Jun 30, 2020 Salud
La fosfomicina es un medicamento antibiótico que está disponible desde el año 1969 como sal soluble en agua. Se trata de un antibiótico bactericida, es decir, provoca la muerte de las bacterias patógenas. Es eficaz frente a la mayoría de las bacterias causantes de infecciones urinarias.
Además, se trata de un antibiótico de amplio espectro, es decir, capaz de hacer frente a casi todo tipo de bacterias, no solo a las que pertenecen a un grupo concreto.
Este antibiótico es un medicamento que altera la pared bacteriana, tal y como veremos más adelante con más detalle. Está indicado para el tratamiento de las infecciones urinarias, por lo general, en una sola dosis oral.
Por otro lado, se han propuesto más indicaciones para este medicamento. Incluso, debido al desarrollo de resistencia por parte de las bacterias, ha crecido el interés por el uso de este fármaco en otros tipos de infecciones.
Mecanismo de acción de la fosfomicina
Este medicamento debe su eficacia para el tratamiento de infecciones bacterianas a la capacidad que tiene de inhibir uno de los primeros pasos en la síntesis de los peptidoglicanos.
Los peptidoglicanos son parte fundamental de la pared bacteriana y, a su vez, la pared bacteriana es una estructura fundamental para la vida del microorganismo. Por lo tanto, al estar inhibida su síntesis, la bacteria se muere.
En concreto, la inhibición de la síntesis de peptidoglicanos origina una acumulación de los sustancias que hacen que la bacteria quede inactiva y se muera.
Por otra parte, cabe comentar que se han realizado estudios sobre la eficacia clínica que muestra la fosfomicina como una terapéutica útil en el tratamiento de infecciones urinarias no complicadas en mujeres.
¿Qué son las infecciones urinarias?
Las infecciones urinarias son enfermedades que se producen por la existencia de patógenos en la orina debido a la infección de los componentes que forman el sistema urinario, es decir, la uretra, la vejiga, el riñón o la próstata.
Esta enfermedad es más frecuente en mujeres que en hombres. Aproximadamente, se estima que una mujer puede padecer por lo menos un episodio de infección urinaria en su vida; de 3 % a 5 % de las mujeres en edad reproductiva activa tendrán una infección urinaria, y del 0,5 % a 1 % tendrán infecciones recurrentes.
Además, hay una serie de factores de riesgo que favorecen el desarrollo de esta enfermedad. Entre ellos podemos encontrar:
- La edad.
- Actividad sexual, a más actividad mayor probabilidad.
- Higiene sexual poscoito.
- Embarazo.
- Historia de una infección urinaria reciente.
- Uso de ciertos antibióticos.
Por otra parte, en cuanto a los síntomas, cabe mencionar que la infección de las vías urinarias no siempre cursa con síntomas o signos. No obstante, en caso que sí se manifiesten, los más comunes son algunos de los siguientes:
- Necesidad imperiosa y constante de orinar.
- Sensación de ardor al orinar.
- Orinar en varias ocasiones pero en cantidades muy pequeñas.
- Olor fuerte de la orina.
- Dolor pélvico en las mujeres, sobre todo en le centro de la pelvis y alrededor de la zona del hueso púbico.
Lee también: Los antibióticos de amplio espectro: funciones y resistencias
Reacciones adversas de la fosfomicina
Al igual que todos los medicamentos en el mercado, la fosfomicina no está exenta de producir una serie de efectos adversos que hay que tener en cuenta a la hora de iniciar el tratamiento con este medicamento.
Entendemos efectos adversos como todos aquellos eventos indeseados y no intencionados que se producen con el tratamiento con un medicamento. En este sentido, las reacciones adversas más descritas han sido:
- Diarrea.
- Mareos.
- Dolor de cabeza o cefaleas.
- Náuseas y vómitos.
- Vaginitis.
También se han notificado, aunque en menos del 1 % de los pacientes, las siguientes reacciones adversas en los ensayos clínicos:
- Dolor abdominal.
- Dolor de espalda.
- Faringitis.
- Rinitis.
Por último, cabe mencionar que la fosfomicina también se puede administrar por vía intramuscular, lo que produce bastante dolor en las zonas inyectadas. Asimismo, en los pacientes que sean hipersensibles a este medicamento pueden aparecer problemas cutáneos, que desaparecen con la administración de antihistamínicos sin la interrupción del tratamiento.
Descubre: Riesgos de la automedicación
Conclusión
Las fosfomicina es un antibiótico utilizado principalmente para el tratamiento de las infecciones e las vías urinarias. No obstante, se están estudiando otras indicaciones, ya que las resistencias bacterianas están limitando el abanico terapéutico de los antibacterianos.
Consulta con el médico o con el farmacéutico cualquier duda que tengas sobre este tipo de infecciones y sobre la fosfomicina. Debes seguir siempre las recomendaciones de los profesionales y nunca automedicarte.
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