Día de la madre: mujeres valientes y pilares de nuestras vid

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Jun 30, 2020   Maternidad

El día de la madre se celebra tradicionalmente el 1 de mayo, pero otros lo festejan unas pocas semanas después. Sea como sea, lo cierto es que un día no es suficiente para agradecer todo su esfuerzo. No obstante, es un momento especial para recordar lo importante que es esa persona para ti.

Ser madre significa descubrir lo fuerte que se puede llegar a ser. El lazo con un hijo trasciende los sentidos y alimenta un cordón umbilical que sigue presente a pesar de los años que hayan pasado. Por ello, una madre siempre estará apoyándote en cada paso que des.

Tanto si eres hijo como si eres madre, reconocerás este especial vínculo que tanta fortaleza aporta. Por ende, te invitamos a reflexionar sobre el papel de la maternidad y los cambios que lleva consigo.

El día de la madre: origen

Día de la madre

Lejos de pensar que el día de la madre responde a una simple finalidad económica y de marketing, hay que reconocer el importante papel que la mujer y la madre han tenido a lo largo de la historia de la humanidad como entidades creadoras.

De esta forma, los antepasados crearon diosas para simbolizar la magia que conlleva ser mujer; como la diosa Gea de la antigua Grecia (personificación de la tierra), o la diosa Cibeles en Roma.

Los aztecas

La maternidad era honrada y ensalzada por las culturas que poblaron Mesoamérica antes de la Conquista. Los aztecas, por ejemplo, rendían un profundo culto a la diosa Coyolxauhqui o Maztli, la cual era representada por la luna.

Cuenta la mitología que Coyolxauhqui fue asesinada por las estrellas, las cuales, sentían celos de ella y no deseaban que diera a luz. Sin embargo, su hijo Huitzilopochtli llegó al mundo con gran fortaleza, venciendo a las tinieblas y adquiriendo el poder del sol.

Desde entonces, los indígenas rindieron devoto culto a la diosa madre a través de preciosas esculturas de oro y plata.

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Antecedentes modernos del día de la madre

En Europa, el primer antecedente se encuentra ya en el siglo XVII. Fue durante el cuarto domingo de Cuaresma, cuando se empezó a honrar con flores a la Iglesia porque simbolizaba a su vez la «Iglesia Madre». Las mujeres trabajadoras de este siglo tenían permiso para reunirse con sus familias y celebrar este día especial.

Otra fecha clave para ensalzar la necesidad de celebrar este día fue cuando, en 1870, la poetisa y activista Julia Ward Howe escribió la «Proclama del Día de la Madre». Como bien recoge el siguiente artículo publicado en 2018 por la Revista Iberoamericana de Cultura y Pensamiento, esta carta ensalzaba la necesidad de defender la paz, el respeto a la naturaleza y la protección de las mujeres que eran madres.

Después de esta proclama, el movimiento femenino y las continuas manifestaciones en busca de derechos no hizo más que empezar. A partir de 1873 se estableció un día en que las madres podían reunirse para hablar de sus realidades personales.

Según explica la Fundación Internacional del Día de la Madre, el 12 de mayo de 1907 Ana Jervis quiso conmemorar el día del fallecimiento de su madre y con él, representar el papel que ellas tenían en la sociedad. Desde entonces, se celebra el día de la madre entre el 1 y el 15 de mayo en varios países del mundo.

Lo que una madre necesita

Madre

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La mayoría de personas saben lo que una madre representa, pero… ¿Te has parado a pensar en lo que ellas necesitan? En ocasiones, ofrecen tanto que a veces se da por sentado que van a priorizarte y atenderte.

Por ende, vale la pena reflexionar sobre estos aspectos para corresponderlas como se merecen.

Reciprocidad

Si para las madres, por lo general, los hijos son una prioridad y no dudan en dejar lo que están haciendo para ayudarlos; es importante también tener en cuenta sus propias necesidades.

Por este motivo, ofrecerles su espacio propicia que puedan disfrutar de sus aficiones, de sus tiempos de descanso y ocio para que puedan ser ellas mismas. Asimismo, antes de darle ese regalo que tienes preparado para este día especial, apreciarán sin duda unas palabras de cariño, un abrazo o un «eres la mejor, gracias por todo lo que haces por mí».

Lo que ella desea

Uno de los deseos de una madre es que sus hijos sean felices y alcancen sus sueños, aquellos que se marcan por sí mismos y por los que luchan cada día. Ahora bien, mientras emprendes tu propio camino como persona independiente, vale la pena recordar que los padres y las madres tienen que afrontar también otra etapa conocida como «nido vacío».

Según un artículo escrito por el Dr. Lugones Botell y publicado por la Revista Cubana de Medicina General Integral, este síndrome afecta más a las mujeres que a los hombres, siendo 2 de cada 3 las que lo presentan.

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Llegada esta fase, las madres pueden retomar esos proyectos que, tal vez, dejaron de lado por sus hijos. Además, seguro que les encantará apuntarse a algún curso, viajar y explorar nuevos horizontes de felicidad.

Por lo tanto, no olvides apoyarla en cada paso de este nuevo proceso; ya que ella siempre ha estado ahí para ti.