Los efectos secundarios de los suplementos de hierro

Los suplementos de hierro están indicados para la prevención y tratamiento de anemia por deficiencia de hierro. También se utilizan en algunas situaciones en las que el organismo demanda concentraciones más altas de este mineral, como son la infancia y el embarazo.

En el caso de anemia, el tratamiento no solo se basa en la ingesta de suplementos de hierro. Por lo general, se combina con una dieta rica en hierro y, en algunos casos más graves, podría ser necesaria la realización de una transfusión sanguínea.

Tipos de suplementos de hierro

El hierro en su forma elemental es un metal inestable que se oxida fácilmente. Por esta razón, se encuentra generalmente en forma de complejos, como el sulfato ferroso, fumarato ferroso y el gluconato ferroso, que hacen que el hierro sea más estable.

Todos los suplementos contienen el mismo tipo de hierro; lo que puede variar es cómo se absorben o interactúan con los alimentos. Además, algunos suplementos de hierro pueden presentar más efectos secundarios que otros, principalmente a nivel gastrointestinal.

El suplemento más conocido es el sulfato ferroso, que debe tomarse en ayunas, por lo que puede provocar efectos secundarios, como náuseas y ardor estomacal.

Sin embargo, hay otros suplementos de hierro que se pueden tomar junto con las comidas. En estos, el hierro esta formulado de forma que no interactúa con los alimentos y otras sustancias. Por este motivo, resulta más biodisponible y con menos efectos secundarios.

Hay también suplementos de hierro en los que se asocia a otras sustancias como ácido fólico y vitamina B12. A pesar de que las dosis sean de 325 mg para los tres, el fumarato ferroso tiene mayor disponibilidad (33%).

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¿Cómo actúan estos suplementos?

Nuestro organismo solo está capacitado para absorber una cantidad de hierro al instante. Por eso, se recomienda tomar varias veces al día, en vez de una toma única. De esta manera, también favorece la asimilación del hierro.

El hierro se asimila mejor en ayunas, por lo que es aconsejable tomarlo 1 hora antes de comer. Es muy importante que el hierro no interaccione con otros medicamentos, por tanto, se debe tomar al menos 2 horas antes o después de la toma de otro fármaco, sobre todo si son suplementos con calcio, zinc o ácido fólico.

Para una mayor absorción, toma el hierro junto a un vaso de zumo de naranja o tomate, ya que tienen vitamina C y ayuda a su asimilación. Aunque existen varias causas de anemia, con frecuencia es resultado de la deficiencia de hierro sostenida.

La práctica generalizada para la prevención o tratamiento de la anemia en mujeres es la administración diaria de suplementos de hierro, aunque a veces se combina con ácido fólico, otras vitaminas y minerales durante tres meses.

No obstante, la toma diaria de suplementos de hierro se asocia, a menudo, con efectos secundarios como náuseas o estreñimiento. Por tanto, su administración una, dos o tres veces a la semana se ha propuesto como una opción eficaz y más segura que las dosis diarias del suplemento.

Posibles efectos secundarios de los suplementos de hierro

Los efectos secundarios varían en función del tipo de complejo de hierro utilizado, siendo los más comunes:

• Acidez y ardor estomacal.
• Náuseas y vómitos.
• Sabor metálico en la boca.
• Sensación de estómago lleno.
• Heces oscuras.
• Diarrea o estreñimiento.

Las náuseas y las molestias gástricas pueden aumentar con la dosis de los complejos de hierro. Estas molestias suelen aparecer de 30 a 60 minutos después de la toma de los mismos. No obstante, pueden desaparecer después de los primeros 3 días de tratamiento.

Para disminuir el estreñimiento causado por el medicamento, se deben adoptar hábitos saludables como aumentar el consumo de fibras presentes en las frutas y en los vegetales y hacer actividad física de forma habitual.

Procura tomar los complejos de hierro junto con las comidas siempre que sea posible. Algunos suplementos de hierro, además, pueden contener ácido fólico y vitamina B12, que también ayudan a combatir la anemia.

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Conclusión

Se recomienda tomar suplementos de hierro sólo cuando el médico lo indique. Aunque el déficit de hierro se estabiliza en dos meses, el cuerpo tarda en reponerse entre 6 meses y un año.