4 razones por las que el ajo es bueno para tu hígado

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Jul 01, 2020   Remedios naturales

Los suplementos de ajo son uno de los productos más vendidos en Reino Unido y Estados Unidos. La población confía en sus beneficios y la industria farmacéutica lo sabe.

Ahora bien, en lugar de automedicarnos o recurrir a estos complementos farmacológicos, puede resultar más saludable introducir en nuestra dieta, de forma equilibrada, ajos naturales.

La medicina avala las propiedades beneficiosas del ajo para nuestro organismo, y en especial para nuestra salud hepática. Descubre lo que un diente de ajo al día puede hacer por tu hígado. ¡Te damos 4 buenas razones!

El ajo es el mejor antibiótico natural

 

Mujer con un ajo
Según numerosos estudios científicos, está aceptado que el ajo posee propiedades antibióticas. No es tan eficaz como un medicamento en este sentido, pero hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • El simple hecho de introducirlo en nuestra dieta de forma regular y controlada puede aportar un efecto protector.
  • El ajo es rico en alicina, componente rico en azufre muy beneficioso para nuestro hígado, ya que tiene propiedades antioxidantes, antibióticas y antifúngicas.
  • Gracias a la alicina, se relajan los vasos sanguíneos del hígado y fortalecemos los tejidos con la acción de los antioxidantes. Además, con esa pequeña pero ajustada dosis de antibiótico natural lo protegemos frente al ataque de tóxicos y bacterias.

Reduce el exceso de triglicéridos

Para comprender mejor una de las acciones más poderosas del ajo sobre nuestro hígado, hablaremos del papel de las lipoproteínas:

  • El hígado sintetiza lipoproteínas para facilitar el movimiento de las grasas y el colesterol. Nuestro organismo necesita un adecuado nivel de colesterol en sangre para cumplir muchas funciones básicas.
  • Las lipoproteínas se fabrican a partir de los triglicéridos. Ambos cumplen una función muy  importante en el metabolismo de la energía y la grasa.

No obstante, si nuestra alimentación es inadecuada, si consumimos demasiadas grasas ricas en colesterol, habrá una saturación de este compuesto en el hígado.

Al cabo de un tiempo, un exceso de lipoproteínas puede derivar en problemas hepáticos, como el hígado graso.

El consumo regular de ajo puede depurar mejor el exceso de grasa y colesterol, lo que favorece la función de las lipoproteínas.

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El ajo nos protege del impacto tóxico de nuestro hígado

El hígado es un laboratorio muy sofisticado con múltiples funciones; pero no por ello es infalible o capaz de protegerse siempre de los agentes tóxicos que habitan en él.

Cabeza de ajo
Estos agentes que pueden provocar toxicidad son, entre otros:

  • Elementos no saludables contenidos en nuestros alimentos.
  • Medicamentos que el hígado no puede sintetizar.
  • Los efectos de la contaminación que recibimos cada día.
  • Toxinas naturales como la bilirrubina, un producto de desecho de las células rojas que puede causarnos hepatitis.

Ante un exceso o una acumulación de grasas, de colesterol o químicos procedentes de los alimentos procesados, el hígado se satura y enferma.

Ahora bien, según un trabajo publicado en The Internet Journal of Nutrition and Wellness, el consumo de ajo fresco logra revertir el estrés oxidativo que causa toxicidad hepática.

Gracias a sus metabolitos, aminoácidos y proteínas,  el hígado puede quedar protegido de muchos de esos tóxicos.

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El ajo y el cáncer hepático

El cáncer de hígado es uno de los que más vidas se llevan en todo el mundo. Su alta incidencia y el hecho de que suele cursar de forma asintomática en las primeras fases obliga a las instituciones médicas a desarrollar investigaciones para abordar este problema.

Célula de cáncer

Actualmente, no hay estudios concluyentes que demuestren que el consumo de ajo cura o previene al 100 % un cáncer de hígado. No obstante, sí puede ofrecer cierta protección:

  • Según se publica en el Journal of Nutrition Biochemistry, los ajos tienen compuestos anticancerígenos que pueden promover la muerte celular de los tumores malignos.
  • Asimismo, el ajo fortalece nuestro sistema inmunitario, lo cual puede volvernos un poco más resistentes a este tipo de enfermedades. No obstante, y como hemos señalado, falta investigar más para llegar a una conclusión definitiva.

Para terminar, te recomendamos consumir ajos frescos antes que los suplementos que puedas encontrar en las farmacias.

Lo más adecuado es tomar entre 2 y 4 dientes de ajos al día. El primero nada más levantarte, mientras que el resto puedes introducirlo de forma natural en tus platos de siempre. ¡Vale la pena!