¿Cómo calmar el dolor de menisco?

Los meniscos son un tejido cartilaginoso que está presente en la articulación de la rodilla. Se trata de un tejido fuerte y flexible que permite amortiguar el roce de los huesos de la pierna entre sí (el fémur y la tibia). El dolor de menisco aparece con frecuencia, ya que es una zona que tiende a lesionarse.

El dolor de menisco es una de los motivos principales de consulta en traumatología. Suele ser síntoma de un desgarro del menisco o un desgaste del tejido debido al envejecimiento o a ciertas enfermedades.

Muchas personas se ven afectadas por este dolor que acaba siendo incapacitante, ya que puede llegar a impedir caminar o hacer movimientos normales con la rodilla. Por ello, en este artículo te explicamos cuáles son las principales causas del dolor de menisco y cómo calmarlo.

¿Por qué aparece el dolor de menisco?

Como ya hemos mencionado, el menisco es un tejido que se encuentra en las dos rodillas, separando el fémur de la tibia. Es un tejido elástico que sirve para evitar que ambos huesos choquen continuamente al realizar movimientos con la pierna.

El dolor de menisco aparece como resultado de una lesión en esta zona. Puede deberse a un traumatismo o algún movimiento brusco durante el deporte que haga que se produzca un desgarro de menisco. Es una patología muy frecuente en atletas y en personas jóvenes.

Por otra parte, el dolor de menisco puede ser consecuencia de un desgaste. Es muy frecuente que, al envejecer, el tejido cartilaginoso de nuestro cuerpo se vaya debilitando paulatinamente. Suele ocurrir a partir de los 40 años, y también puede concluir en una ruptura.

Por ambas causas, este tipo de dolor puede aparecer de manera súbita o de forma progresiva. Según el grado de lesión y el tipo, aparecerá una inflamación en la rodilla que será más o menos intensa.

¿Qué otros síntomas acompañan a este dolor?

Cuando se produce una ruptura del menisco, además del dolor, pueden aparecer otros síntomas. Por ejemplo, lo más frecuente es que los movimientos de la pierna se vean limitados. Especialmente, se hace complicado estirar o doblar la pierna.

De hecho, cuando hay un desgarro, se puede oír un chasquido leve al mover la articulación. En algunos casos, el dolor de menisco se acompaña de un repentino ‘fallo’ de la rodilla. Cuando esto ocurre, es como si no te pudieras sostener y se doblara automáticamente la rodilla.

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¿Qué podemos hacer para calmar el dolor de menisco?

Lo principal frente a un dolor de menisco es acudir al médico. Es necesario que él realice las pruebas pertinentes para localizar la lesión y comprobar si ha habido rotura o no. Del mismo modo, hay que descartar otras posibles lesiones en esa zona que puedan estar causando el dolor.

Sin embargo, también hay pequeñas actuaciones que pueden ayudarte a reducir el dolor, aunque sea previamente a la visita al médico. En primer lugar, se recomienda mantener la pierna elevada y colocar hielo sobre la rodilla.

Lo ideal es colocar el hielo sobre una rodillera especial, para evitar que la piel sufra a causa del frío. Se puede hacer varias veces al día, durante unos 15 o 20 minutos. Además, es muy importante el reposo, para evitar sobrecargar más la articulación.

Los médicos suelen aconsejar tomar medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno. Estos ayudan a disminuir la hinchazón y también reducen el dolor de menisco, aunque no es recomendable tomarlos durante demasiado tiempo.

Por otra parte, existe un remedio natural que consiste en aplicar arcilla sobre la rodilla, aunque no está comprobado científicamente que ayude a reducir el dolor. La idea es realizar una infusión con milenrama y bardana y mezclarla con la arcilla para hacer una pasta.

Actualmente, se está investigando si la electroterapia sirve como terapia para tratar tanto el dolor de menisco en sí como su causa. No obstante, como ya hemos recalcado, debería ser el médico o el fisioterapeuta el que pautara el mejor tratamiento.

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En conclusión

El dolor de menisco es una situación frecuente que suele afectar a deportistas jóvenes y también a personas de mayor edad por el envejecimiento. Para calmarlo, se pueden utilizar remedios con hielo, medicamentos u otras medidas, pero lo ideal es acudir a un especialista antes de iniciar ningún tratamiento.