Embolia cerebral: ¿qué es y cómo afecta?

La embolia cerebral es un tipo de infarto cerebral, es decir, un accidente cerebrovascular en el que una parte del cerebro se queda sin riego sanguíneo. Es, desgraciadamente, una patología muy común y una situación de emergencia. Aquí te contamos todo lo que debes saber acerca de ella.

¿Qué es la embolia cerebral?

Como ya hemos comentado, la embolia cerebral es un tipo de infarto cerebral o accidente cerebrovascular. Esto quiere decir que, debido a la interrupción del flujo sanguíneo en un vaso sanguíneo del cerebro, la zona del cerebro que estaba irrigada por ese vaso se queda sin recibir sangre.

Cuando un tejido deja de recibir sangre, tampoco está recibiendo oxígeno ni otros nutrientes, ya que la sangre es la encargada de transportar estas sustancias. Lo que ocurre es que las células que forman parte de ese tejido, primero tienen dificultades para seguir realizando sus funciones, y finalmente acaban muriendo.

Los diferentes tipos de infarto se basan en el mecanismo de producción. Así, la embolia cerebral está producida, como su nombre indica. por un émbolo que llega a un vaso del cerebro.

Éste émbolo puede estar formado de diferentes sustancias, como puede ser un coágulo de células y partículas sanguíneas. El émbolo viaja por los vasos hasta llegar a uno en el que, por su tamaño, queda atascado, impidiendo el flujo normal.

Causas y tipos de embolia cerebral

Ya hemos hablado de que son diferentes las sustancias de las que puede estar formado el émbolo. Así, algunos de los principales tipos de émbolos sanguíneos y sus causas son:

• Coágulos: formado por un coágulo de sangre que adquiere una consistencia más densa que la sangre normal. Su principal causa es la fibrilación auricular, que hace que haya un flujo turbulento de sangre en el corazón y se formen. La inmovilización larga, sobre todo de las piernas, tras una operación o accidente, también es una circunstancia que facilita la aparición.
• Aire: es una burbuja de aire la que impide el paso de la sangre. Se forma cuando una cantidad de aire consigue llegar dentro de un vaso sanguíneo. Por ejemplo, al introducir la aguja para una extracción de sangre.
• Grasa: se producen cuando en la sangre se acumulan muchas grasas en forma de colesterol.

Como aclaración, cabe decir que la diferencia entre un trombo y un émbolo es que el trombo ocluye el vaso en el mismo sitio en el que se forma, sin desprenderse de las paredes. Sin embargo, el émbolo viajará por el sistema circulatorio hasta quedar atascado. Las causas y tipos de trombo y émbolo, por tanto, serán las mismas en su origen.

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¿Cómo afecta al organismo y cuáles son sus síntomas?

El cerebro es el órgano del cuerpo más sensible al riego sanguíneo. Esto es porque está compuesto por muchas células -las neuronas– que constantemente requieren grandes cantidades de oxígeno. La interrupción de flujo sanguíneo en una zona hace que en pocos minutos el tejido cerebral se atrofie y muera.

Los síntomas de una embolia cerebral aparecen de forma súbita. También existen casos en los que irán apareciendo progresivamente en horas, pero son los menos.

Los síntomas dependerán del vaso sanguíneo al que afecte y la zona y extensión de cerebro que este riegue. Algunos de los síntomas más frecuentes de la embolia cerebral son:

• Dolor de cabeza
• Debilidad o pérdida de sensibilidad de una o varias extremidades, o de una mitad del cuerpo
• Dificultad repentina para hablar o entender
• Incoordinación motora al andar
• Mareos o vértigos
• Pérdida de visión en uno o en ambos ojos.

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Diagnóstico y tratamiento

La embolia cerebral es una situación de emergencia. Esto es así porque cuanto más tiempo pase una zona del cerebro sin riego, mayor cantidad de tejido morirá, y las secuelas serán más graves e irreversibles. El reconocimiento rápido de los síntomas y la llamada a los servicios de emergencia es crucial en esta situación.

Una vez activada la secuencia de emergencia, serán los sanitarios los encargados de evaluar la clínica del paciente. Si es necesario, se realizarán pruebas, como el TAC, para confirmar que se trata de un accidente cerebrovascular y clasificarlo dentro de alguno de los tipos.

Una vez establecido el tipo de isquemia cerebral, la rapidez con la que se trate será esencial. En el caso de la embolia, se podrá tratar con fármacos que disuelvan el émbolo o con cirugía para retirarlo. Esto dependerá del tipo y la localización del émbolo, siendo los especialistas quienes decidan el tratamiento que mejor se ajuste a cada caso.

La embolia cerebral es una emergencia

Es una patología frecuente y una situación de emergencia. Será primordial reconocer los síntomas y signos de alarma para avisar a los servicios de urgencia. Una vez que estos se hayan puesto en marcha, serán los que decidan en cada caso los pasos más adecuados a seguir.

Deberemos tener en cuenta que no siempre será posible recuperar todas las funciones que se han perdido tras un accidente cerebrovascular. Se requerirá de una rehabilitación que podrá ser más o menos larga, dependiendo de cada caso en particular.