La hidratación del bebé en verano

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Jun 30, 2020   Maternidad

La hidratación del bebé en verano es similar a las necesidades de hidratación de los niños en general, pero registra a la vez algunas particularidades. Situaciones especiales como los cuadros de diarrea y vómitos, requieren de cuidados especiales y, por ende, una mayor oferta de agua.

La hidratación del bebé en verano y el cuidado de la piel

Una adecuada hidratación de la piel en bebés podría prevenir la dermatitis atópica, que es un cuadro que se caracteriza, entre otras cosas, por sequedad de piel, que a veces puede estar lesionada y presentar entonces riesgo de infección.

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP)  advierte de la importancia de «hidratar la piel de los recién nacidos para reforzar la barrera cutánea, pues así se evitaría la entrada de alérgenos y el patologías, según se ha demostrado en algunas investigaciones preliminares»

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La hidratación del bebé en situaciones normales

La hidratación del bebé en días comunes de temperaturas templadas está relacionada en parte con el tipo de alimentación. En tanto los bebés alimentados a pecho tienen cubiertas las necesidades de agua, quienes se alimentan con fórmula o papillas semisólidas deben recibir agua adicional.

Lactancia materna

¿Cuánto es mucho? ¿Cuánto es poco?

A pesar de que parece una tarea sencilla conocer la cantidad necesaria de agua en los bebés, no siempre lo es. ¿Cómo lo determinamos? ¿Lo medimos a nuestro antojo? ¿Consultamos al pediatra?

De acuerdo a una investigación realizada por Miguel Angel Rodríguez – Weber y colaboradores: «Son necesarias consideraciones especiales para calcular los requerimientos de agua en los recién nacidos y lactantes; sin embargo, todas sus necesidades de agua deben ser cubiertas con leche materna o sustitutos lácteos».

Paralelamente los autores destacan que:

  • «Los requerimientos hídricos en la edad pediátrica se pueden calcular de acuerdo con las calorías consumidas (100 mL por cada 100 kcal) al peso, o como consumo de líquidos totales».
  • «Los requerimientos de agua pueden ser mayores en climas calurosos y en el caso de niños mayores cuando tienen una actividad física más intensa. No se recomienda que esos requerimientos sean cubiertos con bebidas azucaradas o energéticas».

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hidratación del bebé en verano

Algunos errores frecuentes relacionados con la ingesta de agua en el bebé

En recién nacidos, según reafirma Rodríguez – Weber y colaboradores:

  • «Pueden presentarse complicaciones por una incorrecta preparación de la fórmula láctea: cuando existe dilución excesiva en forma aguda».
  • «Puede producir intoxicación hídrica o desnutrición, cuando se hace en forma crónica».
  • «Cuando la fórmula se concentra más de lo especificado, puede generar deshidratación e hipernatremia» que corresponde al aumento de sodio en la sangre«.

Algunas señales para identificar una posible deshidratación en el bebé

Aunque es mejor evitar que aparezcan en los bebés signos o manifestaciones de deshidratación, cuando existen, su identificación precoz puede marcar una diferencia. Así los siguientes pueden hacernos pensar en una posible deshidratación:

  • Inquietud, somnolencia o bien irritabilidad.
  • Piel fría o sudorosa.
  • Bajos niveles de energía, por lo que el bebé parece aletargado o muy débil.
  • Escasa o ausencia de lágrimas durante el llanto que en estos casos es de un tono bajo.
  • Quejido.
  • Mucosa de la boca o lengua seca.
  • Ojos hundidos al igual que la  zona blanda – denominada fontanela –  de la cabeza.
  • Disminución de la cantidad de orina o bien de color más concentrado.

Consideraciones finales

  • El tema de la ingesta y los requerimientos de agua en el bebé, y más aún en el verano, no es algo para dejar de lado.
  • Es a la vez tan perjudicial la baja ingesta de agua que no cumple con los requerimientos, como la sobreingesta. Ambas pueden generar daños potenciales.
  • Consultar con el profesional de la salud acerca de las necesidades de agua en el bebé es una tarea esencial y se sugiere no dejar de hacerlo aunque esa pregunta nos parezca trivial o poco importante.