6 inconvenientes de ser demasiado sincero

Quizás ser demasiado sincero te parezca una buena idea a priori. Sin embargo, no lo es tanto cuando empezamos a tener problemas en nuestras relaciones por esto que muchas personas demandan, pero que pocas están preparadas para oír.

No olvidemos que aunque la sinceridad está bien vista, solo es bien recibida si lo que se dice es positivo. En caso contrario, puede que nos veamos envueltos en más de un conflicto, sin haberlo buscado.

La cara más oscura de ser demasiado sincero

1. La sinceridad como ataque personal

Como bien hemos mencionado, ser demasiado sincero es bueno siempre que nuestra crítica sea positiva. En el caso de que no sea posible, nos encontraremos con personas que se lo tomarán como un ataque personal.

Muchas veces escuchar lo que no nos gusta o no esperábamos nos sienta mal.

Por eso, debemos tener especial precaución cuando alguien nos dice que seamos sinceros porque, quizás, no quiere que lo seamos si lo que tenemos que decir no es de su agrado.

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2. ¿Personas hipócritas?

El mayor inconveniente de ser demasiado sincero es que nos resultará muy complicado encontrar a personas que piensen y sean como nosotros. En lugar de eso nos encontraremos con los hipócritas.

Estas personas compartirán nuestro punto de vista tan honesto. Sin embargo, a la hora de la verdad, continuarán evitando decir determinadas cosas para que los demás, aun ante la petición de que se les haga una crítica, no se enfaden con ellas.

3. La sinceridad no está bien vista

Ser demasiado sincero te acarreará muchos problemas si hablamos, por ejemplo, a nivel laboral. Decirle la verdad a tus compañeros o incluso a tu jefe cuando te preguntan sobre algo puede verse incluso como una falta de saber estar.

Esto puede provocar que en las entrevistas de trabajo aquellas personas que no son tan sinceras como tú se pongan un puesto por delante de ti por este motivo. Es algo que tenemos que aceptar. La sinceridad, aunque muchos la defiendan, no es deseable.

4. Muchas personas se alejarán de ti

Quizás te preocupe que las personas empiecen a alejarse de ti, pero no es que te pase nada, es que estar cerca de alguien demasiado sincero a veces molesta.

Muchos te criticarán, hablarán de ti por detrás, ¡quieren que seas como ellos! Vivimos en una sociedad donde la sinceridad es entendida siempre seguida de un «pero solo en ciertas ocasiones».

Será una forma que tendrán de «castigarte», ya que todo el mundo habla de la sinceridad, pero nadie se atreve a mencionar los matices que muchos sobreentienden.

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5. La sensación de culpabilidad

A veces, debido a todo lo ya mencionado, te sentirás culpable por actuar tal y como se entiende que alguien debe ser sincero. No obstante, no tienes culpa de nada, simplemente los demás no quieren escuchar aquellos aspectos negativos que rechazan de ellos mismos.

Prefieren que no seas tan claro, tan directo. Aunque te digan «sé sincero», en realidad no quieren que lo seas. Pero, ¡no te sientas mal! No tienes culpa de nada, porque no tienes por qué suponer nada. Si los demás no quieren que seas sincero, deberían decírtelo claramente. Es su problema.

6. Eres una minoría

Si eres una persona sincera debes ser consciente de que formas parte de una minoría, como ya te habrás podido percatar.

Esto no necesariamente es malo, pero deberías tenerlo en cuenta para evitar que tu autoestima se vea dañada debido a conflictos y problemas, incluso recriminaciones, que los demás te harán.

Pero, sobre todo, porque quizás te resulte complicado encontrar personas que sean como tú.

¿Eres tú una persona demasiado sincera? ¿Te has encontrado con personas así? ¿Te molesta la sinceridad? Es importante ser honestos con nosotros mismos para no pedirle a los demás ser sinceros cuando, en realidad, no queremos que lo sean.

Esto no quiere decir que queramos que nos mientan, pero sí que las personas sean sinceras con algunos matices que se deben tener en cuenta. Qué complicado lo hacemos todo, ¿verdad?