Beneficios de la actividad física durante la dieta

Cuando decides adecuar tu rutina a un estilo de vida más saludable, es más probable que obtengas mejores resultados a largo plazo si combinas la actividad física durante la dieta.

Los deportistas profesionales y sus entrenadores conocen este hecho y también saben que esta relación beneficiosa no es fruto de un día. En verdad, es el resultado de una simbiosis entre el trabajo de entrenamiento y los nutrientes adecuados para cada situación.

Principales beneficios de cualquier actividad física durante la dieta

Hablamos de los principales beneficios de la práctica regular de actividad física y del mantenimiento de una dieta adaptada a ella. Podemos enumerar:

• Prevención de la ganancia de peso. Como lo destaca un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, mantener un plan de ejercicio con la dieta puede ayudar a mantener un peso sano, evitando además la pérdida de masa muscular.
• Reducción de los riesgos de padecer sobrepeso y obesidad. Siguiendo con el beneficio anterior, la práctica constante de ejercicio previene la acumulación de grasa y, con eso, el sobrepeso y la obesidad. 
• Ayuda a prevenir enfermedades crónicas. Como las enfermedades cardiovasculares. Tales como infartos e hipertensión. Y de otras como cáncer de colon, cáncer de mama, osteoporosis o estreñimiento.
• Mejoras en el tono muscular. Como la fuerza, capacidad de equilibrio y flexibilidad.
• Prevención de estados apáticos. También del estrés y de la depresión.
• Mejora del estado de salud y del estado de ánimo a todos los niveles.

Lee también: El sistema inmunitario

Funciones que componen el gasto energético total

A lo largo del día, nuestro organismo realiza una gran variedad de procesos para los que necesita energía. Por ejemplo:

• Metabolismo basal. Es la energía que se utiliza en realizar las funciones básicas. Como respirar, hacer circular la sangre o mantener la temperatura corporal. Este grupo depende de condiciones físicas y antropométricas del individuo. Aunque también de aspectos externos, como el clima o la altitud.
• Efecto termogénico de los alimentos. Esta es la energía que se emplea en la propia digestión, absorción y metabolización de los nutrientes. Es el componente más pequeño del gasto calórico. Supone alrededor del 10% del total.
• Actividad física. Esta es la energía utilizada en cubrir las actividades físicas diarias. Aquí se incluye la actividad física basada en acciones generales diarias. Además del ejercicio físico de la actividad deportiva y el deporte como tal o ejercicio reglado.

Este es el apartado más variable. Ya que, dependiendo de si una persona es sedentaria o activa, su gasto en esta área puede aumentar hasta más del doble.

• Crecimiento. Este gasto se da en edades infantiles y adolescentes. Es cuando tenemos un gasto de energía extra dedicado al crecimiento y al desarrollo de nuevos tejidos. Además, existe también un gasto debido a la maduración física y sexual.
• Enfermedades. Debido al estrés sufrido por una enfermedad crónica. O bien por intervenciones quirúrgicas, procesos degenerativos, o la presencia de fiebre. Por este motivo, puede aumentar mucho el número de calorías necesarias para conservar un estado nutricional adecuado.

Te interesará: 10 alimentos para mejorar la concentración

Los beneficios de una alimentación correcta para la actividad física

Ayudará a que nuestro organismo se recupere más rápido tras la actividad. Algunos de los efectos beneficiosos que una alimentación correcta tiene sobre la actividad física serán:

• Podremos entrenar durante más tiempo y con mayor intensidad. Esto, además de sus efectos beneficiosos sobre el organismo, nos permitirá alcanzar una mayor sensación de superación personal.
• Retrasa la aparición de la fatiga.
• Permite una recuperación más rápida del organismo.
• Ayuda a que el cuerpo se adapte mejor. Y con más rapidez al tipo de ejercicio realizado.
• Mejora la composición y la fuerza corporal.

• Mejora la concentración durante la actividad física. Es importante al realizar deportes en grupo. Ya que mejora la actuación personal y será beneficiosa para todos.
• Ayuda a mantener más saludable el sistema inmunitario.
• Reduce el riesgo de las lesiones derivadas de la actividad física realizada.
• Reduce el riesgo de padecer calambres.

Por todos estos efectos, los beneficios de combinar la actividad física durante la dieta resultan evidentes. Asimismo, la alimentación debe adecuarse al tipo de ejercicio realizado. Y así cubrir las necesidades de nutrientes, que variarán según cada actividad.