¿Qué es un halo?

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Jul 01, 2020   Enfermedades y dolencias

¿Qué es un halo?

Un "halo" es un aparato que sujeta o mantiene la cabeza y el cuello del niño en su sitio tras una lesión en la columna vertebral para que los huesos de la columna se curen bien. Los niños que llevan halo se pueden desplazar y participar en muchas actividades habituales mientras se recuperan.

¿De qué partes consta un halo?

Las partes de un halo son las siguientes:

  • un halo (una corona o aro metálico que rodea la cabeza)
  • unos tornillos, que permiten ajustar el halo a la cabeza
  • un chaleco fabricado con plástico o yeso (como las escayolas)
  • un recubrimiento o forro interior del chaleco para que resulte más cómodo y evite posibles irritaciones cutáneas 
  • unas barras verticales que conectan el halo a los hombros de la persona, por donde se fijan al chaleco

¿Es doloroso llevar puesto un halo?

No, el halo no debe provocar dolor. Algunos niños tienen dolores de cabeza, sobre todo al comer, pero es algo que suele desaparecer cuando el niño se acostumbra a llevarlo.

Si el dolor persiste o empeora, el cirujano del niño deberá ajustar los tornillos que sostienen el halo para que le resulte más cómodo. No intente nunca ajustar los tornillos o las barras del halo en casa.

¿Durante cuánto tiempo se llevan puestos los halos?

Para decidir durante cuánto tiempo necesita llevar el halo un paciente, el equipo médico que lo atiende deberá tener en cuenta:

  • lo grave que es la lesión
  • a qué tipo de operación se ha sometido
  • cuánto tiempo tardarán los huesos en curarse

Generalmente, los niños llevan puesto el halo durante un par de meses.

¿Qué actividades está bien practicar?

Muchos niños que llevan halo pueden seguir realizando sus actividades cotidianas, como andar, ir a la escuela, estudiar, hacer los deberes y pasar tiempo con sus amigos, siempre y cuando se sientan con ganas y el pediatra les diga que pueden hacerlo. Anime a su hijo a implicarse en actividades tranquilas, como dibujar, hacer rompecabezas y jugar a juegos de mesa.

¿Qué actividades se deben evitar?

Los niños que llevan halo deben evitar aquellas actividades que puedan implicar golpear el halo o sus barras, caerse o mojarse el chaleco o el forro interior. Entre ellas, se incluyen las siguientes:

  • levantar pesos que superen las 10 libras (4,5 kg), incluyendo las mochilas
  • todos los deportes
  • correr
  • nadar
  • montar en bicicleta
  • saltar
  • bailar
  • jugar de forma activa o movida

El equipo médico que lleva a su hijo revisará de forma detallada qué actividades debe evitar su hijo.

¿Cómo cuido de mi hijo cuando esté en casa?

Su hijo necesita ayuda cuando esté en casa. He aquí algunos consejos para ayudarlo.

Desplazarse por la casa

Los niños que llevan halo no pueden mirar al suelo mientras andan; por lo tanto, despeje el suelo de cualquier cosa que podría provocarle tropiezos o caídas. Es posible que su hijo quiera usar un bastón o un andador para desplazarse sin ayuda.

Dormir

Deje que su hijo duerma en la postura en que se sienta más cómodo. Los niños que llevan halo pueden dormir boca arriba, boca abajo y de lado. Algunos prefieren dormir con una leve inclinación, apoyando el halo en almohadas o cojines. Ayude a su hijo a probar varias posturas diferentes, usando almohadas o cojines como apoyo, hasta que encuentre una postura cómoda para dormir.

Bañarse

Lo más importante que debe recordar en lo que respecta a los baños es que el chaleco y su forro interior no se pueden mojar. Su hijo no se debe duchar.

Su hijo puede:

  • Darse baños con muy poca agua en la bañera, teniendo mucho cuidado en no salpicar de agua el chaleco.

O usar un paño, una toalla o una manopla que estén húmedas para lavarse.

  • Pida a su hijo que se siente en una silla.
  • Proteja el chaleco del agua cubriéndolo con una toalla seca o con una bolsa de plástico que su hijo se deberá meter por debajo del chaleco.
  • Ponga poco jabón en la manopla y limpie las partes del cuerpo que no estén cubiertas por el chaleco.
  • Desabroche el chaleco para que le vaya más holgado. Pero no le quite el chaleco ni su forro interior. Use la manopla para limpiar las áreas de piel que queden debajo del chaleco y que sean de fácil acceso. Séquele la piel con una toalla seca y limpia y vuelva a abrochar el cinturón del chaleco.
  • No use una esponja porque las esponjas absorben demasiada agua, y esta podría mojar el halo y el chaleco.

