Tos crónica: síntomas, causas y tratamiento

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Jun 30, 2020   Salud

La tos crónica es mucho más que una simple molestia de salud. Suele interrumpir el sueño y, además, puede atacar en el momento más inoportuno, por ejemplo, cuando se habla en público. Así mismo, en los casos más severos, deja a la persona completamente agotada y puede llevar a vómitos e, incluso, a fracturas.

Este es un síntoma frecuente en la práctica clínica que obedece a diferentes causas. Una de las más habituales es el tabaquismo. Se estima que los fumadores tienen tres veces más probabilidades de desarrollar tos crónica en algún momento de su vida que los no fumadores o exfumadores.

Otros de los factores incidentes en este problema son la contaminación ambiental, el asma, el reflujo gástrico y el goteo nasal posterior. Lo positivo de todo esto es que, por lo general, tan pronto como se detecta la causa y se trata, la tos crónica suele desaparecer.

¿Qué es la tos crónica?

toser

Se habla de tos crónica cuando esta tiene una duración mayor a tres semanas. Si se prolonga por más de ocho semanas, es inapelable una consulta médica. Se estima que hasta el 23 % de las personas sanas, no fumadoras, presentan etapas de tos crónica por diferentes razones.

La tos es un acto reflejo o voluntario que tiene por finalidad la expulsión de secreciones o de elementos extraños. Dichos elementos pueden estar alojados en la laringe o en las vías respiratorias. Por lo tanto, la tos es un mecanismo de defensa del organismo para realizar limpieza en ciertas zonas cuando hay necesidad de ello.

Todos tosemos alguna vez, sin que esto signifique un problema de salud. Sin embargo, si esto ocurre con mucha frecuencia y se prolonga por varias semanas, lo llamamos tos crónica. Solo en algunas ocasiones este tipo de tos está asociado a problemas de salud serios.

Síntomas

El síntoma principal es, obviamente, la tos persistente que se mantiene presente durante un tiempo largo. Es frecuente que la tos crónica vaya acompañada de mucosidad. Si la tos no desaparece y va acompañada de los siguientes síntomas, es necesario acudir al médico:

  • Sibilancias o sonidos al respirar.
  • Mucosidad muy espesa o con sangre.
  • Fiebre.
  • Inflamación en el rostro y urticaria.
  • Dificultad al respirar.
  • Dolor en el pecho.
  • Sudor nocturno.
  • Pérdida de peso sin motivo aparente.

Lo más habitual es que el médico lleve a cabo un examen físico, tomando en cuenta los antecedentes de salud. Muchos acostumbran a iniciar el tratamiento para la tos crónica sin hacer pruebas diagnósticas. Si el paciente no reacciona favorablemente, es posible que el especialista ordene pruebas como radiografía, tomografía computarizada, espirómetro, análisis de laboratorio y prueba de alcance.

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Causas de la tos crónica

toser o estornudar

El tabaquismo es la principal causa de la tos crónica. El 90 % de las personas no fumadoras presentan este problema por tres causas básicamente: asma, reflujo y goteo retronasal. En el 10 % adicional, las causas son muy diversas. Estas incluyen desde la acción de ciertos medicamentos, hasta problemas serios de los pulmones.

Se estima que el 75 % de quienes padecen asma neutrofílica, también presentan tos crónica. Así mismo, la bronquitis bacteriana persistente da lugar a este síntoma. En estos casos, se habla de tos crónica con afección de la vía aérea inferior (pulmones).

La tos crónica también se asocia con afecciones de la vía aérea superior, como rinosinusitis crónica, rinitis alérgica, apnea obstructiva del sueño, disfunción de cuerdas vocales y reflujo laringofaríngeo o gastroesofágico. Respecto a este último, la tos aparece tras el 50 % de los episodios de reflujo.

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Tratamiento

El tratamiento depende de la causa que da origen a la tos crónica. Por lo general, se inicia con un tratamiento conservador, que incluye medidas caseras y administración de antihistamínicos, glucocorticoides y descongestionantes. Es el tratamiento de elección para las alergias y el goteo postnasal.

Si la tos está asociada al asma, usualmente se emplean glucocorticoides y broncodilatadores, absorbidos por inhalación. Estos disminuyen la inflamación y permiten que se abran las vías respiratorias. Los antibióticos solo se usan si hay una infección bacteriana. Si la tos está asociada al reflujo, lo más probable es que se recete un bloqueador del ácido.

Las medidas caseras son eficaces en muchos casos. Lo más recomendable es beber mucho líquido, humedecer el aire, evitar el humo del tabaco y chupar pastillas para la tos. También es aconsejable hacerse lavados de nariz con suero fisiológico y tomar infusiones de plantas ricas en mucílagos.