Nuestros hijos también lidian con el duelo

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Jun 30, 2020   Maternidad

Todos podemos tener que lidiar con el duelo alguna vez en nuestra vida. Si ya como adultos no nos resulta fácil, ¿qué ocurre con nuestros hijos? Tal vez creamos que no se dan cuenta de las cosas, que entienden menos que nosotros. Sin embargo, debemos desechar estos pensamientos porque nuestros hijos también tienen que lidiar con el duelo.

Según el Dr. de Hoyos, médico especialista en Pediatría, la información que proporcionan los padres al niño sobre la muerte es escasa, tardía y equívoca. Además, según el doctor, los progenitores «suelen ocultar sus emociones negando el impacto de la muerte, en un intento fallido de proteger al hijo del sufrimiento».

Esto podría hacer que los niños no expresaran sus propios sentimientos, y también podría favorecer la aparición de psicopatologías presentes y futuras. Por eso resulta importante, como progenitores, tanto mostrar nuestras emociones como entender que el niño también ha de pasar por su propio duelo.

No podemos sufrir por ellos

Llegados a este punto en el que somos conscientes de que nuestros hijos también sufren ante un duelo, probablemente aparezca en nosotros la necesidad de protegerlos y de sufrir por ellos. Sin embargo, esto es algo que nunca podrás hacer. Y es que cada uno de nosotros experimenta el dolor y nadie puede sufrirlo por nosotros.

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Por este motivo debemos aceptar que nuestro hijo va a sufrir, que le va a doler esta circunstancia. ¿Qué podemos hacer como padres? Debemos enseñarle cómo vivir el duelo de la manera más sana posible, para que sea una experiencia que pueda superar.

Debes tener en cuenta que los niños pueden llegar a ser muy dependientes y por eso la pérdida de un ser querido puede dejarles, de alguna manera, «desprotegidos». Pueden sentirse vulnerables, faltos de seguridad y de afecto. Es necesario, entonces, darles mucho amor y la seguridad que creen no tener.

Con estas sencillas acciones podemos ayudar a nuestros hijos a lidiar con el duelo, apoyándoles y haciéndoles saber que estamos ahí para ellos. Pero quizás esto no sea suficiente. Es entonces cuando debemos llevar nuestra ayuda más allá.

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La comunicación es fundamental

Hablar del tema de la muerte nunca es algo fácil y mucho menos si acaba de fallecer un ser querido. A pesar de esto, es muy necesario que hagamos un esfuerzo, al menos por nuestros hijos. Ellos necesitan comprender una situación que desconocen y que ha puesto su mundo patas arriba.

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No es recomendable hablar de la muerte como si de un adulto se tratase, pero debemos ser lo más concisos posibles, muy claros, para que los niños nos entiendan y puedan comprender qué es realmente la muerte.

Esto es algo difícil de hacer. La mayoría de los padres tienen miedo a hacerles daño, pero más daño les están haciendo manteniéndolos en la ignorancia. Ponle ejemplos claros a tu hijo, como puede ser la pérdida de una mascota.

De esta manera lo entenderán mejor. Además de todo esto, debes tener en cuenta también la necesidad que tu hijo va a tener de expresar sus sentimientos. No todos tenemos la misma forma de exteriorizar lo que sentimos. Algunos parece que no sienten nada, otros parece que dramatizan demasiado, muchos optan por el silencio y tragarse todas las emociones…

Esto tenemos que tenerlo en cuenta y es nuestro deber ayudar a que nuestros hijos expresen las emociones y se liberen del dolor.

¿Cuándo recurrir a un profesional para lidiar con el duelo?

Es posible que, en algunos casos, la comunicación y ayudar a nuestro hijo a liberar las emociones no sea del todo suficiente.

Cuando esto ocurra, podemos recurrir a un profesional para que ayude a nuestro hijo a superar ese dolor. Pero… ¿cuándo sabemos que debemos hacerlo?

Algunas señales de que es necesario acudir a un profesional

  • Nuestro hijo sufre una tristeza tan profunda que limita la realización de sus actividades diarias.
  • Sufre pesadillas, insomnio, no quiere quedarse solo y presenta dificultades para comer.
  • Empieza a comportarse como un niño de menor edad.
  • Realiza imitaciones de la persona que acaba de fallecer.
  • Manifiesta su interés y deseo de irse con la persona fallecida.
  • Comienza por tener un claro desinterés por sus amigos y por el juego.
  • Se niega a asistir a la escuela y empieza a tener problemas en su rendimiento.

En estos casos, quizás a los padres se les haga un poco grande la tarea de intentar solucionar el gran problema por el que está pasando su hijo. La ayuda profesional siempre será una solución válida y muy necesaria.

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Nunca, como padre, evites tratar el tema de la muerte o intentes no darte cuenta de que tu hijo está sufriendo.

De no buscar ayuda, el malestar en el niño agravarse y provocarle un problema aún mayor, no solo ahora, sino en su futuro. Ayuda a tu hijo a lidiar con el duelo, porque él también lo sufre.

Nota: la información que se ha expuesto es orientativa. Te recomendamos consultar con un especialista si crees que tu hijo o tu hija necesita ayuda para lidiar con el duelo.