Jun 30, 2020 Maternidad
Los raspones, arañazos y cortes hacen parte de la vida cotidiana de los pequeños. Por eso, antes de perder la calma en dicha situación, es importante saber cómo curar las heridas de un niño y qué procedimiento seguir para su correcta limpieza y desinfección.
Pero antes de nada, es primordial evaluar si se trata de las típicas heridas superficiales o si es un tipo de lesión que requiere intervención médica. Cuando hay sangrado abundante o sus bordes no se juntan, lo mejor es acudir a emergencias por si necesitase puntos u otros tratamientos.
Si por el contrario es algo leve, entonces conviene aprender algunas medidas sencillas para tratarlas en casa. ¿Qué debes hacer en estos casos? ¿Cuáles son los remedios que puedes usar? Hoy te resolvemos estos interrogantes y te aclaramos qué errores debes evitar.
Los mejores consejos para curar las heridas de un niño
La primera medida para curar las heridas de un niño es mantener la calma. A veces las reacciones de los adultos ante la presencia de sangre aumenta el temor en los pequeños y la situación se torna estresante. Por eso, es primordial transmitirles seguridad y darles a entender que todo estará bien.
Luego, tras evaluar la severidad de la lesión, es momento de proceder a desinfectarla para evitar que se genere una infección. Lo indicado es utilizar guantes desechables para que las manos no tengan contacto directo con la sangre y la zona expuesta. ¿Qué hacer?
1. Enjuagar con agua y jabón
El desinfectante más económico y accesible es el agua con jabón neutro. Así pues, primeramente habrá que enjugar el área lesionada teniendo cuidado de no maltratar más la piel. Uno de los objetivos será eliminar los restos de suciedad o sangre para poder tratar como tal la herida.
2. Aplicar un antiséptico
La aplicación de un antiséptico tiene dos objetivos al curar las heridas de un niño: por un lado, eliminar los microbios que hayan podido quedar a pesar del lavado.
Además, tiene un efecto protector que impide que la lesión se contamine en horas posteriores. Al ponerlo sobre la lesión se debe empezar desde el centro hacia los bordes.
Así, los gérmenes no pueden pasar desde la periferia al interior de la herida. También se debe aplicar con la ayuda de una gasa estéril o paño limpio. En estos casos se recomiendan opciones como la Clorhexidina, que no produce irritación.
3. Usar protección
Dado que son erosiones pequeñas y sin gravedad, no es necesario taparlas. Sin embargo, si existe el riesgo de roces o contaminación, lo mejor es cubrirla con un vendaje suave o bandita.
4. Emplear remedios caseros
Hay varios remedios de origen natural que pueden ayudar a proteger la piel en caso de no contar con un antiséptico convencional. Estas alternativas, entre otras cosas, contienen nutrientes y propiedades que ayudan a cicatrizar en menos tiempo. Algunas opciones recomendables son:
- Miel de abejas orgánica
- Zumo de ajo o cebolla
- Gel de aloe vera
- Pasta de zanahoria
- Agua con un par de gotas de aceite esencial de árbol de té.
5. Repetir la desinfección
A pesar que la herida es superficial y no suele haber demasiado riesgo, lo más conveniente es repetir el proceso de curación cada vez que el niño se duche. De esta manera se evitan posibles infecciones.
6. Utilizar gasas estériles
Si la herida es sangrante, se deben utilizar gasas estériles o cualquier pañuelo limpio para tratar de cortar un poco la circulación. No se debe aplicar demasiada presión, esta debe ser directa y suave. Si la hemorragia es evidentemente alarmante, o si dura más de cinco minutos, es mejor acudir al médico.
Errores que no debes cometer al curar las heridas de un niño
Seguir las recomendaciones anteriores es la forma adecuada de curar las heridas de un niño. Sin embargo, cabe mencionar de manera especial esos errores que es mejor evitar al manipularlas en casa:
- Frotar de forma brusca para quitar la suciedad
- Intentar extraer un cuerpo extraño sobre la herida (como vidrio, por ejemplo)
- Poner vendajes demasiado ajustados
- Usar algodón y alcohol
- Aplicar ungüentos o antibióticos sobre la herida
- Retrasar la asistencia médica cuando es necesaria
Síntomas de infección de una herida
A pesar de seguir las recomendaciones para curar las heridas de un niño, a veces es inevitable que se generen infecciones. De ocurrir esto, lo mejor es acudir al médico para conocer qué pautas seguir para su control. Los síntomas de infección pueden incluir:
- Inflamación o edema en los bordes de la herida
- Enrojecimiento del contorno de la piel afectada
- Sensación de calor y pinchazos
- Herida de color amarillo-verdoso (con pus)
- Sangrados intermitentes
Para curar las heridas de un niño debes seguir tres pasos simples: calmar, lavar y desinfectar. Si hay complicaciones o señales evidentes de lesiones graves, entonces lo mejor es ir cuánto antes a emergencias.
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