¿Se pueden limpiar los riñones?

Se ha extendido mucho la creencia de que es necesario «limpiar» el organismo para que todas sus células, órganos, tejidos y sistemas funcionen correctamente. Todo ello apoyado en la idea de que en todas partes se encuentran toxinas que, de una forma u otra, ingresan al cuerpo y lo perjudican.

Según esta misma idea, algunas toxinas ingresarían al organismo mediante la alimentación (a través de alimentos y comestibles con conservantes o cualquier tipo de sustancia química), el aire contaminado, el agua, el uso de ciertos productos, etcétera.

Una vez se haya acumulado una gran cantidad de toxinas en el organismo, este comenzaría a presentar dificultades para estar sano. Por ello, la piel luciría sin brillo, tendría impurezas y el aspecto en general no resultaría atractivo. Además, puede que haya propensión a los resfriados y otros problemas de salud. En esos momentos es cuando sería necesario «depurar, limpiar, liberar» al organismo de las toxinas.

Limpiar los riñones con remedios: una acción no recomendable

Los métodos de depuración son muy variopintos y ninguno tiene una base científica. Todos se basan en conjeturas y en ideas que no tienen ningún tipo de respaldo académico.

Lejos de brindar beneficios, los métodos de «limpieza» o «depuración» en realidad pueden promover desequilibrios en el organismo.

Por ejemplo, al indicar el consumo de una infusión herbal puede hacer que una persona considere que mientras más cantidad de ella consuma, más sano estará, lo cual puede llevarla a sufrir de hiperhidratación según afirma este estudio realizado por el Brookwood Baptist Health y el Saint Vincent’s Ascension Health (Estados Unidos).

Por otra parte, la hierba en sí puede causar interacciones, sobre todo si está siguiendo algún tipo de tratamiento con fármacos.

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Según los planes detox, habría que consumir abundante cantidad de líquidos al día para limpiar los riñones y, por ende, mantener al organismo «sano». No solo agua, sino también bebidas naturales (zumos, batidos, tés, infusiones, etc.) que promuevan la micción y con ello, la expulsión de las toxinas.

El agua tibia de limón, las infusiones de hierbas y afines, no van a ayudar a «limpiar» los riñones ni a curar ninguna enfermedad que tengan.

¿Pueden ayudar estas bebidas y preparaciones a mantener una buena hidratación y complementar una dieta equilibrada? Sí. Pero de allí a que sirvan para mantener la salud, por sí solos, o prevenir enfermedades… hay un largo camino.

La importancia de la hidratación para la salud de los riñones

Ciertamente, una buena hidratación puede influir de forma positiva en todos los sistemas del cuerpo, incluyendo el sistema renal, por supuesto, tal y como afirma este estudio realizado por el Hospital Universitario de Canarias (España).

Los riñones son órganos que se encargan de ayudar al cuerpo a desprenderse de las sustancias que no necesita, filtrándolas, disolviéndolas y expulsándolas a través de la orina. Además, ayudan a mantener el equilibrio de todo el organismo. Por ello, el agua los ayuda a realizar sus funciones correctamente. 

Según el estudio del equipo clínico de trasplante renal de la Fundación Puigvert (España), otra de las funciones de los riñones es «fabricar substancias que actúan como hormonas que estimulan la producción de glóbulos rojos, regulan la presión arterial y mineralizan el esqueleto».

Ahora, cuando los riñones no pueden realizar su función correctamente, es necesario acudir al médico y seguir el tratamiento indicado.

Uno de los problemas renales más comunes son los cálculos. Según un estudio  realizado por la Asociación Americana de Nefrología, ha aumentado el número de personas que lo padecen. Esto se debe en gran parte a la vida agitada que tienen las personas hoy día.

Si no se consume suficiente cantidad de agua al día o se reemplaza esta por bebidas nada saludables, como las aguas saborizadas, los refrescos, los zumos industriales y afines, es posible que la orina sea mucho más concentrada y se formen cristales o cálculos urinarios.

Así, poco a poco se van acumulando cristales de orina que con el tiempo se transforman en cálculos o en piedras. Una vez se hacen presentes, causan dolores y molestias cada vez se hacen más fuertes a la hora de ir al baño.

Entonces, lo adecuado sería mejorar el hábito de hidratación y seguir las pautas del médico. No recurrir a planes de «desintoxicación, depuración» de toxinas ni mucho menos para limpiar los riñones.