Beneficios del aceite de coco para la salud

El aceite de coco se ha convertido en un alimento muy popular, tanto por sus características organolépticas como por su aporte nutricional. De este modo, en la industria de los alimentos procesados sin azúcares se utiliza para mejorar la textura y el sabor de los productos.

Por otra parte presenta propiedades en lo que a hidratación de la piel se refiere. Por este motivo, muchos laboratorios lo utilizan como componente en sus productos de belleza. En este artículo vamos a centrarnos en sus propiedades nutricionales y en por qué es un alimento que se puede incluir en la dieta habitual.

El aceite de coco contiene grasas de calidad

El aceite de coco es un alimento compuesto fundamentalmente por materia grasa. De hecho, la mayor parte de los ácidos grasos que contiene son de tipo saturado. Hasta hace poco, estos nutrientes se asociaban a un empeoramiento del estado de salud. Sin embargo, hoy en día comienzan a surgir dudas al respecto entre los expertos.

Los ácidos grasos saturados del aceite de coco se componen de triglicéridos de cadena media, cuyos efectos positivos sobre la salud han sido probados. La ingesta regular de este tipo de nutrientes contribuye al correcto funcionamiento del sistema cardiovascular, como explica un artículo publicado en la revista Nutrition Reviews.

Por otra parte, la ingesta de este tipo de grasas se relaciona con un aumento de la saciedad y, por lo tanto, con la pérdida de peso. Pero, de acuerdo con los hallazgos de un estudio publicado en European Journal of Clinical Nutrition, la evidencia actual sobre esta relación no es muy fuerte. Son necesarios más ensayos en humanos para corroborarlo.

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El aceite de coco aporta vitamina E

Cuando hablamos de aceite de coco, debemos tener en cuenta que es un ingrediente que aporta vitamina E. Este nutriente se destaca por su efecto antioxidante que resulta adecuado a la hora de luchar contra los radicales libres y la oxidación celular.

Por otra parte, se ha evidenciado una relación estrecha entre ingestas adecuadas de esta sustancia y el correcto funcionamiento del sistema inmune, como sugiere un artículo publicado en la revista Nutrients.

Por si esto fuera poco, la vitamina E interacciona positivamente con la vitamina K, ayudando a dilatar los vasos sanguíneos e impidiendo la coagulación de la sangre dentro de ellos. Este es otro de los motivos por los cuales el aceite de coco es un alimento beneficioso a la hora de ayudar a reducir el riesgo cardiovascular.

Además, se estudia la relación de esta vitamina con la prevención de enfermedades neurodegenerativas, donde podría tener una fuerte incidencia, a pesar de que los estudios actuales no han revelado conclusiones firmes al respecto.

Un producto versátil

El aceite de coco puede introducirse en la alimentación de varias formas distintas. Es un producto encaja bien dentro de la repostería saludable gracias a sus propiedades organolépticas.

Debido a su contenido en ácidos grasos saturados, aguanta de forma muy eficiente el calor. Por este motivo, puede ser sometido a procesos de cocción a altas temperaturas con garantías.

En cualquier caso, debemos de recordar que este tipo de cocciones deben de realizarse de forma esporádica, pues se producen ciertos compuestos tóxicos que pueden ser perjudiciales para la salud a mediano y largo plazo.

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Aceite de coco como parte de una dieta saludable

Como vemos, este producto puede aportarnos muchas cosas positivas en lo asociado a la salud. Incluirlo en la dieta, y combinarlo con otros aceites vegetales de calidad como el de oliva, contribuirá a mejorar nuestra salud cardiovascular.

No debemos de olvidar que supone un aporte interesante de vitamina E, el cual puede compensar deficiencias en este nutriente en el marco de una dieta baja en frutos secos. Esta sustancia presenta muchas funciones a nivel orgánico y es necesario garantizar su consumo regular para prevenir problemas de salud vascular.

Por último debemos destacar que se trata de un producto con gran versatilidad a la hora de ser utilizado en la cocina. Aguanta bien el calor y encaja perfectamente con las recetas de repostería saludable actuales.

Gracias a sus características organolépticas permite conseguir postres con un buen sabor, aún añadiendo dosis de azúcar menores. Esto, sin duda, impactará de forma positiva en la salud.