La vista de su hijo

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Jul 01, 2020   Bebé

Unos ojos y una vista saludables son elementos fundamentales del desarrollo de un niño. Los ojos de su hijo deberían someterse a revisiones regulares, porque muchos problemas de la vista y muchas enfermedades oculares se pueden detectar y tratar muy pronto en la vida de un niño.

Profesionales de la vista

Asegúrese de que las revisiones de los ojos y de la vista de su hijo forman parte sus revisiones médicas sistemáticas.

Existen distintos tipos de profesionales relacionados con los ojos y la vista de los niños, y sus nombres pueden generar cierta confusión:

  • Los oftalmólogos (u oculistas) son médicos que ofrecen un cuidado exhaustivo de los ojos; pueden recetar medicamentos y realizar operaciones.
  • Los oftalmólogos pediátricos son oftalmólogos especializados en los problemas de los niños.
  • Los optómetras ofrecen servicios que pueden ser similares a los de los oftalmólogos, pero no pueden hacer operaciones. Algunos optómetras están especializados en los problemas oculares infantiles.
  • Los ópticos se encargan de graduar y adaptar los anteojos.

Revisiones de la vista

Las revisiones sistemáticas de la vista de un niño incluyen las siguientes:

  • Los recién nacidos deben someterse a una revisión general de la salud ocular (de los ojos) llevada a cabo por un pediatra o un médico de familia en la sala de recién nacidos del hospital.
  • Los recién nacidos de alto riesgo (incluyendo los bebes prematuros), aquellos que tengan antecedentes familiares de problemas oculares y aquellos que presenten anomalías evidentes en los ojos deberían ser evaluados por un oftalmólogo pediátrico.
  • Durante el primer año de vida, todos los bebés deben someterse a revisiones sistemáticas de su salud ocular realizadas por un pediatra o un médico de familia.
  • Cuando tengan aproximadamente tres años y medio, los niños deberían someterse a pruebas oculares de cribado y de agudeza visual (que evalúan la nitidez de la vista) realizadas por un pediatra o un médico de familia.
  • Alrededor de los cinco años, los niños deben someterse a una revisión de la vista y de la alienación ocular realizada por un pediatra o un médico de familia. Quienes no superen alguna de estas revisiones deberían ser evaluados por un oftalmólogo pediátrico.
  • A partir de los cinco años, se deben hacer exámenes de vista en las revisiones escolares y en la consulta del pediatra de atención primaria o bien cuando aparezcan síntomas como cruzar los ojos (o bizquera) o tener frecuentes dolores de cabeza. (En muchas ocasiones, los maestros del niño se dan cuenta de que no ve bien en la clase).
  • Los niños que utilicen anteojos o lentes de contacto recetados por un médico deberían someterse a revisiones anuales llevadas a cabo por un profesional de la vista para detectar posibles cambios en la graduación.

Cómo se detectan los problemas en la vista

Entre los indicios de que un niño puede tener problemas en la vista, se incluyen los siguientes:

  • frotarse los ojos constantemente
  • sensibilidad extrema a la luz (conocida como "fotofobia")
  • no enfocar bien
  • dificultades para seguir objetos con los ojos
  • alineamiento o movimiento anómalo de los ojos (a partir de los 6 meses de edad)
  • enrojecimiento crónico de los ojos
  • lagrimeo crónico
  • pupila blanca en vez de negra

En los niños en edad escolar, también se debe estar pendiente de otros indicios, como los siguientes:

  • incapacidad para ver objetos distantes
  • problemas para leer la pizarra en clase
  • cruzar los ojos (o bizquera)
  • dificultades para leer
  • sentarse demasiado cerca del televisor

Esté pendiente de los indicios que puedan estar indicando que su hijo no ve bien o tiene bizquera. Si detecta cualquier problema ocular en su hijo, llévelo de inmediato a un profesional de la vista para que lo evalúe a fin de que el problema no se vuelva permanente. Si los problemas de la vista se identifican pronto, se suelen poder corregir.

Problemas de la vista más frecuentes

Hay distintas afecciones oculares que pueden afectar a los niños. La mayoría de ellas se pueden detectar en las revisiones de preescolar donde se utilizan exámenes de vista, como las tablas de agudeza visual.

