Las grandes personas están hechas de acero inolvidable

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Jun 30, 2020   Pareja

Hay personas tan importantes en nuestra vida que casi por arte de magia se transforman en acero inolvidable. Son personas que nos gustan, que nos contagian sinceridad, que nos hablan con franqueza y que reflejan en sus ojos destellos de lealtad.

Personas que son una bendición, que juegan con buenos valores, que nos hacen sentir bien y que sanan las heridas de nuestro pasado. Personas que tocan nuestra alma con autenticidad de corazón, que vibran con sus sueños y los nuestros, que asumen su peso en nuestra vida.

Esas figuras que huelen a hogar. Actúan como bálsamo de nuestros dolores, que se responsabilizan de sus errores y manejan las consecuencias de sus decisiones con mirada sabia y pensamientos constructivos.

La justicia, la bondad y el equilibrio, pilares de su personalidad

Son escasas, sí, pero tener alguna de estas personas bonitas en nuestra vida es un gran motivo para sonreír. También para sentirse orgulloso y manejar el bello arte del agradecimiento, alejándonos de expectativas banales y de amarguras de la misma condición.

Manos que transmiten luz

Estas personas de acero inolvidable son gente que nos gusta porque nos contagia sinceridad, fidelidad y franqueza, porque de su mano aprendemos el valor del equilibrio, la importancia de nuestras emociones y de los sueños que nos hacen cerrar los ojos y suspirar.

Son sinónimo de «oxígeno psicológico» porque en nuestra relación con este tipo de personas aprendemos de la sabiduría de nuestros sentimientos, así como el valor de extraer el significado potencial que se esconde detrás de cada sufrimiento.

Son de acero inolvidable aquellas personas que, a pesar de sus errores, crean burbujas de alegría y nos hacen olvidar la pena, las que se resisten a los prejuicios, ignoran los chismes y actúan con coraje ante las injusticias.

Abrazos que recomponen partes rotas, palabras que diluyen los males en océanos del olvido, presencias que, aun en silencio, inundan de melodías un paraíso de sosiego e incondicionalidad.

Manos rodeadas de flores

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El idioma de la solidaridad, del respeto y de la sensibilidad

Son personas que no intoxican y que, si en algún momento lo hacen, comprenden que pedir perdón es necesario y que deben tener paciencia para acompañar a la persona herida en su proceso de sanación.

Esa actitud tiene como base la humildad, la sensibilidad y el tacto, tres pilares del acero inolvidable. Sabias en sus sueños y conocedoras de sus sentimientos. Se atreven a guiar sus relaciones por la senda del aprecio, dejando de lado intereses y egoísmos.

El acero inolvidable es una obra maestra de la inteligencia emocional. Su capacidad empática llevada a la máxima expresión, el corazón de oro con diamantes, el brillo de la honestidad y la validez de los buenos sentimientos.

codependencia

Personas de acero inolvidable: un rincón al que siempre podremos regresar

Son personas hogar, cálidas y dispuestas a dar abrazos que ahuyenten a los miedos. Son esas figuras que te enseñan por las buenas, que te demuestran que el mundo es maravilloso si lo miras con los cristales adecuados.

Porque a través de su paciencia, comprendemos que a las cosas buenas hay que saberlas esperar y que, mientras llegan, es probable que encontremos raíces y motivos para quedarnos y seguir disfrutando del paisaje.

Son personas aladas. Ángeles de la guarda que encuadran su fortaleza en la libertad emocional, una libertad que sopla heridas hasta que consigue aliviar el dolor y desinfectar el aire que las contamina.

Porque, a veces, solo cuando te encuentras con esta buena compañía, comprendes que lo bueno de haber caído siete veces es que puedes levantarte ocho y que tocar el fondo de un pozo no es tan malo, pues te ayuda a tomar impulso.

mujer sonriendo muy feliz

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No dejes escapar a las personas de acero inolvidable

Toda la riqueza emocional que nos ofrecen se fundamenta en su gran capacidad emocional.  Esta se alimenta de dos combustibles esenciales: el amor y la comprensión.

No hay calor más reconfortante que el del fuego de los amigos, la familia y los consejeros que permanecen a nuestro lado y que nos ofrecen indicaciones para traducir el manual de supervivencia a nuestros miedos.

Así pues, no dejemos escapar a estas personas tan bonitas. No dejemos de abrazarlas con palabras, con detalles diarios, con miradas intensas y caricias sinceras.

Tampoco dejemos de intentar explicarles que las heridas más dolorosas se sobrellevan mejor cuando están a nuestro lado. Y no dejemos de otorgarles la importancia que tienen y no dejemos de colorear su lienzo con nuestra sonrisa.

Porque, sin ninguna duda, las personas de acero inolvidable son los mejores bastones emocionales que podemos incorporar a nuestra vida. Son puntos de apoyo y recuperación de los que podemos aprender a recomponernos.

Por eso nuestra gratitud y su bienestar es lo único que garantiza la recompensa, una dulce recompensa que durará para siempre.