Accidente cerebrovascular en niños

Tendemos a pensar que un accidente cerebrovascular solo afecta a las personas adultas. De hecho, asociamos este acontecimiento a la edad. Si bien es cierto que su mayor incidencia es en personas mayores de 65 años, un accidente cerebrovascular también puede aparecer en niños.

El accidente cerebrovascular es conocido también con el nombre de »ataque cerebral» o »apoplejía». Consiste en que deja de llegar la circulación sanguínea a una zona del cerebro, ya sea por una hemorragia o por isquemia. Este hecho hace que el oxígeno y los nutrientes no puedan arribar correctamente a esa zona.

Los accidentes cerebrovasculares, afortunadamente, son poco frecuentes en la infancia. Afectan en torno a 6 de cada 100.000 niños. Sin embargo, son una causa importante de mortalidad. Además, los datos parecen indicar que su incidencia está en aumento.

La mayoría de los niños que lo padecen lo sufren durante el primer mes de vida. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre el tema, para que puedas reconocer los síntomas y tratarlo cuanto antes.

¿Qué causa un accidente cerebrovascular en niños?

Como ya hemos mencionado, un accidente cerebrovascular se define como una interrupción del riego sanguíneo en alguna parte del cerebro. Además, produce ciertos síntomas neurológicos que se mantienen durante al menos 24 horas.

En los adultos, la mayoría de los eventos están relacionados con factores de riesgo como la hipertensión o la aterosclerosis. Sin embargo, en los niños las causas son bastante diferentes. El desarrollo durante el embarazo, el momento del parto y ciertas malformaciones son determinantes.

Debemos destacar que una de las principales causas es que, durante el nacimiento, se produzca una falta de oxígeno. También son importantes los accidentes cerebrovasculares que surgen a consecuencia de un traumatismo. Otras de las causas más relevantes son:

• La anemia drepanocítica y otros trastornos de la sangre. Por ejemplo, la hemofilia.
• Malformaciones cardíacas congénitas o de los vasos sanguíneos, como malformaciones arteriovenosas -MAV.
• Ciertas infecciones, como la meningitis.
• Dentro de los problemas durante el embarazo destacan la preeclampsia, el abuso de drogas y la diabetes de la madre. Los accidentes cerebrovasculares en niños también se relacionan con el desprendimiento de la placenta y la ruptura prematura de membranas.

Lo cierto es que, en esta etapa de la vida, las personas somos muy frágiles. También puede ocurrir durante la infancia o la adolescencia, pero el mayor número tienen lugar en relación con el primer mes de vida, como hemos indicado.

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¿Cómo identificar un accidente cerebrovascular en un niño?

La mayoría de las personas saben reconocer esta situación en los adultos. Es muy frecuente que se afecte el habla, la movilidad de una parte del cuerpo y que la persona se sienta débil. Sin embargo, en los bebés puede ser difícil reconocer un accidente cerebrovascular.

Cuando ocurre en relación con el nacimiento, los bebés pueden no mostrar síntomas hasta que vayan creciendo y desarrollándose. De hecho, muchos de ellos ni siquiera experimentan ninguno. El síntoma que predomina son las convulsiones.

Otros signos de alerta en los bebés son un retraso en el desarrollo y la dificultad para comer. Incluso, a algunos bebés les cuesta respirar correctamente. En algunos pacientes aparece una parálisis repentina en un solo lado del cuerpo, como ocurre en los adultos.

Los accidentes cerebrovasculares en niños de mayor edad tienen síntomas que se asemejan cada vez más a los de los adultos. Pueden tener:

• Problemas al hablar
• Dolores de cabeza
• Parálisis
• Pérdidas de memoria
• Cambios de comportamiento

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¿Cómo se tratan?

Ante cualquier anomalía que se aprecie en un niño es esencial acudir al médico de manera urgente. Como hemos visto, los síntomas pueden pasar desapercibidos. Por ello es importante prestarles atención y acudir frecuentemente al pediatra.

El tratamiento del accidente cerebrovascular en niños es complejo y dependerá de la causa que lo ha provocado. En el caso de las convulsiones, lo más frecuente es que los niños requieran un tratamiento con antiepilépticos.

Si hay una malformación o algún problema congénito debe intentar solucionarse. Además, la mayoría de niños que experimentan esta patología requieren rehabilitación. Así se intentan recuperar las funciones de la zona afectada.