Entre los problemas más frecuentes, se encuentran los siguientes:

  • La ambliopía ("ojo perezoso") consiste en tener una vista deficiente en un ojo aparentemente normal. Dos causas frecuentes de este trastorno son el estrabismo (o bizquera) y una diferencia en el error de refracción entre ambos ojos. Si no se trata, la ambliopía puede ocasionar pérdidas de vista irreversibles en el ojo afectado. (La "programación" cerebral acaba ignorando las señales procedentes del ojo afectado.) La mejor edad para tratar la ambliopía es lo antes posible, idealmente antes de que el niño cumpla 8 años.
  • El estrabismo es una alineación incorrecta de los ojos, donde estos se orientan hacia dentro, hacia fuera, hacia arriba o hacia abajo. Si solo hay un ojo crónicamente desalineado, es posible que también se desarrolle una ambliopía en ese ojo. Si se detecta pronto, se puede corregir cubriendo el ojo bien alineado, lo que obliga al ojo desalineado a funcionar con normalidad. Una operación o el uso de unos anteojos especiales también pueden ayudar a corregir la desalineación ocular.
  • Los errores de refracción. En este tipo de errores, la forma del ojo no refracta la luz (cambia su dirección) correctamente, de modo que las imágenes se perciben borrosas. Los errores de refracción también pueden provocar ambliopía. El tipo más común de error de refracción en los niños en edad escolar es la miopía; otros tipos de errores de refracción son la hipermetropía y el astigmatismo:
    • La miopía consiste en ver de forma deficiente los objetos distantes o lejanos y se suele tratar con anteojos o lentes de contacto graduados.
    • La hipermetropía consiste en ver de forma deficiente los objetos cercanos y se suele tratar con anteojos o lentes de contacto graduados.
    • El astigmatismo es una imperfección en la curvatura de la superficie anterior del ojo; si provoca vista borrosa u otras molestias, se suele tratar con anteojos.

Existen otras afecciones oculares que requieren de una intervención inmediata, como la retinopatía del prematuro (una enfermedad que afecta a los ojos de los bebés prematuros) y otras que están relacionadas con los antecedentes médicos familiares, como las siguientes:

  • El retinoblastoma es un tumor maligno que suele aparecer durante los tres primeros años de vida. El ojo o los ojos afectados pueden tener pérdidas visuales y las pupilas se vuelven de color blanco.
  • Las cataratas neonatales se dan en algunos recién nacidos. Una catarata es una opacidad en el cristalino del ojo.
  • El glaucoma congénito en una afección muy poco frecuente en los lactantes y puede ser de origen hereditario. Está provocada por una elevada presión ocular debida al desarrollo incorrecto o incompleto de los conductos de drenaje ocular antes de nacer; se puede tratar con medicamentos o mediante una operación.
  • Las enfermedades genéticas o metabólicas de los ojos, como los trastornos hereditarios que predisponen a los niños a desarrollar retinoblastomas o cataratas, pueden requerir que los niños se sometan a revisiones oculares periódicas y a exámenes de vista desde edades muy tempranas.

Asegúrese de hablar con el pediatra de su hijo si este corriera el riesgo de desarrollar cualquiera de estas afecciones.

Anteojos y lentes de contacto graduados

Los niños de todas las edades, incluso los bebés, pueden llevar anteojos o lentes de contacto.

Si su hijo lleva anteojos, tenga presentes los siguientes consejos:

  • Deje que escoja sus propias monturas.
  • Las monturas de plástico son las mejores para niños menores de dos años.
  • Si un niño mayor lleva una montura metálica, asegúrese de que dispone de bisagras de resorte, ya que son más duraderas.
  • En los niños más activos, atar las varillas de los anteojos a una cinta elástica, ayuda a evitar que se les caigan.
  • Los niños con problemas oculares importantes es posible que necesiten unas lentes especiales, denominadas de alto índice, que son más finas y ligeras que las de plástico.
  • Las lentes de policarbonato son recomendables para todos los niños, sobre todo para quienes hacen deporte. El policarbonato es un termoplástico transparente, duro y a prueba de golpes, que se utiliza para fabricar lentes finas y ligeras. No obstante, aunque son muy resistentes a los impactos, se rayan con más facilidad que las lentes de plástico.

Los lactantes con cataratas congénitas pueden necesitar una operación para extirpárselas durante las primeras semanas de vida. Algunos de estos bebés deben llevar lentes de contacto tras la operación.

Alrededor de los diez años, algunos niños expresan su deseo de llevar lentes de contacto graduadas por motivos estéticos o porque les resultan más cómodas para hacer deporte. Para llevar lentes de contacto, un niño deberá saber ponérselas y quitárselas solo, extraérselas cuando sea necesario y limpiárselas siguiendo las recomendaciones del pediatra. Los problemas con las lentes de contacto casi siempre se suelen deber a unos malos hábitos de uso y/o a la falta de higiene.

El profesional de la vista que atienda a su hijo le ayudará a decidir qué tipo de corrección visual es la mejor para él.