¿Sabías que tus secreciones vaginales pueden decir cosas de

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Jun 30, 2020   Salud

Las secreciones vaginales desempeñan un papel muy importante en la salud y la intimidad femenina. Si bien estas resultan un poco molestas, son necesarias para mantener una adecuada lubricación y protección en esta delicada zona del cuerpo.

Como ocurre con otros fluidos del organismo, pueden dar señales de alerta cuando estamos ovulando, atravesando un periodo infértil o que existe alguna infección. Y es que, en su estado normal, este se autorregula por sí solo. Mantiene, así, alejados a aquellos patógenos externos que logran desequilibrar la flora bacteriana, compuesta en su mayoría por lactobacilos.

No obstante, estas secreciones presentan alteraciones cuando existe una disminución en los niveles de estrógenos o hay alguna infección. Es importante, por tanto, tener en cuenta qué indican los cambios en el flujo. De este modo, estaremos en mejores condiciones de interpretar esas señales, para poder actuar de manera oportuna si se tratara de un problema que requiriera un mayor cuidado.

Cuándo considerar que el flujo vaginal es anormal

La secreción vaginal es garantía de la salud de la zona íntima femenina. Aunque la cantidad y textura varía debido a los cambios hormonales, los expertos coinciden en que se trata de un fluido cristalino o blanquecino que no presenta olores fuertes ni causa irritaciones.

Partiendo de saber qué es lo normal, se infiere que las alteraciones en su color, textura y olor es indicador de que puede estar teniendo lugar algún problema. Estas anomalías suelen generar gran incomodidad e, incluso, dolor.

Así, podríamos decir que el flujo vaginal es anormal cuando:

  • Presenta un olor desagradable
  • Ocasiona dolor, picazón o enrojecimiento
  • Es más espeso o con una textura similar al requesón
  • Cambia de color, adquiriendo un tono verdoso, amarillento o grisáceo

Ante estas alteraciones se debe estar alerta. En ocasiones, se requiere atención ginecológica para controlarlo.

A continuación, expondremos en detalle qué es lo que indican estas señales para determinar cuándo es necesario ir en busca de la ayuda de un profesional.

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El periodo menstrual está próximo

El periodo menstrual está próximo a llegar

Por lo general, el periodo menstrual llega unos 14 días después de haber ovulado. Es entonces cuando el flujo vaginal disminuye sin que eso indique la presencia de un trastorno hormonal. Siempre y cuando la vagina no quede seca en su totalidad, indica que el ciclo menstrual está a punto de comenzar. Sin embargo, este cambio varía de mujer a mujer. Hay quienes siguen teniendo un flujo normal hasta que aparece el sangrado.

Episodios de estrés

Tras atravesar periodos de constante estrés es común que las secreciones en la zona íntima se incrementen de manera significativa. No obstante, estas no duran demasiado y casi nunca huelen mal. Si ocurren otros desequilibrios, es mejor consultar al médico porque puede haber alguna infección.

Infección por parásitos intestinales

Infección por parásitos intestinales

Este es uno de los cambios que se debe atender de inmediato. En estos casos, el flujo presenta un color que va de amarillento a verde. Y, además, suele ir acompañado de olor, picazón y dolor al orinar.

Pues bien, si concurrieran todos estos síntomas, es muy probable que haya una infección causada por parásitos intestinales. La vía de contagio de este tipo de infección es, por lo general, la transmisión sexual. Es bastante común en los días posteriores a la menstruación y produce una irritación notable en las zonas externas de la vagina.

Ovulación

El flujo que aparece en los días de ovulación está considerado como normal y no debe ser motivo de alerta. Este se caracteriza por tener un color y textura similar al de la clara de huevo crudo. Indica que el óvulo fue liberado para ser fecundado. Su presencia nos dice que es un momento apropiado para lograr con más éxito un embarazo. O, por el contrario, una señal que indica que debemos reforzar las medidas para evitarlo.

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Infección bacteriana

Infección bacteriana

Gran parte de los cambios en las secreciones vaginales tienen que ver con algún tipo de infección bacteriana o por levaduras. Estas causan alteraciones evidentes como colores más visibles que van del amarillo al gris y marrón oscuro. En casi todos los casos, producen un olor bastante fuerte que suele ser comparado con el del pescado; además, es más espeso y abundante.

Si el flujo es grisáceo es probable que se deba a una infección conocida como vaginosis bacteriana. El color café, puede deberse a la acumulación de sangre seca. En cualquier caso, lo mejor es consultar al especialista cuando hay desequilibrios tan notorios y molestos.

Para concluir, es determinante aprender a reconocer cuándo los cambios se deben a una transformación hormonal y cuándo dicen que algo está funcionando mal. Así, se puede tratar a tiempo.