5 tips para evitar pataletas de los niños

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Jun 30, 2020   Maternidad

A partir de los 2 años y hasta los 5, cualquier niño puede vivir una pataleta. Ese estallido de rabia y frustración que lo sobrepasa y que nos llena de culpas y preguntas a los padres. Pero es posible evitar las pataletas de los niños tomando algunas previsiones.

Lo ideal es poder evitar las situaciones que desencadenan las pataletas de los niños. Unas veces será factible, otras no tanto. En cualquier caso, no hay que desesperarse. Mantener la calma es la clave.

Niño pequeño llorando.

Los 5 tips claves para evitar pataletas de los niños

Las pataletas de los niños son el resultado de su desarrollo emocional. Los niños empiezan a sentir, reconocer y manifestar emociones como la rabia, el enojo o la frustración. Más adelante podrán controlarlas pero, a edades tan tempranas, todavía falta para que puedan gestionar mejor estas emociones.

A partir de los 2 años, el niño también empieza a sentirse autónomo. Se ha dado cuenta de que lo que quiere no siempre coincide con lo que quieren sus padres. Los berrinches surgen precisamente porque quieren imponer su recién estrenada «voluntad», poniendo a prueba a los padres.

En tercer lugar, hay que comprender que las pataletas son más frecuentes en unos niños que en otros. Cada niño tiene su temperamento, lo que seguro marcará cómo se comporta frente a las emociones que siente. Incluso, entre hermanos criados de la misma forma pueden haber más pataletas en un niño que en otro.

A partir de la comprensión de estas tres variables fundamentales, te dejamos estos 5 tips básicos para evitar los berrinches. Esperamos que puedas ponerlos en práctica antes de que estalle ese «vendaval» de emociones encontradas.

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Pareja con niña haciendo un picnic en el campo.

1. Evita desafiar en aspectos innecesarios

Hay cosas que «tiene que hacer» o  que «no tiene que hacer». Es así. Pero evalúa si es necesario que haga o que no haga «eso» en ese momento preciso. Quizás puedas dejarle «tener el control» por unos minutos, para luego hacer o no lo que es necesario.

Por ejemplo: es invierno y tiene que llevar el abrigo. El niño se niega. Si todavía puedes esperar unos minutos antes de cerrar el abrigo, ¿para qué vas a presionarlo a que lo cierre de una vez? Al acorralarlo estalla porque no tiene opciones. Déjalo «decidir» por unos minutos que no lo abotone. Luego, cuando ya sea imperioso y sienta el frío, lo cierras.

2. Anticípate a las situaciones frustrantes

Si tienes un día largo de diligencias a las que tu niño debe acompañarte, prepárate. Lleva juguetes, agua, alguna merienda. En una jornada larga fuera de casa, el cansancio y hacer algo que no es nada atractivo para el niño, generará malestares que lo pueden llevar hacia el berrinche.

Si está haciendo algo que le gusta, como estar en el parque, pero ya se acerca la hora de marcharse, avísale con tiempo que en breve llegará la hora de irse. No tienes por qué tomarlo por sorpresa con una salida abrupta.

Niños jugando en el parque.

En ocasiones, causamos las pataletas porque sometemos a los niños a un estrés innecesario, a situaciones que no comprenden o les disgustan. Tenemos que esperar el estallido de la pataleta para darnos cuenta de que era una situación completamente previsible.

3. Dosifica el uso del «no»

El uso continuo del «no» por los padres es la causa de muchas pataletas. La negativa de los padres causa rebeldía. Evalúa cuando puedes decir “sí”. También evalúa cuando en vez de decir el «no», puedes ofrecer una alternativa aceptable para el niño.

Por supuesto, hay «no» que son incuestionables. Si el niño va a introducir un objeto metálico en una toma eléctrica el «no» es innegociable. Pero no siempre son situaciones tan extremas. Evalúa cuáles son los momentos en que puedes ceder a uno de sus pedidos.

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4. Establece límites claros y razonables

Mucho antes de que estallen las pataletas de los niños, cuando todo está en calma, hay que establecer cuáles son los límites que deben respetar los niños y cuales deben aprender a adaptarse.

Así como no se puede controlar todo lo que el niño hace, prueba, juega o viste, pues el exceso de control cercena su deseo de experimentar con su independencia, tampoco se puede criar con libertad excesiva. Los niños deben saber que hay límites que no pueden ser traspasados sin consecuencias.

5. Procura su bienestar físico

Aunque las pataletas son estallidos emocionales, pueden ser causadas por malestares físicos. Un niño al que se le pasó su hora de comer o de hacer la siesta, puede estallar en una pataleta porque no sabe cómo manejar o comunicar el malestar físico que lo aqueja.

Para ello, las rutinas son tus aliadas. Procura respetar los horarios para siestas, comidas, meriendas o baños. Esa regularidad le da seguridad a tu hijo y le brinda el descanso y la satisfacción necesaria para que las pataletas no se desencadenen por estas razones.

Mujer consolando a una niña en el parque.

Cuando estalla la pataleta

A pesar de haber seguido todas estas recomendaciones, comenzó un berrinche. Ante el estallido emocional, lo primero que debes hacer es mantener la calma. Si te alteras no ayudarás en nada a tu niño.

Por lo general, las pataletas incluso sorprenden a los niños por la energía desbordada. Entonces aquí es importante que, estando en calma, lo ayudes a que no se lastime ni a que agreda a otros. Tu hijo te necesita para encontrar de nuevo la tranquilidad.

Háblale pausadamente y en un tono muy bajo. Explícale qué es lo que está ocurriendo, cuál es tu posición e invítalo a calmarse. Evita ceder a lo que pide, porque darás el mensaje equivocado de que con las pataletas puede obtener lo que quiere.

Si estás en un sitio público no faltará quien te diga que ignores a tu hijo o que incluso lo castigues de forma física. Reiteramos: los berrinches son situaciones que lo desbordan. Lo mejor que puedes hacer es alejarte de este tipo de opiniones.

Ignorar o golpear a tu hijo en medio de una pataleta no lo ayuda en nada. Solo le enseñas a reprimir sus emociones, lo que siempre tiene pésimas consecuencias. Tu hijo te necesita para encontrar la calma, no le niegues tu amor y tu abrazo.