabe que la flora intestinal de las personas obesas es diferente a la de las personas con un peso saludable.

Conclusión

La sucralosa es un edulcorante seguro, aunque hayan surgido muchas dudas en torno a él. Aún así, es conveniente no abusar de la sucralosa, ni de ningún otro edulcorante, ya que no se tienen claros los efectos que pueden producir en nuestra salud a largo plazo.

Sobre todo, hay que tener claro que no es una buena alternativa para perder peso. La mejor opción para endulzar la comida es mediante endulzantes naturales, como la fruta, la fruta desecada o especias como la canela.