Trastorno de identidad disociativo

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Jun 30, 2020   Salud

El trastorno de identidad disociativo se conocía antiguamente con el nombre de desorden de personalidad múltiple. Se trata de una enfermedad mental que se caracteriza por la presencia de dos o más personalidades simultáneamente en el mismo individuo.

Una de ellas suele tomar el control del comportamiento del sujeto, de forma rutinaria. Lo habitual es que la persona no conserve ningún recuerdo de esos cambios de personalidad.

Es de aclarar que este trastorno no está asociado con la esquizofrenia. Más bien tiene que ver con otras entidades, como el estrés postraumático, el trastorno límite de la personalidad, la depresión, la ansiedad o el abuso de sustancias psicoactivas.

¿Qué es el trastorno de identidad disociativo?

El trastorno de identidad disociativo se caracteriza porque un individuo está bajo el control de dos o más identidades, de manera alterna. Esto quiere decir que en determinados momentos se comporta con una identidad y en otros momentos, con la otra.

Lo usual es que las personas que padecen trastorno de identidad disociativo se sientan desconectadas de algunas partes de sí mismos. Experimentan algunas de sus vivencias como si fueran los espectadores de una película. De repente hacen o dicen cosas con las que no se identifican, pero que no pueden controlar.

Cuando aparece otra de las personalidades pueden cambiar los gustos, las ideas y las actitudes de forma radical. A veces la persona percibe como si su cuerpo también hubiera cambiado. En ocasiones, las diferentes personalidades incluso se comunican entre sí.

Es muy habitual que quienes padecen trastorno de identidad disociativo tengan pseudoalucinaciones auditivas. Esto quiere decir que escuchan voces que vienen de dentro de ellos mismos. También es frecuente que experimenten depresión y ansiedad.

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Causas y síntomas

Por lo general, el trastorno de identidad disociativo está asociado a un evento traumático. En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Texas (Estados Unidos), los investigadores concluyeron que existía una correlación entre aquellas personas que habían sufrido abusos en la infancia y el desarrollo de desórdenes disociativos.

No obstante, existen casos de personas que han sufrido experiencias traumáticas en etapas adultas y hay que destacar que estas también tienen riesgo de desarrollar esta patología, aunque en menor grado.

Los principales síntomas de este trastorno son:

  • Presentar más de una identidad o personalidad. Hay alternancia entre diferentes formas de ser, como si al individuo lo habitaran varios sujetos.
  • Amnesia. Aparecen lagunas de memoria sobre acontecimientos pasados, fallos en la memoria en torno a sucesos actuales cotidianos o amnesia total frente a actos que se han llevado a cabo.
  • Ansiedad y depresión. Las personas con trastorno de identidad disociativo tienden a hacerse daño a sí mismas. Son frecuentes las adicciones, la automutilación y los comportamientos suicidas.
  • Alucinaciones y pseudoalucinaciones.
  • Fobias, ataques de pánico y trastornos de alimentación.
  • Dolores de cabeza y otros episodios de dolor físico.

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Diagnóstico

El diagnóstico del trastorno de identidad disociativo es bastante problemático. Debido a la actividad alucinatoria y a las experiencias de irrealidad, frecuentemente se confunde con la esquizofrenia.

Los criterios aceptados para diagnosticar este trastorno son 3, principalmente:

  • Presencia de dos o más identidades. Cada una de ellas tiene un patrón propio, el cual es persistente. Su percepción, concepción de sí mismo e interacción es diferenciado con respecto a las demás identidades.
  • Al menos dos de esas personalidades controlan de forma recurrente las actuaciones del individuo.
  • El afectado tiene problemas frecuentes para recordar información personal.
  • El cuadro no puede ser explicado por el uso o abuso de alguna sustancia.

¿A quién se debe recurrir en estos casos?

El tratamiento para el trastorno de identidad disociativo se lleva a cabo a través de psicoterapia. Esta suele ser larga y emocionalmente difícil y dolorosa para el paciente. Es habitual que los afectados presenten varias crisis emocionales a lo largo del proceso.

En algunos casos es necesario recurrir a la hipnosis para lograr estabilizarles. También es frecuente que sea necesaria la hospitalización para monitorizar correctamente a los afectados y poder brindarles un apoyo permanente.

El pronóstico depende de las causas que originan el trastorno y de la severidad de los síntomas. Por lo general, la psicoterapia mejora la calidad de vida de estos pacientes. Si se apegan al tratamiento y lo sostienen a largo plazo, tienen altas probabilidades de superar el trastorno.