Qué hacer si mi bebé se ha golpeado en la cabeza

«Mi bebé se ha golpeado en la cabeza y no se qué hacer». Quizá, como madre, este sea tu caso. La niñez es la época en la cual más travesuras hace un bebé. Esta etapa está llena de preocupaciones para los padres porque el bebé se expone a ciertos riesgos. No obstante, debes saber que los golpes en esa edad son comunes.

Los bebés no son conscientes de los peligros existentes a su alrededor. Fácilmente tropiezan con los muebles o no ven el juguete que está en el piso. Esta etapa de riesgo suele ser entre los seis meses hasta los cuatro años, dentro de los cuales el pequeño empieza a descubrir el mundo con mayor independencia.

En este sentido, quizá esto te parezca familiar: «Mi bebé se ha golpeado en la cabeza muy fuerte y no deja de llorar». Un golpe en la cabeza puede llegar a ser de alto riesgo. Por eso, es importante tener intuición y saber cuáles son los puntos peligrosos de tu hogar. De esta forma, evitarás los golpes accidentales.

Mi bebé se ha golpeado en la cabeza: ¿cómo ayudarlo?

Ahora que tienes claro cuán inquieto y susceptible es tu pequeño a los golpes, es importante que sepas las acciones a tomar. La mayoría de los accidentes solo producen lesiones en la superficie de la cabeza como hematomas, heridas y dolor.

En primer lugar, mantén a tu bebé en un lugar tranquilo y silencioso. Después, eleva su cabeza mientras le aplicas hielo envuelto en un trozo de tela. Ofrece un poco de agua en muy pequeñas porciones para evitar algún síntoma de vómito. Lo importante es que mantengas la calma y hagas que tu bebé se tranquilice.

Leer también: 8 ingredientes naturales que puedes usar para aliviar las heridas de la piel

Corte

En el caso de haberse producido un corte, debes lavar la herida con agua limpia. Si se rompió algún objeto, procede a revisar que no hay partículas incrustadas en la zona. Para cortar la hemorragia, utiliza una gasa humedecida con agua oxigenada dando pequeños toques en el lugar.

Por otro lado, ten presente que si la herida es profunda, es posible que requiera sutura. En ese caso, lo más recomendable es acudir a un centro médico.

Hematoma

En caso de que tu hijo haya tenido un hematoma, el procedimiento es más sencillo. Al momento de aplicar hielo de forma localizada debería reducirse el tamaño del hematoma. Si, por el contrario, aumenta de tamaño, lo mejor es que acudas al médico para que revise con profundidad. Así evitarás cualquier consecuencia mayor.

Te interesa leer: ¿Qué son los vómitos en escopeta?

Síntomas de alerta

Los golpes en la cabeza son uno de los más delicados tanto para niños como para adultos. Por ser la zona que aloja el cerebro, es importante observar cómo reacciona tu bebé horas después del accidente.

Uno de los síntomas que más crea dudas es el de la somnolencia. Suele creerse que no se debe dejar dormir al niño luego de recibir un golpe en la cabeza. Sin embargo, no debes exigirle que se mantenga despierto. Al despertar, debes observar con mucha atención si mantiene su rutina con normalidad.

Otros síntomas son las náuseas, la visión borrosa o la desorientación. Estas situaciones deben ser vigiladas con cuidado y llevar un registro de la frecuencia. Revisa si siente adormecimiento de sus extremidades o dolor de cabeza, pues esto puede indicar algún tipo de lesión cerebrovascular.

Al aparecer alguno de estos síntomas, debes acudir a los profesionales. Exige que el médico valore el nivel de conciencia del niño y su estado general. Tras revisar con cuidado estas variables, determinará las pruebas necesarias para evaluar la posibilidad de daño cerebral. Algunas de estas pruebas son la radiografía o la eco.

Conclusiones

Es importante resaltar que ante un empeoramiento del estado general del niño, debes acudir a algún centro hospitalario. Esto es aplicable tanto si se producen inmediatamente como dentro de las 48 horas siguientes de haberse producido el golpe.

Ten en cuenta que, si deseas evitar que tu niño sufra este tipo de accidentes, debes evaluar su zona de juego y en dónde se desenvuelve. Recuerda que es un niño y poco se preocupa por lo que le rodea y los peligros que puedan existir. Si alguien dice: «Mi bebé se ha golpeado en la cabeza», ya sabes cómo ayudar a esa otra madre que está preocupada.