Jun 30, 2020 Maternidad
No te preocupes si observas que la conducta de tu hijo es egoísta, pues es normal que los pequeños de tres a cinco años la manifiesten. Sin embargo, los padres deben ayudar a sobrellevar y erradicar estas actitudes, ya que los niños desconocen que lo son.
La palabra egoísmo se define como un defecto o problema del comportamiento. Por esta razón, se le atribuye al amor exagerado por uno mismo y a sus pertenencias.
Desde otro punto de vista, hay quien que en el egoísmo hay principalmente una falta de empatía, y la necesidad de poner en primer orden las propias necesidad.
Esto trae como consecuencia que alguien egoísta quiera quedarse con todo o apropiarse de lo que le guste. Por otro lado, no suelen pensar en el mundo que les rodea y cuando se relacionan con otros es porque solo buscan algún beneficio.
No obstante, la buena noticia es que las habilidades sociales, la empatía, el compartir y ser flexible son habilidades que se aprenden. No obstante, hay que educar. Y educar conlleva su tiempo; un tiempo necesario.
Consejos para cuando un hijo es egoísta
Es importante tomar conciencia de la debilidad y los efectos nocivos que acarrea ser egoísta, por lo que te damos algunos consejos para que tu hijo egoísta lo pueda superar.
Habla con tu hijo
Dile con palabras claras lo que le pertenece. Puedes indicarle lo que es de cada uno y las cosas u objetos que no debe utilizar. Esto se lo debes decir cuando salgas con el niño a visitar a un amigo o si recibes visitas. Además, debes enseñarle que es mejor compartir los juguetes y divertirse con sus compañeros, en lugar de jugar solo.
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Establece turnos
Se recomienda establecer turnos para utilizar los objetos con tiempos justos para evitar conflictos. Esto es en el caso que tu hijo esté reunido con varios niños para distraerse y solo tengan pocos juguetes, libros o golosinas.
Activa iniciativas generosas
Cuando los adultos tengan iniciativas generosas se puede permitir que el niño forme parte de la actividad. En el momento en que estés realizando un acto altruista explícale lo que estás haciendo y la satisfacción que se siente al ser generoso.
Estimula al pequeño para que seleccione algunos juguetes o ropa que ya no le quede bien. Así, la podrá regalar en ocasiones especiales como Navidad o eventos benéficos. De esta manera, otros niños podrán disfrutar de los presentes, tu hijo aprenderá a compartir y dejará a un lado el comportamiento egoísta.
Cuando le cueste compartir, recuérdale lo contentos que se pondrán las personas que reciban los presentes y lo orgullosa que te sentirás al saber que tu hijo es muy generoso.
Enseña con el ejemplo
Los padres son el ejemplo a seguir de los hijos. En este sentido, es genial crear un ambiente de generosidad en la familia por iniciativa de los padres. De esta manera, el niño podrá interiorizar esta virtud y comenzar a tener una apertura progresiva en su entorno. Recuerda que la educación se inicia en el hogar.
Las primeras iniciativas de compartir que muestran los niños son hacia sus padres, por lo que estas acciones deben ser reconocidas con mucho amor. Así, lo estarán motivando a que sea una práctica frecuente, incluso con personas fuera del hogar.
Fomenta el trabajo en equipo
Cuando un hijo es egoísta y lo pones a trabajar en equipo puede enriquecerse del intercambio de ideas y experiencias. Esto le permitirá aceptar críticas, ser más comunicativo, generoso, solidario y responsable. Por tanto, tendrá más confianza en él mismo.
La presencia de un adulto es fundamental cuando los grupos están formados por niños pequeños. Sin embargo, él solamente debe intervenir si es necesario. Los podrá orientar y ayudar, pero deben ser los niños quienes lleven la tarea principal de manera exitosa.
Una forma de explicarle al niño la importancia y los beneficios de trabajar en equipo es integrándolo en equipos de baloncesto, fútbol o cualquier tipo de deporte en el que dependan unos de otros para conseguir su objetivo. Así se darán cuenta que uno anota el punto, pero el partido lo gana todo el equipo.
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Consideraciones finales
Finalmente, se considera que las personas son egoístas por naturaleza, ya que de esto depende su supervivencia. En el caso de los niños, no significa que sean egoístas per se, sino que están en una etapa del desarrollo en la que ellos son los protagonistas debido a que aún no han desarrollado la empatía.
Por tal motivo, cuando tu hijo es egoísta se sugiere poner en práctica estos consejos y, si aún persiste este comportamiento, es recomendable que solicites un acompañamiento psicoterapéutico.
Esto permitirá aumentar su autoestima y comprender la importancia del mundo que le rodea. Y es que en la sociedad se obtienen mejores beneficios siendo altruistas y generosos.
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