Dolor irruptivo: síntomas y tratamiento

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Jun 30, 2020   Salud

El dolor irruptivo es un concepto que se ha creado recientemente para referirse a un cuadro que se da específicamente en personas con cáncer. Es un dolor breve que aparece repentinamente en personas que ya sufren una patología dolorosa, como el cáncer.

Es decir, el dolor irruptivo aparece en personas que ya tienen un dolor de base y que, generalmente, ya se encuentran medicadas para paliarlo. No obstante, este dolor irruptivo es tan intenso que supera la eficacia de ese tratamiento y resulta insoportable para quien lo padece.

Afecta a muchas de las personas con procesos crónicos. Se estima que 2 de cada 3 pacientes que experimentan dolor por el cáncer, también sufren dolor irruptivo. Además, se trata de algo impredecible.

Es una experiencia muy dura que interfiere aún más en la calidad de vida y en el bienestar de estas personas. Por ello, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre él.

¿En qué consiste el dolor irruptivo?

En realidad, la definición del dolor irruptivo, según la Sociedad Española de Oncología Médica, es un poco más concreta. Lo define como una exacerbación transitoria, repentina y de mucha intensidad que aparece sobre un dolor persistente de base. 

Dolor de pecho por cardiopatía isquémica

Este dolor aparece, por tanto, en personas que ya están siendo medicadas para controlar el dolor que sufren de base. Además, el dolor irruptivo se puede clasificar en diferentes tipos:

  • Incidental, que a su vez puede ser predecible o impredecible. Este dolor irruptivo incidental es el que se relaciona con un movimiento muscular, como toser o estornudar.
  • Idiopático, que no se puede relacionar con ninguna causa concreta.
  • Dolor irruptivo que aparece por la disminución de los analgésicos. Es típico que aparezca cuando ya hace rato que se ha tomado la dosis del analgésico que controla el dolor de base. También cuando pasa mucho tiempo entre un analgésico y otro.

¿Qué síntomas lo acompañan?

La presentación del dolor irruptivo cambia según cada paciente y depende, principalmente, del dolor que éste tenga de base. Por ejemplo, puede tratarse de un aumento súbito y fuerte de un dolor de pierna, en el caso de un sarcoma de rodilla.

Como cualquier otro dolor, es normal que la persona se muestre sudorosa, con la respiración acelerada y taquicardias. La piel se suele volver más pálida y todos los músculos se tensan.

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¿Cómo se trata el dolor irruptivo?

Para poder establecer un tratamiento completo, es esencial que entendamos que no se trata de algo meramente físico. El dolor irruptivo es una situación que complica la vida del paciente y que también tiene repercusiones psicológicas.

Por ello, el tratamiento debe de ser tanto farmacológico como no farmacológico. Es necesario proporcionar a esas personas apoyo psicológico, métodos de relajación y técnicas para enfrentarse a dicho dolor.

Lo ideal es tratar el agente que causa este dolor o, al menos, tratar de prevenir los picos de dolor irruptivo. Además, el tratamiento médico sigue una serie de estrategias terapéuticas en función del tipo de dolor y de la intensidad.

Los fármacos más usados son los opioides; algunos de ellos son el fentanilo y la morfina. El problema es que, cuando el dolor ya ha llegado, es muy difícil paliarlo con los analgésicos comunes. Ocurre lo mismo con los opioides que se toman oralmente.

Por ello, se suelen emplear sustancias ‘de absorción transmucosa‘. Esto hace que el fármaco atraviese las mucosas y llegue directamente a la circulación sanguínea. Así, el alivio es mucho más rápido y efectivo. Un ejemplo es la zona de debajo de la lengua.

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En conclusión

Una persona con un proceso oncológico o una enfermedad crónica que presente un dolor de base puede sufrir picos de exacerbación de ese dolor, que presentan el nombre de dolor irruptivo.

Es esencial que comprendamos la complejidad de esta situación para poder ayudar tanto física como mentalmente a las personas que lo sufren. No obstante, debe ser el médico el que elija cualquier tipo de tratamiento.