Aprovecha cada momento porque no siempre tendrás una segunda

No dejes pasar las oportunidades que se te presentan y aprovecha cada momento. La vida sigue transcurriendo aunque tú te pares y frenes.

¿Te arrepentirás de no haber tomado esa decisión el día de mañana? Entonces, ¡deja de perder el tiempo!

Vivimos en una especie de piloto automático que, por momentos, nos vuelve ciegos.

A nuestro alrededor surgen oportunidades de hacer lo que queremos, de tener la vida que deseamos o de encontrar a esa persona tan ideal con la que compartir nuestra existencia.

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Sin embargo, agachamos la cabeza, miramos hacia el suelo y nos permitimos perder oportunidades.

Lo hacemos como si ese tren que acaba de pasar pudiera volver a hacerlo, pero… ¿Y si esto no llega nunca a suceder?

Nunca te quedes con la miel en los labios

No te gusta tu trabajo; lo odias y, cada vez que te levantas por la mañana, te cuesta horrores. Esto provoca que estés malhumorado durante todo el día y que lo pagues con los demás.

Sabes que no se lo merecen, pero ¡no estás donde quieres estar!

Quizás hubieras podido hacer un curso que te abriría las puertas a lo que en realidad quieres dedicarte, pero te pones la excusa del tiempo y del dinero.

Tal vez haya surgido una oportunidad de trabajo más atrayente, pero tienes miedo a que te echen a los pocos meses.

Tienes a tu alcance múltiples posibilidades de retomar ese camino que te gustaría recorrer y que cambiaste por otro más estable, con un sueldo fijo, pero completamente aburrido y que sabes que no es para ti.

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El día de mañana te arrepentirás de no haber hecho todo lo posible, de no haber saltado al vacío. Tus miedos te paralizan ahora, pero ¿es así cómo quieres seguir viviendo el resto de tus días?

Aprovecha cada momento, aunque suponga un cambio drástico. Si es lo que en verdad quieres hacer, merecerá la pena correr el riesgo.

¿Pierdes o ganas?

Vivimos en una sociedad en la que creemos perder cuando en realidad quizás estemos ganando. Si dejas ese trabajo, sí, lo pierdes, pero ¿y lo que ganas?

Ganas en felicidad, en tiempo para emprender y dirigirte hacia lo que en verdad quieres hacer. Ganas en motivación, en energía, en saber decir «no».

Pensemos en las veces que hemos dudado en dejar o no a una pareja con la que las discusiones estaban a la orden del día, ya no éramos felices y la relación suponía todo un calvario. Entonces, ¿qué nos retenía?

Al igual que en el trabajo, tomar una decisión que implica romper con algo nos hace pensar en un fracaso. Un trabajo fijo, una relación de más de 2 años, ¡vamos a echar por tierra todo nuestro esfuerzo y dedicación!

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Tendemos a mantener relaciones laborales y de pareja a largo plazo. Parece que el hecho de que duren sólo unos meses es algo malo.

Nos da miedo el cambio, la incertidumbre de no saber qué pasará mañana.

Por eso, buscamos algo seguro. Queremos asegurar nuestro futuro. Sin embargo, nos olvidamos de que no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí y de que ese futuro puede terminar siendo algo totalmente opuesto a lo que imaginábamos.

Aprovecha cada momento

Aprovecha cada momento porque es lo único real que puedes tener ahora mismo. Disfrútalo, saboréalo, acoge cada oportunidad sin pensar en lo que pasará.

Si deseas hacer esa locura, si quieres irte a la otra punta del mundo, simplemente, hazlo. No temas que tu vida transite por otro sendero. ¿Acaso vas a dejar que tus sueños se queden solamente en eso?

Seguro que por tu mente pasan infinidad de cosas que te gustaría hacer. ¿A qué esperas? También, es probable que tengas muchos remordimientos por no haber aprovechado situaciones que te habrían hecho muy feliz.

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No sigas cayendo en el mismo error y aprovecha cada momento. La vida está para ser disfrutada ahora, de forma responsable y siempre teniendo en cuenta lo que te está diciendo tu intuición.

Ella más que nadie sabe a dónde quieres dirigirte y lo que quieres hacer. Ya va siendo hora de que vuelvas a escucharla y que dejes de intentar acallarla.