¿La fibromialgia está relacionada con la flora intestinal?

La flora intestinal está formando parte de las investigaciones más curiosas de los últimos años. Es el conjunto de microorganismos vivos que habitan nuestro intestino, y que incluye numerosos tipos de bacterias, virus e incluso hongos.

La flora intestinal cumple numerosas funciones indispensables para nuestro organismo. Como bien es sabido, estas bacterias son esenciales para que podamos realizar correctamente la digestión de los alimentos. Pero este no es su único papel en nuestro cuerpo.

La composición de esta flora puede estar relacionada con numerosas patologías. Por ejemplo, con la obesidad. En este artículo vamos a explicar cuál es su relación con la fibromialgia, una enfermedad que produce dolor crónico.

¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia es una enfermedad compleja que afecta en torno a un 3 % de la población. De hecho, su prevalencia es mucho mayor en mujeres que en varones. Es un trastorno crónico que se caracteriza por un dolor muscular y esquelético generalizado.

Este dolor no tiene ninguna causa observable. Además, se suele acompañar de cansancio, insomnio y cambios de humor. La causa parece ser una alteración en la forma en la que el cerebro procesa los estímulos dolorosos, por lo que éstos se intensifican.

En muchas personas se han podido observar fenómenos que detonan los síntomas típicos de la fibromialgia. Por ejemplo, se ha observado que el estrés o las infecciones pueden desencadenarlo. Pero, hasta hace relativamente poco, nunca se había observado su relación con la flora intestinal.

¿Qué relación existe con la flora intestinal?

Como ya hemos mencionado, la flora intestinal está compuesta por todos los microorganismos que habitan nuestro sistema digestivo. Son bacterias, hongos y virus que mantienen una estrecha relación con nuestro cuerpo.

En los últimos años se ha ido demostrando que existe una interacción entre esa flora intestinal y nuestro cuerpo. Es decir, que la composición de esta flora interfiere en muchos aspectos de nuestra salud. Porque, efectivamente, cada persona tiene una composición diferente.

Un estudio realizado en la Universidad McGill se ha centrado en observar la flora intestinal de las personas con fibromialgia. Para ello, tomaron una muestra de 156 mujeres, 77 de las cuales padecían fibromialgia.

Lo que hicieron fue estudiar las especies de bacterias que existían en la flora intestinal de cada uno de los pacientes. Del mismo modo, trataron de averiguar cuáles eran las que estaban en mayor y en menor proporción en cada uno.

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¿Qué se observó en la flora intestinal de las personas con fibromialgia?

Al estudiar a todas estas personas se observaron muchas diferencias en la composición de microorganismos intestinales de las personas con fibromialgia. En primer lugar, lo que se apreció es que los síntomas de la enfermedad se relacionaban con una alteración en la proporción de bacterias.

Del mismo modo, se observó que la intensidad de los síntomas también podía relacionarse con la flora intestinal. Es decir, había mayor cantidad de ciertas bacterias en personas que sufrían mucho dolor y fatiga, por ejemplo.

El problema que surge en la investigación es que no está claro aún si estos cambios en la microbiota intestinal son la causa de la fibromialgia, o simplemente una característica de la enfermedad. De hecho, el estudio se centraba mucho en el síntoma del dolor. Por ello, aún deben estudiar si existen los mismos cambios en la flora intestinal en otras enfermedades que cursen con dolor crónico. Así se podrá ver si es verdadera la asociación.

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¿Qué supone que la flora intestinal y la fibromialgia se relacionen?

El hecho de que la flora intestinal pueda relacionarse con la fibromialgia abre un gran abanico de posibilidades. Podrían desarrollarse tratamientos y nuevas técnicas de diagnóstico que permitieran controlar mejor esta enfermedad. De hecho, la modificación de la flora intestinal ya se está utilizando para tratar algunas patologías. Además, la fibromialgia es una enfermedad que resulta verdaderamente incapacitante, por lo que esto supone una esperanza para el futuro de estos pacientes.