Los complejos en la cama

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Jun 30, 2020   Pareja

Hay personas que sienten intranquilidad, vergüenza y preocupación cuando llega el momento compartir la intimidad. Generalmente porque piensan que no son lo suficientemente atractivas. Entonces sus pensamientos siguen esta línea: ¿Y si me ven el lunar que tanto me disgusta? ¿Y si no tengo el peso ideal? ¿Y si…? Olvidando que, en realidad, nadie es perfecto.

Los complejos en la cama pueden afectar el ámbito sexual de la vida de una persona y repercutir incluso en su esfera emocional; ya que pueden causar bloqueos. Sin embargo, pueden superarse con ayuda profesional y una buena disposición para mejorar.

A continuación, profundizaremos más acerca de este tema.

¿Qué es un complejo?

Un complejo es una imagen mental, con una fuerte carga emocional de rechazo hacia una aptitud o forma física que tenemos. Esa imagen, interfiere (de forma inconsciente) en nuestros pensamientos y en nuestra forma de actuar.

Sexualmente, esta imagen puede afectar el comportamiento en la cama, así como también la imaginación y fantasía que se crea en torno a la intimidad.

Marian García, máster en Comunicación y Educación en la Red por la UNED, explica que los seres humanos estamos constantemente comparándonos con otros y que los complejos vienen a ser las respuestas irracionales que el cerebro genera cuando nos sentimos diferentes a los demás. Según García, cuando se sobredimensionan los complejos y la idea que se tiene de uno mismo comienza a atormentar, es cuando surgen los problemas.

Trastorno dismórfico corporal

Ahora la siguiente pregunta es: ¿dónde tienen su origen los complejos?

«Generalmente, se adquieren en la niñez, se asientan durante la adolescencia y, si no se corrigen, pueden acarrear serios problemas durante la etapa adulta. Pueden ser sentimientos innatos o adquiridos, tener un origen físico o emocional, pero casi siempre, los complejos muestran una imagen distorsionada de la realidad de la persona».

Si los complejos en la cama limitan, hay que buscar ayuda profesional

Una persona con complejos en la cama puede dejar de tener relaciones sexuales para evitar exponerse a la mirada del otro. Sin embargo, lejos de evitar el la incomodidad, malestar y el sufrimiento, lo cierto es que solo se está limitando a la hora de disfrutar.

Es fundamental aprender a gestionar los complejos y no dejarse atormentar por ellos día a día. Asimismo, hay que procurar tener presente que todas las personas, en mayor o menor medida, tenemos rasgos que no nos agradan al 100 %, pero que podemos aprender a trabajar y aceptar para que no nos impidan hacer vida.

Y en lo que respecta a la intimidad, está claro que para poder disfrutar a plenitud de un buen encuentro sexual, hay que aprender a aceptarse y quererse. Los complejos en la cama no son buenos compañeros y lo mejor es dejarlos de lado. No nos podemos permitir vivir una vida en la que nos sintamos incómodos y limitados constantemente porque eso solo causa sufrimiento.

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La aceptación es el paso más importante

Aunque existen diversas maneras de disimular aquello que no nos gusta de nosotros mismos, para poder dejar atrás la inquietud que generan los complejos y poder disfrutar del sexo sanamente, el paso más importante es aceptarnos tal y como somos.

A la hora de trabajar en los complejos en la cama, es importante que así como nos tomamos el tiempo para señalarnos en el espejo qué es lo que no nos gusta de nuestro cuerpo (un lunar, una mancha, etcétera), nos tomemos el tiempo para indagar en el por qué no nos gusta ese rasgo. Al indagar un poco en el posible origen de la idea, podremos obtener información valiosa para comenzar a dejar atrás la cuestión.

Sentirnos mal con nuestro propio cuerpo repercute en la intimidad significativamente. Por ello, si sentimos angustia y comenzamos a limitarnos a la hora de disfrutar, debemos considerar buscar ayuda profesional. El psicólogo podrá brindarnos ayuda personalizada, así como apoyarnos y acompañarnos en el proceso.