Jun 30, 2020 Maternidad
En general, los daños que pueden ocasionar los divorcios suelen ser irreversibles. Si además contamos los estragos que sufren los hijos, el resultado casi siempre es devastador. En los niños el daño se manifiesta en su autoestima y confianza.
Igualmente, afecta otros aspectos de sus vidas como el académico y, en algunos casos, a la salud. El divorcio es mucho más que la disolución del vínculo matrimonial. Cuando los padres se separan, el mundo de los hijos suele venirse abajo.
La separación genera un estado de duelo que cada miembro de la familia debe sobrellevar. Aunque los expertos afirmen que los hijos logran adaptarse y asimilarlo, lo cierto es que del divorcio nadie sale ileso.
Causas de divorcio
Algunas de las causas más comunes de divorcio son:
- Infidelidad.
- Problemas de adicción.
- Violencia doméstica (física o psicológica).
- Intolerancia ante las diferencias de la pareja.
- Decepciones acumuladas o insatisfacción personal.
- Rutina y aburrimiento.
Formas en que se puede llevar a cabo un divorcio
Existen dos tipos de procedimientos para la separación conyugal, los cuales referimos a continuación:
Por mutuo acuerdo
Es el que resulta más conveniente para las parejas que tienen hijos, ya que su efecto en ellos es menor. Mediante este tipo de separación la pareja maneja sus fricciones en armonía. Se evitan las discusiones constantes que tanto perjudican a los niños.
Divorcio contencioso
En este caso, uno de los cónyuges realiza una demanda donde explica y justifica los motivos de la petición. El cónyuge demandado generalmente no está de acuerdo con la decisión y al oponerse rotundamente, se inician los conflictos.
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Daños que pueden ocasionar los divorcios en los niños
La capacidad de los niños para superar los daños que pueden ocasionar los divorcios es diferente en cada caso. Esta va a depender en buena medida de la manera en que los padres manejen la separación. Según cada particularidad, los daños en los niños pueden manifestarse a corto y a largo plazo.
1. Baja autoestima
Dependiendo de la edad y de las habilidades que posean los niños para enfrentarse a nuevas situaciones, las huellas en su autoestima pueden ser más o menos profundas. Ante un divorcio, los hijos pueden sentir que no son importantes o que no los toman en cuenta.
Esto se debe a que, generalmente, los padres invierten mucho tiempo en el proceso de divorcio, disminuyendo la atención que requiere cada hijo. Si la interacción con el padre que ya no vive en casa es mínima, el pequeño puede sentirse menospreciado.
2. Sentimientos de culpa
Se necesitan varios años para que los niños superen la pérdida de convivencia con uno de sus progenitores. Si la comunicación de los padres no es óptima, pueden llegar a pensar que son culpables del divorcio.
Esto puede suceder si los padres no poseen la madurez necesaria para afrontar el conflicto y sus responsabilidades, recargando en los pequeños una sensación de abandono total.
Se debe tener en cuenta que involucrar a los niños en el divorcio los hace más vulnerables. No se debe colocar a los hijos en la posición de elegir entre uno y otro progenitor. Esto solo ocasiona daños psicológicos en el niño. Sentirán culpa de elegir a uno u otro.
3. Depresión
Perder el estilo de vida que se llevaba y que el poder adquisitivo disminuya suele generarles incertidumbre. Si además, deben mudarse de casa, cambiar de colegio y dejar amigos; la depresión aparecerá. También, pierden la seguridad y confianza que les daba el amor de sus padres a través de las actividades familiares.
Adicionalmente, es posible que les toque vivir con uno de los padres de manera forzada. Y si el tiempo que pasan con el otro padre es muy corto, la actitud puede pasar de depresiva a hostil.
También, es probable que a los hijos les cueste aceptar la separación e inventen fantasías sobre una reconciliación. Al esto no ocurrir, puede aumentar su frustración y depresión.
4. Dificultades para socializar
Otro de los daños que pueden ocasionar los divorcios incluye las dificultades sociales. Durante la separación, es posible que los hijos solo piensen en lo que está pasando en sus casas. Esto puede disminuir su motivación por jugar y compartir con amigos.
Igualmente, el rendimiento académico puede verse afectado, pues están tan preocupados con la situación familiar que descuidan otros aspectos de sus vidas. Los hijos necesitan poner distancia entre el divorcio de sus padres y sus propias vidas.
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5. Miedo al futuro
Pasar de una etapa de felicidad familiar a una de separación puede desestabilizar a cualquiera. Todo lo que los niños pueden imaginar, definitivamente, no incluye perder a uno de sus padres. Un proceso de divorcio genera en los hijos una gran incertidumbre sobre los acontecimientos futuros.
Esta experiencia los puede marcar en un futuro en sus relaciones de pareja. Lo más probable es que sientan temor de establecerse e incluso a casarse, recordando la experiencia vivida con la separación de sus padres.
6. Enfermedades psicosomáticas
Entre los daños que pueden ocasionar los divorcios se encuentran las enfermedades psicosomáticas. Estas se presentan como consecuencia del alto nivel de estrés vivido durante el proceso de divorcio y la ansiedad que genera la nueva forma de vida.
Reflexión
Lo primero de todo, es que los divorcios siempre deben llevarse a cabo lo más civilizadamente posible. Sobre todo cuando hay niños, hay que hacerlo con mucho tacto y cariño.
Por otro lado, no todos los niños tendrían que manifestar problemas por la nueva situación civil de los padres. Los problemas más graves se deben a la falta de información y a no saber qué va a pasar ahora.
Los malestares que presentan los niños cuyos padres atraviesan un proceso de divorcio no son una invención, en realidad se sienten mal por ello.
Ante esto, se recomienda buscar ayuda profesional para tratar los daños de tipo emocional que el divorcio ha ocasionado en los niños y ayudarlos a afrontar los cambios venideros.
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