4 errores frecuentes en nuestras relaciones de pareja

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Jun 30, 2020   Pareja

Existen ciertos errores que son frecuentes en nuestras relaciones de pareja, pero que a veces pasan desapercibidos en medio de las rutinas a los que nos hemos acostumbrado.

Intentar prestar atención a esos detalles, así como analizar los cambios que podemos incorporar a nuestros hábitos son algunas de las claves para abordarlos.

A continuación haremos un breve repaso de esos pequeños descuidos que marcan distancias entre las parejas.

Errores frecuentes en nuestras relaciones

1. Amar no es solo decir «te quiero»

Es probable que hayas vivido esta experiencia en alguna ocasión. Tener una relación de pareja y echar en falta un sencillo «te quiero» cada día.

Mujer enfadada pareja

Sin embargo, aunque las palabras puedan resultar reconfortantes, existen también otras maneras a través de las que expresar cariño:

  • Cada persona manifiesta su amor de una forma: es decir, hay quienes son más expresivos, mientras que otros son algo más retraídos y muestran su aprecio de otros modos. Pero no por exteriorizar menos, «se ama menos».
  • Aspectos diferentes también comunican: por ejemplo, la mirada, esa sonrisa cotidiana, el apoyo incondicional o la admiración son gestos que, asimismo, transmiten un gran afecto.
  • Es difícil mentir con los actos, pero no tanto con el lenguaje. Las palabras tal vez sean exageradas o vengan adornadas de bonitos matices, por lo que observar cómo alguien nos cuida y nos trata se presenta como un elemento de lo más revelador.

Con todo, si lo que percibimos es que nuestra pareja «nos quiere menos de lo que nosotros demostramos», poner sobre la mesa las propias necesidades e inquietudes es una clara estrategia a considerar.

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2. Amar no significa darlo todo a cambio de nada

Este es un fallo habitual. Bajo el mismo se tiende a pensar que amar a la pareja significa darlo todo de manera incondicional y sin límites. No obstante, es posible hacernos algunas preguntas básicas para reflexionar:

  • ¿Existe un intercambio real, un cierto equilibrio? Esto es, ¿vemos que igual que nosotros ofrecemos, nuestro compañero también lo hace? ¿Notamos que formamos un equipo?
  • Si esto no es así, ¿sabríamos identificar lo que sentimos en estas circunstancias? ¿Aparecen emociones como la frustración, la tristeza o la rabia?

Si al analizar estas cuestiones la sensación que tenemos es la de estar remando en solitario, valoremos la alternativa de exponer abiertamente aquello que nos preocupa y causa malestar.

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Problemas pareja

3. Callarse ante aquello que nos molesta

Otro de los errores frecuentes en nuestras relaciones es pensar que los demás se van a dar cuenta de todo lo que nos hace daño o molesta. Damos por hecho que el otro lo va «adivinar».

O sea, hay quienes optan por guardar silencio y enfadarse, en lugar de expresar en voz alta aquello que no les gusta. Esto, al fin y al cabo, es un medio indirecto para llamar la atención, pero sin informar ni explicar el motivo de tal comportamiento.

Pero, ¿qué se consigue lanzando «dardos invisibles» a la otra persona? ¿Conocemos estrategias alternativas para manejar esta situación? ¿Sería viable una conversación con nuestra pareja?

La vía del diálogo sería una oportunidad para decir qué es lo que queremos o nos desagrada y, así, llegar a acuerdos que mejoren la convivencia

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4. Olvidar el «propio» espacio personal

Pongamos por caso que empezamos a salir con alguien siendo muy jóvenes. Centramos todo nuestro mundo en esa persona, lo cual tiene que ver con la apuesta por construir un proyecto de vida con ese compañero.

No obstante, este proceder entraña algunos riesgos que lo convierten también en uno de los errores frecuentes en nuestras relaciones:

  • Si por mantener ese vínculo, descuidamos parcelas tan importantes como los estudios, la familia, las amistades o el trabajo, perderemos estímulos que son muy valiosos para nuestro bienestar.
  • Además, en tanto que tales ámbitos constituyen escenarios diferentes en los que desarrollarnos, se verá, a su vez, reducido el crecimiento personal que los mismos permitían.

Ante esto, investigaciones como la liderada por la profesora Katie R. Genadek resaltan justo lo contrario. Esto es, cómo las experiencias individuales de los miembros de la pareja (acometer otras actividades, estar solos o acudir a encuentros sociales) aumentan la calidad del tiempo que luego estos comparten.

Dado que, además, dichos aprendizajes nos permiten cultivarnos en otros aspectos y seguir enriqueciéndonos en las interacciones, la posibilidad de disponer del propio espacio es un factor a contemplar para gozar de una relación saludable.

¿Qué aprendemos de estos errores en nuestras relaciones de pareja?

Estas pautas representan un soporte desde el que explorar ciertos errores que llegan a ser frecuentes en nuestras relaciones.

Al identificar alguno de estos descuidos, recordemos que existen claves que pueden ayudarnos a mejorar la gestión que hacemos de los mismos.