El cólico del lactante: causas y pautas para los padres

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Jun 30, 2020   Maternidad

Algunos de los principales motivos de consulta al médico suelen ser los que tienen que ver con el sueño infantil, la alimentación, la lactancia y el cólico de lactante. Hoy vamos a tratar este último, ya que es común que cause ansiedad y desconcierto a los padres.

La definición más extendida de los cólicos de lactante los describe como episodios de llanto intenso y vigoroso al menos tres horas al día, tres días a la semana durante, como mínimo, tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.

La mayoría de las veces suelen aparecer hacia las seis semanas de vida, y las crisis de llanto son descritas como ataques abruptos de gran intensidad que aparecen al final del día. La mejoría aparece en torno a los cuatro o seis meses postparto.

¿Cómo son las crisis?

Lo característico es que los bebés adopten una posición muy típica: se colocan flexionando los muslos sobre el abdomen, apretando los puños, con la cara enrojecida y el abdomen muy tenso.

Estos episodios pueden durar desde varios minutos hasta horas. En los periodos entre las crisis los pequeños están completamente asintomáticos y sonrientes y durante su seguimiento comen y suben de peso con normalidad.

Bebé llorando muy fuerte.

Causas del cólico de lactante:

Las causas del cólico de lactante son multifactoriales, es decir, no existe una causa única que los provoque, y muchas veces son varios los factores predisponentes que hacen que un determinado individuo pueda sufrirlas:

  • Factores orgánicos: inmadurez del sistema digestivo, intolerancia a lactosa, etc.
  • Factores comportamentales: temperamento del bebé, conducta en casa (padres primerizos), uso de pezoneras, tipo de lactancia, déficit en el agarre, etc.
  • Factores anatómicos: presencia de frenillo lingual, alteración en el paladar, bajo peso, etc.

¿Qué podemos hacer?

Lo primero que tenemos que decir para tranquilizar a los padres es que se trata de un proceso benigno, para el que no existen remedios universales.

Lo principal es consolar a nuestros bebés y atender su llanto, esto siempre, ya que dejarlo llorar no solo no va a hacer que el cólico ceda, sino que puede llegar a causar otras complicaciones a nivel físico y psicológico en el pequeño.

Ante el llanto de nuestro hijo debemos descartar causas lógicas: que tenga hambre, frío, calor, sueño, el pañal sucio, etc. Es cierto que a medida que van pasando las semanas los padres somos capaces de identificar el tipo de llanto de nuestro bebé y, basándonos en eso, saber cubrir qué necesidades tiene.

Debemos descartar cualquier patología o enfermedad, como puede ser un dolor de oídos o dolor en las encías . Para ello es importante acudir al pediatra cuando veamos que nuestro bebé puede tener algún tipo de dolor.

Si desde el punto de vista médico nuestro bebé está sano, pero tenemos sospecha de que pueda padecer el cólico de lactante, sería interesante acudir a un centro especializado con un equipo multidisciplinar.

¿En qué consiste una consulta de cólico de lactante?

Nosotras en MaterNatal lo abordamos de manera multidisciplinar, y en la consulta suelen colaborar matrona, enfermera pediátrica, fisioterapeuta y, en los casos necesarios, la psicóloga.

Lo primero que haremos será una historia del parto, embarazo, primeros días de vida y antecedentes familiares. Después pasaremos a realizar una exploración física del bebé: abdomen, diafragma, cavidad oral, signos de dermatitis atópica, etc.

En la misma consulta observamos una toma del bebé, ya sea de pecho o biberón, para poder descartar problemas de agarre, ya que en muchas ocasiones estos suelen ser un motivo de que trague aire. Por último realizamos el tratamiento con fisioterapia u osteopatía y damos las pautas a los padres.

Lloro por el cólico del lactante.

Pautas a los padres:

  • Si damos el pecho debemos evitar las pezoneras de tinas o chupetes que puedan producir una confesión de pezón. Además, deberíamos ofrecer un pecho hasta que el bebé se suelte espontáneamente. Es entonces cuando cambiaremos al otro, después de haber expulsado el gas. Tenemos que asegurarnos de que la técnica del agarre es la correcta y que no presente frenillo lingual para que tenga una correcta movilidad de la lengua.
  • Si damos biberón, es importante que la técnica también sea la correcta, y que nos fijemos en que no presente ninguna alteración en la boca. Podremos optar por un biberón anticólicos de los que regulan el flujo de la salida de la leche, y optar por leches bajas en lactosa.
  • Es importante que después de la toma mantengamos al bebé en posición vertical para que expulse todo el aire.
  • Podremos ofrecer pautas dietéticas a la madre si sospechamos que el bebé pueda presentar intolerancias o alergias: retirar los lácteos, el gluten, los huevos, frutos secos, soja o pescado durante dos o tres semanas para comprobar si hay mejoría. En el caso de que haya y que esté dando el pecho al bebé, se mantendrá una dieta un poco restrictiva, y si no hay mejoría, se reintroducirán todos los alimentos que habíamos aconsejado retirar.
  • Masaje infantil, realizado por los padres o cuidadores. También por parte de un fisioterapeuta especializado en cólico de lactante.
  • Atender siempre llanto del bebé.
  • Fomentar el piel con piel. Ha demostrado que esta técnica hace que los bebés lloren menos. También el porteo ergonómico. De esta manera aseguramos una correcta posición del bebé que le ayudará a expulsar los gases. Además, al tenerlo cerca atenderemos enseguida sus demandas.
  • Incorporar ligeramente la cabecera de la cuna.