¿Para qué sirve el apéndice?

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Jun 30, 2020   Salud

Existe la idea generalizada de que el apéndice es solamente un reducto de la evolución humana y que finalmente no sirve para nada. De hecho, la función de este pequeño órgano aún no está clara para la ciencia. Sin embargo, hay muchos datos que muestran que quizás no es tan inútil como se creía.

Lo más habitual es que solo se hable del apéndice cuando causa problemas, en particular cuando se inflama y se produce la apendicitis. Todos sabemos que en esos casos no hay más remedio que acudir a la cirugía para que extirpen el órgano.

Se cree que el 8,6% de los hombres tendrán que someterse a la apendicectomía, o extirpación del apéndice. En el caso de las mujeres la cifra es ligeramente menor: 6,7%. Lo cierto es que nadie cree que extrañará ese órgano, pero quizás las cosas no sean tan simples.

¿Qué es el apéndice?

El apéndice es una pequeña prolongación delgada que se ubica en el intestino grueso, en un punto llamado ciego, que también está cerca de la terminación del intestino delgado. Se le considera una extensión del colon ascendente y tiene una longitud de entre 8 y 12 centímetros.

Se le da el nombre de apéndice porque su apariencia es la de un colgajo que parece un péndulo. Tiene forma de gusano o tornillo y presenta entrada, pero no salida. Esa es la razón por la que puede acumular partículas de alimentos fácilmente e inflamarse, causando la apendicitis.

Desde la Antigüedad, este órgano se convirtió en todo un misterio para los médicos. Partían de la idea de que si estaba ahí debía desempeñar alguna función, pero no lograban encontrarla. Por lo mismo, durante mucho tiempo se creyó que simplemente era un reducto de la evolución humana, destinado a desaparecer del cuerpo con el tiempo.

ubicación del apéndice en el intestino
La ubicación anatómica del apéndice es sobre la zona del ciego, en el intestino grueso

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Un cambio de perspectiva

Pese a las ideas dominantes, los investigadores descubrieron que el apéndice había evolucionado 26 veces en los mamíferos. Es decir que a lo largo de los siglos había cambiado para acomodarse mejor en el organismo. Este dato no coincidía con la idea de que no sirve para nada. Si no sirviera, ¿para qué tantas adaptaciones?

Muchos expertos decidieron unir fuerzas para investigar por qué se presentaba esa aparente contradicción. Fue así como en el año 2016 se inició un estudio que pretendía establecer cuáles eran los factores en común que tenían los animales con el apéndice. De este modo analizaron cientos de mamíferos, incluyendo al hombre.

La primera conclusión a la que llegaron fue que el apéndice evolucionó más veces de las que se perdió. Es decir, que eran muchos más los animales en los que este colgajo se mantenía y se adaptaba, que aquellos en los que terminaba desapareciendo. Esto llevó a los científicos hacia un camino sorprendente.

Los nuevos hallazgos sobre el apéndice

Los investigadores también encontraron que dentro del apéndice hay una alta concentración de tejido linfático, y este sirve como protección para el organismo. Esto los condujo a la hipótesis de que el apéndice podría cumplir un rol inmunológico.

El fisiólogo Loren Martin, de la Universidad del Estado de Oklahoma, señaló que en las paredes del apéndice, especialmente en los niños y los jóvenes, hay muchas células linfáticas. A su juicio, esto convierte a ese órgano en una especie de amígdala del intestino, similar a las amígdalas de la garganta.

Esto quiere decir que ese pequeño colgajo quizás actúa como un frente de defensa contra diferentes enfermedades. Las células linfáticas son una especie de puntos defensivos que ejercen control inmunitario.

Un estudio parece corroborar esta hipótesis, al menos en parte. Según el mismo, las personas que contraían una infección por la bacteria Clostridium difficile tenían el doble de probabilidades de llegar a una condición grave si no tenían apéndice.

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Otros datos de interés

La anterior no fue la única conclusión a la que llegaron los científicos. Actualmente se sospecha que el apéndice también es una importante reserva y refugio de la flora intestinal. Dicha flora, que se conoce con el nombre de microbiota, es clave para el sistema inmunológico, el metabolismo y el desarrollo de algunos órganos.

La flora intestinal puede alterarse por diversas circunstancias, como por ejemplo una diarrea severa. Lo que suponen los investigadores es que si eso sucede, el apéndice opera como una especie de dispositivo de emergencia.

Esto quiere decir que ayuda a reponer los microorganismos que se han perdido. Al parecer, en quienes han pasado por una apendicectomía, la flora tarda más en recuperarse en circunstancias similares. Después de todo, parece que el apéndice no es tan inútil como lo creíamos.