Escarlatina en bebés: ¿cómo tratarla?

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Jun 30, 2020   Maternidad

La escarlatina en bebés se presenta muy rara vez. Esta enfermedad afecta, en particular, a niños entre los 2 y los 8 años de edad, ya que durante los primeros años de vida todavía están presentes los anticuerpos que la madre transmite a través de la placenta.

La escarlatina parecía una enfermedad erradicada hace algún tiempo, pero en los últimos años se ha visto un repunte de la misma en varias partes del mundo. Sin embargo, en la actualidad es una patología tratable y ya no tiene la gravedad que exhibía en el pasado.

Escarlatina en bebés: lo que debes saber

Escarlatina en bebés: lo que debes saber
La escarlatina en bebés se caracteriza por la aparición de erupciones cutáneas.

La escarlatina es una enfermedad contagiosa causada por estreptococos del grupo A y se transmite por el contacto cercano con las personas infectadas. Su principal característica es una erupción cutánea o sarpullido de color rojo escarlata; de ahí su nombre.

Es una afección benigna y se presenta con mayor frecuencia en niños con edad promedio de 4 años; sin embargo, puede darse también en bebés. Es de predominio estacional, por lo que es más usual a finales de invierno y durante la primavera.

Lo más común es que los síntomas remitan seis días después del inicio de la enfermedad. Sin embargo, la erupción puede tardar más tiempo en desaparecer. Es importante que el médico sea quien dé las indicaciones para su tratamiento.

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¿Cuáles son las causas de la escarlatina?

La escarlatina se contrae tras entrar en contacto con el estreptococo hemolítico del grupo A, el cual pertenece a la misma familia del virus que genera la amigdalitis; tiene un periodo de incubación de dos a cinco días. El contagio se produce por el contacto con las gotitas de secreciones respiratorias de una persona infectada.

Hay que anotar que algunas personas son portadoras del estreptococo, pero no presentan síntomas. Sin embargo, sí pueden transmitir la enfermedad. Así mismo, puede contagiarse por el contacto con superficies que contengan restos de secreciones de alguien que tiene escarlatina.

Se han reportado casos en los que la enfermedad se transmite cuando el microbio infcta una herida; sin embargo, es muy raro que esto ocurra. Una misma persona puede presentar varios episodios de escarlatina a lo largo de la vida, ya que hay varios tipos de toxina productora de la erupción cutánea.

Identificación de la enfermedad

Identificación de la enfermedad
El sarpullido es el síntoma más evidente de la escarlatina. Sin embargo, también se pueden presentar episodios de fiebre y dolor generalizado.

Como ya se anotó, el síntoma más evidente de la escarlatina es el sarpullido de color rojo intenso, que a la vista se percibe como un conjunto de puntos escarlata. Lo usual es que aparezcan primero en la boca y que luego se extiendan a la barbilla, la nuca y el pecho, para después diseminarse por todo el cuerpo.

La escarlatina se manifiesta en dos etapas. La fase inicial o pródromos se caracteriza por las siguientes manifestaciones:

  • Inflamación de las amígdalas y de los ganglios del cuello.
  • Fiebre alta, de hasta 40 ºC, en especial al comienzo de la enfermedad y que por lo general se mantiene durante tres a cinco días.
  • Dolor de garganta y de cabeza.
  • Cansancio generalizado.
  • Dolor abdominal y vómitos (solo en algunas ocasiones). 

En la segunda fase, llamada de sarpullido o exantema, el principal síntoma es la erupción cutánea. Esta aparece en las 12 a 48 horas posteriores al inicio de la fiebre. Al principio tiene la apariencia de una quemadura solar y puede producir picor.

Se forman pequeños granitos y la piel se siente áspera al tacto. Con mucha frecuencia afecta los pliegues cutáneos, como las axilas, detrás de las rodillas y el pliegue del codo. Allí se forman líneas rojas. El sarpullido desaparece en los siguientes seis días, pero la descamación de la piel puede prolongarse por varias semanas.

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Cómo tratar la escarlatina en bebés

El diagnóstico de la escarlatina en bebés debe realizarlo el pediatra, mediante la entrevista clínica y la exploración física. Por lo general, esto es suficiente; sin embargo, si hay dudas, es posible que se ordene un análisis rápido de estreptococo A.

Si se confirma el diagnóstico, se ordenará la ingestión de antibióticos. Es posible que con estos medicamentos los síntomas disminuyan en los dos días siguientes, pero es de suma importancia que los fármacos se tomen en la dosis indicada por el médico. Lo habitual es que la ingestión dure entre 7 y 10 días.

Es conveniente darle al niño bastante líquido y una dieta blanda. Conviene también vigilar la temperatura para que no suba en exceso. El bebé debe estar aislado de otros niños, mientras permanezca la fiebre.

Si la enfermedad no se trata bien, puede causar complicaciones como fiebre reumática, flomerulonefritis postestreptocócica, infección de oído y de senos nasales, o incluso neumonía. Así pues, ante la sospecha, es primordial acudir al médico lo antes posible.