La obesidad infantil: ¿cómo evitarla?

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Jun 30, 2020   Maternidad

La obesidad infantil es uno de los problemas de salud más importantes del siglo XXI. La OMS (Organización Mundial de la Salud) la considera una verdadera epidemia, pues los casos se han triplicado en pocos años. Por eso, es necesario ser conscientes de cómo podemos evitar que esto suceda, ya que la salud de los niños debe cuidarse como algo extremadamente valioso.

Las consecuencias de la obesidad para la salud de los niños con sobrepeso son muchas. Algunas de ellas son el desarrollo de enfermedades como la diabetes, hipertensión, colesterol y triglicéridos elevados, por mencionar algunas de estas.

En este estudio titulado «Estudio sobre la situación de la obesidad infantil en España», publicado en el año 2019, se expresa que, el sobrepeso y la obesidad infantil se deben a múltiples causas, a menudo enlazadas entre sí, en las que confluyen factores genéticos, hormonales, estilos de vida e influencias ambientales, siendo los estilos de vida los que tienen una mayor relación con esta problemática. 

Asimismo, la obesidad infantil también puede generar problemas psicológicos (falta de autoestima, marginación social) o, incluso, psiquiátricos como anorexia o bulimia en la adolescencia. Concluye el estudio previamente citado.

Durante años, la creencia popular dictaba que un niño que hoy consideraríamos obeso indicaba que estaba bien alimentado y sano, que los niños debían comer mucho para crecer de forma sana. Nada más lejos de la realidad.

Actualmente, la obesidad infantil es sinónimo de una alimentación deficiente, no por escasa, si no por mala calidad debido al abuso de alimentos precocinados, comida rápida o basura y bollería industrial.

En este estudio se muestra que, el sedentarismo de los niños por la irrupción de videojuegos, ordenadores y demás divertimentos electrónicos como instrumentos de ocio, no ayuda a prevenir la obesidad, precisamente.

En consecuencia, hoy día, este tipo de «entretenimiento» hace que los niños se muevan menos, lo que sumado a una alimentación deficiente, se traduce en obesidad temprana.

Recomendaciones para evitar la obesidad infantil

Niña comiendo sanamente

El primer punto en el que haremos hincapié y que los pediatras y endocrinos consideran esencial es el desayuno. El desayuno debe aportarle el 25 % de las necesidades energéticas diarias y debe incluir lácteos, cereales y frutas.

Por ejemplo, en este estudio se desarrolla la conexión entre las creencias, conocimientos y hábitos en relación con la alimentación, y en un fragmento del mismo se expone la importancia de los conceptos adquiridos durante la infancia y la adolescencia.

Es decir, podría concluirse que si tenemos una mala experiencia con algún sabor específico, pues, crecemos con esta y de grandes tendemos a no comer nada con este sabor, por ejemplo, los vegetales.

Entonces, podría recomendarse que la familia al completo, debe tomarse el tiempo necesario para desayunar, evitando engullir de forma rápida. Una mala práctica muy extendida es que el niño solo tome un vaso de leche y de forma rápida por las prisas.

La merienda también es muy importante, porque si el niño no toma nada entre la comida la cena, se atiborrará en la cena, con la consiguiente mala digestión y el depósito de grasas en el organismo. Para merendar se recomienda fruta o un bocadillo, evitando al máximo la bollería industrial.

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A la hora de comer y cenar, evitaremos malos hábitos como hacerlo con la televisión encendida, que el niño coma solo o que coma solo lo que le gusta, deberemos hacer que coma una dieta variada. Además, es importante comer en la mesa. Hacerlo en el sofá no ayudará a generar este buen hábito.

Si los niños muestran cierto rechazo por la comida saludable, una buena opción es buscar formas alternativas de prepararlos, de tal modo que les resulte atractivos. Actualmente tenemos a mano muchas ideas para darles formas divertidas a las recetas.

En definitiva, se trata de hacer algunos ajustes en los hábitos alimentarios del niño para que, en general, lleve una mejor calidad de vida. Este, sin duda, es el paso clave para evitar la obesidad y sobrepeso.

El ejercicio y el ejemplo de los padres

Los niños deben realizar ejercicios, no solo para evitar la obesidad, si no para que su esqueleto y musculatura se desarrollen adecuadamente. Siempre se recomienda que practiquen algún deporte de equipo porque así también fomentaremos la relación con más niños y que aprendan los valores del trabajo en equipo.

Niños jugando tenis

Recomendamos permitirles a los niños que escojan el deporte que más les guste. Si no les va bien o terminan aburriéndose, también recomendamos que seamos flexibles y le permitamos hacer otra cosa. Eso sí, algo que esté relacionado con el deporte.

Como hemos apuntado anteriormente, los niños pasan demasiado tiempo frente a las pantallas del televisor y ordenador que, a parte de los problemas que esto puede traer para su vista, fomentan el aislamiento social, tal y como lo muestra ese estudio. Por este motivo, se debe restringir el tiempo que pasan ante las pantallas y fomentar que pasen su tiempo de ocio al aire libre, con más niños.

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La mejor forma de que un niño adopte buenos hábitos de alimentación es tomando como ejemplo a los padres, que deberán ser los primeros en acatar estos consejos. Si los adultos están siempre con el móvil, juegan a videojuegos siempre que están en casa, no hacen deporte y tienen una alimentación bastante deficiente, ¿qué esperamos que hagan los niños?.

Debemos de ser coherentes y ser conscientes de que los padres son el mayor de los ejemplos para los niños. No les podemos decir que coman brócoli si nosotros no lo hacemos. Tampoco que hagan deporte si llevamos una vida sedentaria. Es más, aunque les obliguemos a acatar estas órdenes, al final, cuando sean mayores no se cuidarán. Prevenir la obesidad infantil es cada vez más necesario. ¿Tienes hijos? ¿Cuidas de su alimentación y bienestar?