6 técnicas de hidroterapia para mejorar la salud de manera n

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Jul 01, 2020   Remedios naturales

La hidroterapia se basa en la aplicación del agua sobre nuestro cuerpo con fines curativos, según la dolencia. Nuestro organismo reacciona de manera rápida y efectiva al efecto del agua, tanto a corto como largo plazo.

¿Qué es la hidroterapia?

La hidroterapia es un método de tratamiento que utiliza el agua (a diferentes temperaturas y presiones) para obtener alivio en el cuerpo, bien sea por dolencia o por bienestar en general.

En otras palabras, el agua ayuda a reducir las inflamaciones, eliminar la infecciones, depurar el organismo, mejorar la circulación o fortalecer el sistema inmunitario.

Existen muchas maneras de aplicar el agua cuando llevamos a cabo una hidroterapia. La clave está principalmente en la temperatura de la misma, que puede ser fría, caliente o alterna. De este modo, se activan diferentes funciones del organismo sin la necesidad de tomar ningún medicamento.

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Técnicas de hidroterapia

1. Baños de agua caliente para pies

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Los baños de pies con agua bastante caliente nos ayudan a equilibrar la temperatura de nuestro cuerpo y a combatir algunas afecciones:

  • Migrañas y dolores de cabeza (en especial, cuando sentimos un exceso de calor en la cabeza).
  • Inflamaciones y dolores en la parte superior del cuerpo.
  • Ansiedad, insomnio y estrés.
  • Insolación.

Los baños de agua caliente en los pies también son muy recomendables para personas friolentas, ya que ayudan a entrar en calor con rapidez. A estos baños se les puede añadir sal marina, bicarbonato de sodio o vinagre al agua para potenciar los efectos relajantes.

2. Ducha alterna de piernas

Las personas que sufren mala circulación en las piernas, que tienen tendencia a la celulitis, la retención de líquidos o las varices, tienen que probar las duchas de piernas combinando temperaturas calientes y frías.

Se pueden hacer en cualquier momento o bien al terminar cada ducha. Tienen un efecto inmediato que calma la pesadez y nos ayuda a mejorar la circulación a largo plazo.

Deberemos hacer siempre un recorrido ascendente, primero en una pierna y luego en la otra, y terminar siempre con el agua fría.

3. Agua fría en los ojos

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Hay una relación sorprendente entre la función del corazón y los ojos. El agua fría en los ojos sirve para calmar algunas afecciones leves, como la taquicardia, salpicando nuestro ojos cerrados con agua fría. Podemos hacerlo en cualquier momento que lo necesitemos. No obstante, si es algún síntoma importante deberemos acudir al médico lo antes posible.

Al salpicar los ojos con agua fría la persona se espabila y se refresca. Este método es tan simple de aplicar que resulta un gran aliado para cualquier momento en que se necesite; bien sea por calor o por cansancio, por estrés, etcétera.

4. Baños de asiento

Los baños de asiento consisten en sentarnos dentro de un cubo o recipiente con agua para que nuestro vientre quede sumergido en el agua.

Se realizan baños de asiento con agua caliente lejos de las comidas para conseguir un efecto equilibrante en general, así como para desinflamar el vientre. No obstante, también se recomiendan los baños de asiento con agua fría para calmar hemorroides y fisuras anales, pero durante un máximo de dos minutos.

5. Baño de pies para el asma

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Hemos hablado de los baños de pies con agua caliente para diferentes trastornos. No obstante, hay un tipo de baño de pies específico para calmar las crisis de asma durante la noche.

  • En este caso, debemos hacerlos a temperatura creciente; es decir, aumentándola de manera gradual, hasta donde sea soportable.
  • Añadiremos agua cada vez más caliente durante un tiempo no superior a los diez minutos. Los pies estarán muy rojos por la congestión.
  • Por último, se lavan con agua fría y se abrigan bien.

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6. Bañera relajante

Aunque los balnearios nos ofrecen baños relajantes de todo tipo, en nuestro hogar también podemos prepararnos, si tenemos bañera, algo parecido de manera sencilla.

  • Solamente tenemos que llenar la bañera de agua caliente, a una temperatura un poco superior a la de nuestro cuerpo.
  • Después, debemos añadirle 100 gramos de sulfato de magnesio en polvo, el cual tiene propiedades relajantes y revitalizadoras. 

El baño relajante, por excelencia, tiene una duración mínima de 20 a 30 minutos. Para que esta bañera relajante sera comparable a la de cualquier balneario, debemos procurar también que sea un momento del día en el que podamos descansar sin preocupaciones ni contratiempos. Lo ideal es llevarlo a cabo justo antes de acostarnos.

A la hora de relajarnos influye también la iluminación, que debe ser preferiblemente tenue. También podemos optar por el silencio o bien por música clásica, así como por algún aceite esencial (lavanda, limón, naranja) que aromatice el ambiente.

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