Dolores físicos y emociones: ¿cuál es la conexión entre e

Aunque casi siempre se ignora, podría existir una relación entre dolores físicos y emociones. Los segundos podrían ser fundamentales a la hora de establecer ciertos parámetros para analizar los primeros.

La mente y el cuerpo trabajan constantemente, de manera conjunta. Esta razón explicaría por qué muchos sentimientos se manifiestan a través de dolencias en distintas partes del cuerpo.

Las investigaciones han determinado que el dolor crónico no solo puede ser producto de una lesión física. Muchos tipos de padecimiento pueden ocurrir por un constante sometimiento al estrés y a la ansiedad, como sugiere este estudio elaborado por el Dr. V.F. Moreira.

En él, se establece la presencia del dolor de estómago crónico debido a problemas relacionados con estos trastornos psicológicos, aunque también pueden acarrear otras dolencias.

De la misma forma, esta investigación elaborada por el Dr. Piqueras Rodríguez de la Universidad Miguel Hernández (Elche), expone que existe una correlación entre las emociones negativas y la salud mental y física.

Dolores físicos y emociones: afecciones más comunes

Algunos de los síntomas más comunes son los siguientes:

Dolor de cabeza

Los dolores de cabeza y la migraña común tienen una estrecha relación con el constante estrés y otros factores emocionales, según asegura la Clínica Mayo.

Por tanto, puede que su recurrencia indique una sobrecarga en las labores diarias o la exposición constante a situaciones desagradables.

La mejor solución en estos casos es tomar un poco de tiempo para practicar alguna técnica o ejercicios de relajación.

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Dolor de cuello

La tensión en el cuello no siempre es consecuencia de un mal movimiento o de un esfuerzo físico. De hecho, una constante tensión muscular a causa del estrés puede provocar tortícolis, según expone este informe realizado por la Dra. Trivedi del Centro Médico del Sudoeste de la Universidad de Texas (Estados Unidos).

De ser así, lo mejor es identificar qué es lo que te preocupa y tratar de llevar a cabo técnicas de relajación. En estos casos, también puedes consultar con un fisioterapeuta, quien te ayudará a encontrarte mejor.

Dolor en los hombros

Al igual que el dolor de cuello, el de hombros suele estar relacionado con la tensión o con una mala postura. Esto puede ser causa de demasiadas horas sentado en la silla de trabajo sin descanso.

Siendo consciente de tal situación, lo mejor es que trates de relajarte. Si tienes problemas, trata de enfocarte en la parte positiva de la situación y no le des vueltas constantes al problema.

Dolor en la espalda superior

Los dolores de espalda que aparecen una y otra vez también pueden ser producto del estrés. Así, al igual que con los dolores anteriores, debes vigilar tus posturas, especialmente durante las horas de trabajo.

Por esta razón, y para que tu espalda no se cargue demasiado, procura levantarte varias veces durante la jornada laboral, aunque sea para ir al baño.

Es recomendable que realices estiramientos y, si puedes, que practiques ejercicios de fortalecimiento, como la natación o el yoga. Tu espalda te lo agradecerá.

Dolor en las caderas

¿Sabías que el dolor en las caderas también podría estar relacionado con tus emociones? Cualquier tipo de postura errónea en una situación constante de tensión puede ser dañina.

También puede ocurrir que te hagas daño al practicar deporte, especialmente al correr o al pasear rápido. Por ello, procura calentar antes de salir a hacer running o  ir a dar un paseo.

De la misma forma, es recomendable no cruzar las piernas cuando estés sentado. Procura estar en una posición adecuada, y pide, si lo necesitas, recomendaciones a un especialista para que te enseñe posturas correctas.

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Busca ayuda y no dejes que el dolor avance

Es común pensar que el dolor articular puede rescindir con unos días de reposo y antiinflamatorios no esteroides. No obstante, hay veces que no basta solo con esto.

Si los dolores son constantes y te impiden hacer una vida normal, lo mejor es que acudas al médico. Él estudiará tu caso y te recomendará, posiblemente, que visites a un psicólogo o a un fisioterapeuta, según considere.

Es primordial no restar importancia a esta clase de dolores. Si tu mente está bien, tu cuerpo también lo estará. No restes importancia a la relación entre dolores físicos y emociones.