Atrofia urogenital en mujeres postmenopáusicas

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Jun 30, 2020   Salud

La atrofia urogenital es una de las consecuencias, aunque quizás menos conocidas, de las mujeres al entrar en la etapa menopáusica. A pesar de no ser tan conocida como lo pueden ser los sofocos o los cambios de humor, la atrofia urogenital acarrea muchas repercusiones que afectan directamente a la calidad de vida de estas mujeres.

La esperanza de vida en los últimos años ha aumentado de manera considerable y, con ella, los años con los que la mujer permanece con la menopausia. El descenso de los estrógenos que se produce en esta etapa de la vida acarrea varias patologías. Se estima que a los 5 años de menopausia hasta un tercio de las mujeres padece algún grado de atrofia urogenital.

Funciones de los estrógenos en la mujeres

Estrógenos

Los estrógenos son hormonas sexuales esteroideas, principalmente femeninas, que se producen en los ovarios y en las glándulas suprarrenales. Son los responsables del desarrollo de las características sexuales secundarias femeninas. Entre ellas encontramos.

  • Crecimiento y desarrollo de las mamas.
  • Regulación de la menstruación junto a otras hormonas.
  • Ensanchamiento de las caderas.

El período de pubertad y madurez sexual en las mujeres comienza cuando se eleva la producción de estrógenos. Como consecuencia, se estimula la maduración del útero, la vagina, el endometrio y las trompas de Falopio.

El nivel de estas hormonas se mantiene más o menos estable hasta la llegada de la menopausia, donde se produce una caída drástica de estas hormonas. Además del control del desarrollo de los caracteres secundarios femeninos, también tienen otras funciones como:

  • Mejorar el aspecto de la piel: tienen un papel importante en la producción de colágeno y en los procesos de regeneración de la piel.
  • Refuerza el funcionamiento del sistema cardiovascular: participa en el metabolismo de las grasa y activan la producción de HDL.
  • Refuerza el sistema óseo: los estrógenos evitan la pérdida de calcio y asegura su correcta mineralización, por lo que evitan que los huesos se vuelvan frágiles.
  • Contribuyen al correcto funcionamiento del sistema urinario: ayuda a mantener la frecuencia de la función urinaria.
  • Actúa de forma positiva sobre el cerebro: favorecen la llegada del flujo sanguíneo al cerebro y de glucosa.
  • Estimulan el deseo sexual.

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¿Cuáles son los síntomas de la atrofia urogenital?

Los síntomas de la atrofia urogenital suelen afectar emocionalmente a las pacientes y afectar, como hemos dicho, a la calidad de vida. A diferencia de otros síntomas de la menopausia, la atrofia urogenital persiste a lo largo del tiempo y se puede ir agravando si no se instaura tratamiento adecuado.

La caída de los estrógenos durante la menopausia, que son las hormonas sexuales femeninas, tiene un impacto importante sobre la salud vaginal. Se producen cambios en el pH vaginal que favorecen las infecciones tanto vaginales como urinarias.

Disminuye la red de vasos que nutre la mucosa vaginal y, como consecuencia, disminuye la lubricación. Esta falta de lubricación explica la frecuente irritación, sequedad y despareunia de estas mujeres, siendo estos los síntomas principales. La dispareunia se define como dolo a la hora de mantener relaciones sexuales.

Finalmente, la mucosa vagina se vuelve fina y friable con un riesgo aumentado de lesiones ante mínimos traumas como son la colocación del espéculo en la consulta o en el coito.

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Tratamientos

Mujer hablando con un médico

Existen varios tratamientos muy efectivos que pueden ayudar a frenar, disminuir o incluso mejorar los síntomas relacionados con la atrofia urogenital.

En primer lugar están los hidratantes vaginales. Estos, ayudados por lo lubricantes durante las relaciones sexuales, son la primera línea del tratamiento a las pacientes que tiene síntomas leves o moderados. Estos preparados consiguen reducir los síntomas de sequedad y restaurar el pH, pero no consiguen revertir los cambios en las mucosas.

Por otra parte, se encuentran los tratamientos hormonales. Esta línea de tratamiento se considera de elección para aquellas mujeres que presentan un cuadro clínico de moderado a intenso.

Los preparados hormonales consiguen revertir los cambios instaurados por el déficit hormonal durante menopausia. Al administración puede ser sistémica, oral o vaginal. Las dosis bajas de estrógenos administradas localmente son el tratamiento farmacológico hormonal de primera elección.

Finalmente, las modificaciones de los hábitos de vida y el tratamiento no hormonal son considerados la primera línea de los síntomas de la atrofia urogenital, sobre todo, en las mujeres con cambios mínimos o síntomas leves. Y, por supuesto, en aquellas mujeres que no desean o no pueden utilizar estrógenos.