7 datos importantes para conocer la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que ocurre cuando el cerebro deja de producir cantidades suficientes de dopamina, una sustancia química que interviene en muchas funciones del organismo. Algunos casos se producen por factores genéticos, pero la mayoría no suele darse entre personas de una misma familia. De hecho, a pesar de los avances de la medicina, hoy continúa siendo uno de los mayores retos para la comunidad médica, no solo por sus posibles causas, sino por los tratamientos para sobrellevarla.

En sus etapas iniciales, no suele manifestarse con síntomas contundentes que faciliten su detección. Por lo tanto, es necesario conocer algunos detalles importantes sobre la enfermedad. Observar su curso y algunas señales que ayudan a identificarla. En esta oportunidad hemos recopilado 7 datos importantes para conocer la enfermedad de Parkinson.

La enfermedad de Parkinson

A continuación, ofrecemos algunas características que debemos tener en cuenta acerca de la enfermedad de Párkinson

1. Es un trastorno neurodegenerativo

El párkinson es un trastorno progresivo del sistema nervioso que compromete las neuronas del cerebro que se encargan de controlar los movimientos musculares. Su aparición afecta la habilidad de movimiento, pero también interfiere en la marcha, el equilibrio y la calidad de sueño. Los pacientes que la desarrollan presentan, de forma gradual, alteraciones o muerte de las neuronas que producen dopamina.

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2. La enfermedad de Parkinson afecta a hombres y mujeres

Esta patología neurodegenerativa afecta tanto a hombres como a mujeres, sobre todo cuando llegan a edades avanzadas. Sin embargo, existen casos donde los síntomas comienzan a manifestarse desde un poco antes de los 40 años.

3. Síntomas de la enfermedad de Parkinson

Los síntomas se van desarrollando gradualmente. Estos incluyen:

• Temblor en las manos, los brazos, las piernas y la cara
• Pérdida del equilibrio y torpeza
• Limitaciones de movimiento
• Bloqueos en las expresiones faciales
• Alteraciones de sueño
• Rigidez en las articulaciones
• Dificultades de coordinación
• Disfunción sexual
• Postura encorvada
• Dificultad para deglutir
• Incapacidad para regular la temperatura corporal
• Babeo
• Presión arterial baja
• Ansiedad y depresión

4. Sus posibles causas

Hasta el momento no hay una causa exacta que explique la enfermedad de Parkinson. De hecho, en cada caso suelen variar los factores asociados a su aparición. Una cantidad reducida de casos se han vinculado con alteraciones genéticas, mientras que otros tienen que ver con lesiones o traumatismos que afectan el sistema nervioso. Además, también podrían estar influyendo algunas condiciones ambientales, como la exposición a entornos contaminados y el consumo excesivo de algunos medicamentos.

5. Pruebas y exámenes

Ante la sospecha o síntomas evidentes del mal de Parkinson, los médicos llevan a cabo una evaluación física para reconocer la enfermedad. Este examen incluye el análisis de aspectos como:

• Dificultades para iniciar o finalizar movimientos voluntarios.
• Atrofia muscular.
• Temblores en las articulaciones.
• Cambios continuos en la frecuencia cardíaca.
• Reflejos musculares normales.
• Movimientos rígidos y espasmódicos.

El profesional también puede recetar un examen neurológico para analizar la complejidad de la enfermedad o descartar otros trastornos con síntomas similares.

6. Tratamiento de la enfermedad de Parkinson

El tratamiento más conocido y eficaz para el párkinson es un medicamento conocido como levodopa. Este se usa desde hace más de 40 años. Es un fármaco que el organismo utiliza para aumentar los niveles de dopamina en el cerebro.

Sin embargo, a menudo es necesario complementarlo con remedios para controlar los cambios en el estado de ánimo, las dificultades de sueño y la salivación excesiva. Hay que tener en cuenta que el consumo habitual de medicamentos químicos para el control de esta patología puede originar reacciones adversas como:

• Confusión y alucinaciones.
• Náuseas, vómitos y diarrea.
• Maros y desmayos.
• Delirios.
• Comportamientos difíciles de controlar.

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7. Los cambios en el estilo de vida ayudan

Tras recibir el diagnóstico de esta enfermedad, siempre es aconsejable revisar los hábitos de vida para adoptar costumbres sanas que ayuden a hacerle frente. Algunos consejos son:

• Adoptar una alimentación equilibrada y baja en calorías.
• Evitar el consumo de tabaco y alcohol.
• Modificar los platos en casos de problemas de deglución.
• Acceder a una terapia del habla.
• Hacer actividad física de bajo impacto.
• Descansar bien y evitar el estrés.
• Acudir a terapias ocupaciones y fisioterapéuticas.
• Poner pasamanos en todas las áreas de la casa para evitar las caídas.
• Usar dispositivos para facilitar el movimiento.
• Asesorarse en familia para afrontar en compañía el trastorno.

En resumen, conocer el desarrollo de esta grave enfermedad es determinante para identificarla y tratarla de forma oportuna. Sin un tratamiento médico correspondiente, los síntomas pueden empeorar más rápidamente hasta incapacitar por completo a los afectados.