Lavarse el cabello

Para lavarle el cabello a su hijo:

  • Proteja el chaleco del agua cubriéndolo con una toalla seca o con una bolsa de plástico que su hijo se deberá meter por debajo del chaleco.
  • Los niños pequeños se pueden acostar boca arriba sobre la encimera de la cocina y poner la cabeza sobre el fregadero.
  • Los niños mayores pueden apoyar la cabeza en el borde de la bañera o del lavabo.
  • Use una botella provista de espray para mojar el cabello de su hijo, póngale champú y luego enjuáguelo.
  • Tenga cuidado en no salpicar el chaleco con el espray.

También puede usar champú en seco o en polvo que no requieren el uso de agua.

¿Qué debo hacer si a mi hijo se le moja el chaleco?

Si una parte reducida del chaleco o de su forro interior se mojara, séquesela con un secador de pelo utilizando el modo de aire "frío". Si se moja una parte considerable del chaleco, llame al equipo médico que lleva a su hijo para saber si necesita cambiarse de chaleco.

Mantenimiento del halo

Mantenimiento de los tornillos

Lave los tornillos con regularidad para evitar posibles infecciones. Limpie los tornillos una vez al día, a menos que el equipo médico que lleva a su hijo le dé otras instrucciones. Ellos le enseñarán cómo debe limpiar los tornillos.

Mantenimiento del chaleco

Lave el chaleco de su hijo tal y como le indique su equipo médico:

Si el chaleco de su hijo dispone de un forro que se pueda quitar, quítelo y lávelo. Necesitará dos forros para poder lavar uno mientras su hijo lleva el otro puesto. El equipo médico que lleva a su hijo le explicará cómo extraer el forro del chaleco y cómo ponerle un nuevo forro. Siga las indicaciones del fabricante sobre cómo lavar el forro.

Para limpiar un forro interior que no se pueda extraer:

  1. Sumerja una tira larga de gasa quirúrgica en agua de Hamamelis y escúrrala bien hasta que apenas esté húmeda.
  2. Introduzca la gasa debajo del borde del chaleco y del forro y, con un extremo de la gasa en cada mano, vaya deslizándola hacia arriba y hacia abajo.

Algunos consejos más:

  • Para mantener a su hijo seco y cómodo, ponga talco para bebés que contenga maicena o fécula de maíz alrededor de los bordes del chaleco una vez al día.
  • Haga que su hijo se vista con prendas de ropa que le vayan holgadas y que le resulten cómodas llevando puesto el halo.
  • Para el picor de piel, use una tira larga de gasa quirúrgica sumergida en agua de Hamamelis y escurrida para deslizarla bajo el chaleco y el forro (como hemos descrito más arriba al explicar cómo limpiar un chaleco sin forro extraíble).
  • No use cremas ni lociones en la piel que hay debajo del chaleco.
  • No le extraiga nunca el chaleco a su hijo.

¿Cuándo debería llamar al equipo médico que lleva a mi hijo?

Llame al equipo médico que lleva a su hijo de inmediato si:

  • A su hijo le duele la zona de los tornillos.
  • Su hijo tiene fiebre.
  • Se le afloja un tornillo.
  • La zona que hay alrededor de los tornillos está roja, hinchada o irritada.
  • A su hijo le aparece una erupción o se le enrojece la piel que está cubierta por el chaleco.

¿Cómo pueden ayudar los padres?

Llevar un halo puede ser duro para un niño y para su familia. Los niños que tienen que llevar halos pueden estar tristes, enfadados o frustrados porque su vida debe cambiar, aunque solo sea durante unos pocos meses. Para apoyar a su hijo:

  • Ayúdele a seguir realizando la máxima cantidad de actividades regulares que pueda practicar. Ir a la escuela, ver a sus amigos fuera de la escuela y seguir con sus actividades cotidianas en casa pueden ayudar a que su hijo se sienta conectado y tenga una actitud positiva.
  • Un enfermero o un trabajador social de la consulta del médico de su hijo puede visitar la clase de su hijo para hablar sobre el halo. Esto podría ayudar a su hijo a sentirse más cómodo cuando empiece a ir a la escuela llevando puesto el halo.
  • Para mantenerse al día en los estudios si su hijo no puede ir a la escuela, póngale un profesor particular en casa.
  • Si su hijo se sigue sintiendo enfadado o deprimido durante el proceso de recuperación, anímelo a consultar a un psicólogo u orientador escolar.